¡Zombies! ¡Estoy rodeado de zombies!
Por Laureano Benítez Grande-Caballero.- «Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres (según las últimas estadísticas). A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo en este nicho en el que hace 45 años que me pudro, y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar los perros, o fluir blandamente la luz de la luna. Y paso largas horas gimiendo como el huracán, ladrando como un perro enfurecido, fluyendo como la leche de la ubre caliente de una gran vaca amarilla».
Estos versos tan tremendos y apocalípticos pertenecen al poema «Insomnio», con el que principia el poemario «Hijos de la ira», publicado por Dámaso Alonso en 1944. Si lo actualizamos, el pudridero matritense se puede cuantificar en tres millones y medio de cadáveres.
Pero los cadáveres no solo pertenecen a la «marca Madrid», ya que el poeta también convierte al mundo entero en una gigantesca morgue, llegando a preguntarse «porqué un millón de cadáveres se pudren lentamente en el mundo».
Actualizando estas cifras, el camposanto mundial comprendería casi 8000 millones de cadáveres.
Hijos de la ira… ¿De qué ira? La ira más famosa es la de Dios, la llamada «Dies Irae», pero también existe la cólera satánica, derivada del increíble odio que profesa a la humanidad el Señor de Monte Pelado, muy posiblemente porque su cerval enemigo Jesús de Nazaret se encarnó aquí, y porque el Maligno sabe que la raza humana acabará vencéndole, aunque convoque a la batalla a sus saurones más despiadados, y a los reptilianos, y a los más granado de sus legiones antropófobas.
Otro factor que contribuye a la inquina diabólica contra la especie humana es que el Señor de las Moscas sabe que le queda muy poco tiempo para arrebatarle almas a Dios, y esta premura redobla el furor de su cólera, ya que es perfectamente consciente de que, después de los terribles tres días de oscuridad que precederán a la instauración del reino de Cristo, no va a quedar ni un satánico, ni uno solo.
El caso es que todos somos hijos de algo ―fijosdalgo, como dirían en los tiempos medievales―: hay hijos de Dios, hijos de Satanás, y ahora tenemos a los hijos de la vacuna, y a una patulea de hijos de puta como no la ha habido en la historia, y en este club no solamente incluyo a las mafias globalistas, sino también a sus lacayos, a sus correveidiles, a sus ejecutores, pertenecientes a muchos ámbitos, pero marcados por su filiación o cooptación preternatural.
Además de estar cercado por cadáveres, el poeta también dice en otro poema que estaba cercado por monstruos, que le vigilan, que acechan sus pasos, en unos versos que posiblemente sean los más tremendo del poemario:
«Oh Dios,no me atormentes más. Dime qué significan estos espantos que me rodean. Cercado estoy de monstruos que mudamente me preguntan, igual, igual, que yo les interrogo a ellos.
[…]Bajo la penumbra de las estrellas y bajo la terrible tiniebla de la luz solar, me acechan ojos enemigos, formas grotescas que me vigilan, colores hirientes lazos me están tendiendo:¡son monstruos, estoy cercado de monstruos!».
A lo largo de mi ya dilatada vida, he estado rodeado, como es lógico, por un número incontable de personas, de las que siempre he pensado que eran buena gente, en la firme creencia derivada de mi carácter y de mis creencias herencias católicas de que todo el mundo es bueno… Pero desde que empezó esta basurademia, esta convicción no ha hecho más que resquebrajarse.
Al comienzo, cuando veía a la gente enmascarillada en todas partes ―aunque todavía el bozal no fuera obligatorio―, pensé que esto se debía a la ignorancia de un fenómeno nuevo, del que no había muchas explicaciones todavía.
Después, intenté justificar a mis congéneres argumentando que llevaban ese trapo asqueroso en sus caras por miedo a las multas y la represión policiaca, y llegué a pensar que, cuando se quitara la imposición obligatoria de la tela asquerosa, todo el mundo iba descorchar champán, organizar verbenas y barbacoas, y se iban a abrazar por las calles. Como ven, todavía a mis años guarda una dosis considerables de candor e inocencia.
Por supuesto, también mantenía la firme creencia de que casi nadie iba a permitir que le inocularan en su cuerpo la ponzoña venenosa, transgénica y satánica, por los motivos evidentes de que la supuesta pandemia tenía muy baja letalidad, de quue la vacuna era un producto experimental elaborada con poquísimo tiempo, y productora de graves efectos adversos.
Fue entonces cuando me hice la pregunta del millón mejor dicho, de los tres millones y pico de cadáveres: esta gente zombificada, aborregada y lobotomizadas ¿ha sido siempre así, o es producto del lavado de cerebro más impresionante que ha visto la historia?
El interrogante produce un gran desasosiego: ¿Acaso el estado rodeado de borregos, de zombies, de cadáveres, toda mi vida sin haberme dado cuenta, pensando que eran personas normales, seres humanos, hijos de Dios? Esta gente que me rodea, estos cadáveres ambulantes, ¿de dónde han salido? ¿Hay que buscar la causan en el terror informativo, que h convertido a personas normales en zombies irredentos?
Sinceramente, pienso que si en una persona no hay una semilla de zombificación desde la cuna, ninguna operación mk-ultra puede zombificarlas lo suficiente como para hacerlas marchar con entusiasmo a inocularse el mejunje diabólico, y para ir con el puto bozal a 40 grados solos en el campo, incluso montando en bici.
