Las autoridades continúan trabajando sobre el terreno para concretar cuál fue el origen del gran incendio que está arrasando Sierra Bermeja, Málaga. Según el Código penal español, la pena básica por provocar un incendio puede ir de uno a cinco años de cárcel. En cambio, si hay evidencias de haber provocado daños para la vida o la integridad física de las personas, el autor o los autores del delito se enfrentaría a una pena muy superior, de entre 10 y 20 años de prisión.

En este caso, podría haber pruebas que permitieran aplicar la mayor plena contemplada en el Código Penal. “El Derecho Penal, hay que tener claro, es muy garantista. Siempre hay que atenerse a lo que dice el Código Penal. Nadie puede ir a prisión si no está todo muy bien tasado y estipulado. En este caso, como se han desalojado a dos poblaciones, podríamos encontrar en ello la base jurídica para demostrar que existe un peligro para la vida o la integridad física”, ha explicado el abogado ambientalista y profesor de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid, Eduardo Gil Delgado.

La clave para poder condenar a los autores de este tipo de grandes incendios consiste en poder recabar el mayor número de evidencias. La aparición de hojarascas y de piñas quemadas, en el caso de Sierra Bermeja, podría ser clave para la resolución del caso. Además, los técnicos forestales de la Guardia Civil han logrado recopilar un gran número de pruebas. Por ejemplo, en un punto concreto se han localizado piedras con un gris muy intenso. Esto indica que las llamas incidieron en las piedras de manera directa. De este modo se va acotando el perímetro para localizar la zona cero del incendio. “La clave está en poder asegurar la prueba para poder demostrar la culpabilidad del autor. Por eso, es muy importante hacer hincapié en la importancia de los equipos especializados que investigan el origen del incendio y cómo se ha comportado el fuego. En el caso de Sierra Bermeja, parece que hay unas hojarascas y unas piñas que se habrían incendiado. Indicios que podrían demostrar que el incendio habría sido provocado”, ha matizado el abogado medioambiental Eduardo Gil Delgado.

Antiguamente era realmente difícil localizar a los autores de los grandes incendios. No obstante, según ha recordado Gil Delgado, “con los medios que contamos actualmente, se acaba encontrando al pirómano. A él y a las pruebas que le llevan hasta el banquillo de los acusados”.