Un joven de 17 años en Canadá murió de un ataque cardíaco en su casa el 27 de septiembre, según los informes, dos semanas después de recibir una vacuna contra el COVID.

Se dice que Sean Hartman sufrió de «múltiples» problemas de salud «inmediatamente» después del pinchazo, incluyendo miocarditis o inflamación del corazón. Recibió la vacuna contra el COVID para poder jugar al hockey en un recinto donde se requiere estar vacunado para ingresar.

Se llevó a cabo una pequeña protesta cerca de la arena de hockey que ordenó la vacuna. Un hombre que participó sostuvo un letrero frente a la carretera que decía: “Un corazón roto por no poder jugar al hockey sanará. La miocarditis de la vacuna matará (o será una afección prolongada)».

“No se le permitió jugar al hockey en la arena porque le habían pedido que tomara la vacuna. Y le dijeron ‘no tienes permitido entrar a la arena’ (inaudible). Recibió la vacuna y ahora, dos semanas después, había estado enfermo y murió ayer”, dijo el hombre en un video compartido por The Covid World.

Otro letrero que se exhibió en la protesta decía «Los niños están muriendo por la vacuna».

Una página de GoFundMe creada por Paul Blair, su “mejor amigo desde el primer grado” escribió que durante toda la vida de Sean “no había nada que le apasionara más que los deportes, especialmente el hockey, ya que jugó toda su vida. Comenzó su carrera de hockey jugando para los Beeton Stingers y pasó a jugar para TNT en Alliston. Ya sea que lo vea o lo juegue, a Sean le encantó el juego».

La Asociación Atlética Beaton compartió en Facebook: “Sean comenzó su carrera de hockey aquí en Beeton cuando tenía 5 años. A los 11 años, jugó para TNT Tornadoes durante 3 años. Regresó a su ciudad natal de Beeton en su gran año y ha sido miembro de nuestra asociación desde entonces”.

“Un defensa sólido. Siempre solidario con su portero y compañeros. Entrenador en todos los aspectos del juego, dentro y fuera del hielo. Será recordado con cariño por toda nuestra Asociación Atlética de Beeton, miembros de la junta, entrenadores, compañeros de equipo y amigos».

Public Health Ontario publicó un informe que cubría los datos de la vacuna COVID desde diciembre de 2020 hasta el 7 de agosto de 2021, y concluyó que «la tasa de notificación más alta de miocarditis/pericarditis se observó en hombres de 18 a 24 años después de la segunda dosis».

Suecia y Dinamarca han detenido recientemente el uso de la vacuna COVID de Moderna para grupos de edad más jóvenes, apuntando a un aumento de miocarditis y pericarditis entre los jóvenes y adultos jóvenes que habían sido vacunados, informó Reuters .

Pfizer también ha agregado una advertencia  a su hoja informativa sobre el pinchazo contra el COVID-19 sobre la miocarditis y pericarditis.

El profesor de medicina canadiense, Steven Pelech, ha sostenido que «contrariamente a lo que han dicho varias personas, no existe la ‘miocarditis leve’».

Ha notado que cuando las células del corazón mueren a causa de la miocarditis, «no se reemplazan en su cuerpo, sino que son reemplazadas por tejido cicatricial, que proviene de fibroblastos».

“Las células musculares restantes tienen que agrandarse un poco para compensar. Cada vez que tienes una respuesta inflamatoria, pierdes más de esa contractilidad y tienes una mayor probabilidad de sufrir un ataque cardíaco y otros problemas más adelante en la vida”, explicó Pelech.

Ha señalado que «las posibilidades de morir de COVID son aproximadamente del 0,003% para las personas menores de 24 años en Canadá», y que para los menores de 19 años, las posibilidades de sufrir lesiones por la «vacuna son entre cuatro y cinco veces mayores que infectarse con el propio SARS-CoV-2».

Investigadores estadounidenses también han descubierto que los niños de 12 a 15 años «sin afecciones médicas subyacentes, tienen de cuatro a seis veces más probabilidades de ser diagnosticados con miocarditis relacionada con la vacuna que terminar en el hospital con Covid durante un período de cuatro meses».