El Papa Francisco ha defendido en multitud de ocasiones que la salud es un derecho que debe ser accesible a todos. Así lo expresó el pasado julio desde el balcón de la décima planta del Hospital Gemelli, donde se sometió a una operación por estenosis diverticular.

No ha sido diferente en lo referente a la vacunación contra la covid-19, sobre la que ha realizado múltiples llamamientos para que esta pueda llegar a todos los países del mundo, de forma que toda la población mundial pueda recibir la pauta completa.

En esta ocasión, el Pontífice ha apelado a la población de América Latina para que adopte una actitud responsable frente a la pandemia. En este sentido, el Papa ha expresado su alegría y agradecimiento por el buen avance en la producción de vacunas, lo cual “da esperanzas de acabar con la pandemia, pero sólo si están al alcance de todos y si trabajamos juntos”.

“Vacunarse, con vacunas autorizadas por las autoridades competentes, es un acto de amor”, ha expresado el Pontífice a través de un videomensaje. Del mismo modo ha calificado el hecho de “ayudar a que la mayoría de la gente se vacune”, un gesto sencillo que contribuye a “transformar y mejorar las sociedades”.

La vacuna, un acto sencillo para proteger el futuro

De esta forma, Francisco se hace eco de varios cardenales y obispos de América, que han animado a la población de sus diócesis a recibir la vacuna. Es el caso de monseñor José Horacio Gómez, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, o monseñor Carlos Aguilar, arzobispo de Ciudad de México, que hizo un llamamiento a toda América para vacunarse porque “la esperanza debe ser sin exclusión”.

Monseñor Miguel Cabrejos, presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), también exhortó a la población del continente a inmunizarse, recalcando la necesidad de proteger la salud integral de la persona y asegurando que “la vacunación es segura y eficaz”.

Algunos de los países de América Latina han sido especialmente azotados por el virus. Países como Brasil o Venezuela han sido los que más han sufrido a causa de la pandemia, y su situación social y económica les ha hecho difícil en ciertas ocasiones el acceso a las vacunas. De hecho, estas circunstancias han llevado a agravarse debido al descenso de sectores como el turismo y la hostelería.