Y vuelvo a preguntar a Dios, en las noches damasonianas: ¿Dios mío, he estado rodeado toda mi vida de zombies sin yo saberlo? ¡Qué estafa!, ¡Qué tomadura de pelo!, ¡Qué trampantojo diabólico? Por mucha mucha tortura, por mucha emekaultración televisiva, por mucho terror que se inocule en el cerebro de un ser humano, es imposible que un hijo de Dios pueda practicar conductas tan antinaturales, tan borreguiles, tan impropias de un ser humano como las que estamos viendo en la borregodemia actual.
La clave de este horror es que la gente no quiere pensar, prefiere que lo hagan otros por ellos, pues no hay que ser ningún iluminado, ningún doctorológo, ni tener un coeficiente intelectual einsteniano para darse cuenta de que, con solamente dos dedos de cerebro, es facilísimo echar abajo todo este gigantesco trampantojo, este colosal Himalaya de mentiras.
Yo no creo las metamorfosis, en que por un proceso misterioso de un expediente X de esos, una persona normal pueda despertar por la mañana convertida en un repugnante escarabajo. El que ha mostrado su verdadera naturaleza de escarabajo con la excusa de la gilidemia, es porque siempre lo ha sido, sólo que no ha tenido ocasión de enseñar la patita.
Entonces, pregunto a los que leen estas líneas: ¿Cuántos cadáveres hay en su ciudad, en su pueblo, en su villorrio, en su Aldehuela? Dicho de otra forma, ¿cuánta gente vivaa ve usted por la calle? «¡Zombies, estoy rodeado de zombies!», podía decir hoy Dámaso Alonso, sólo que su tiempo aún no se llevaban.
Si la novela de Franz Kafka no nos sirve para explicar la zombificación, hay un chascarrillo que se puede aplicar al tema, y que muy posiblemente pueda darnos pistas sobre las causas de este fenómeno: un vendedor de pescado se instala en la plaza de un pueblo, y, mostrando una sardina a los transeúntes, grita: «¡Sardinas vivas!, ¡sardinas vivas!». La gente que le escucha prorrumpe entonces en aplausos, mientras repite: «¡Viva, viva!»
«¡Mascarillas vivas!» , «¡Viva, viva,!»; «¡Vakunas vivas,!» «¡Viva, viva!»… Dicho con otras palabras: la estupidez humana es infinita, como ya dijo el poeta alemán Friedrich Schiller.
Y esta zombificación del mundo también tiene su película, que es «El ángel exterminador», del cineasta español Luis Buñuel, del año 1963, una crítica descarnada de la imbecilidad humana, que les recomiendo que vean para comprobar hasta las heces una vez más el dejá-vu de la historia.
En conclusión, todos somos hijos de algo, y tenemos la facultad de elegir nuestra filiación: o hijos de Dios, o hijos del diablo. Ya que nuestra verdadera naturaleza pertenece a las esferas celestiales, ya que somos hijos de Dios por misión, por vocación, y por destino, comportémonos como tales.
Y paso largas horas preguntándole a Dios,
preguntándole por qué se pudre lentamente mi alma,
por qué se pudren más de un millón de cadáveres en esta ciudad
de Madrid,
por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo.
Dime, ¿qué huerto quieres abonar con nuestra podredumbre?
¿Temes que se te sequen los grandes rosales del día,
las tristes azucenas letales de tus noches?
Érase un hombre pegado a una pantalla, allí sigue fervorosamente las noticias del día, suministradas sabiamente por el censor de las farmacéuticas. Ahí está la explicación. El miedo hace su trabajo sin intermitencias.
Lucas 9:60 – RVR1960
9:60 Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios.
Pocas citas Bíblicas más adecuadas que esa para estos tiempos de muertos vivientes, de zombies putrefactos, de cobardes y miserables.
Muy bien traída a este foro.
Buenísimo el apunte.
Es pavoroso, Él nunca mentía, y lo que dijo acerca del futuro es muy claro.
Parece que ese futuro nos ha alcanzado ya.
Don Laureano, a estas alturas no sabe uno ya qué decir. Personalmente, mi fase inicial de estupefacción ante el panorama (y todos sus jalones mentales como la negación, la indignación, la risa, la ira…) ha dejado lugar al miedo. Lo confieso, estoy asustado. Siempre he considerado que mi vida está en las manos de Dios, y así aceptaré mi destino. Lo que me aterra es lo que tienen preparado para nuestros niños y la humanidad futura. ¿O tendría que decir mejor humanidad involucionada a primate doméstico? Sí, hay un ejército de muertos deambulando por el mundo sumidos en una simulación… Leer más »
Son zombies y ya están muertos, solo que ellos todavía no lo saben. Pronto lo sabrán.
Solo un millon ? Si ese fuere el caso estariamos salvados.
Estaríamos salvados si la gente que lee este artículo se fijase en todos lo que tiene para comentar, en vez de fijarse en un fallo de redacción. Cuando se escribe con un fuerte dolor de cuello, dictando al ordenador, pa San estas cosas. Mire, le invito a que escriba usted un artículo, sin ningún fallo, ya verá, por cierto, esparragando tampoco se salva el mundo. Chao
Don Laureano, le felicito por sus artículos que siempre nos hacen reflexionar sobre el sentido de nuestra existencia y la necesidad de creen en Dios Todopoderoso como único salvador de la raza humana de las garras de la usura aka Satanás y demás seres del Infierno.
No pierdas la inocencia, compañero de mesnada, que el mal come inocencia. Y pardiez, que aunque seamos pocos parira la burra…que no se apague la llama de la fe. Porque sin la fe uno ya se hubiera bajado de este autobús que llamamos vida en el Occidente del Planeta Tierra en el siglo XXI
https://www.alertadigital.com/2021/08/03/mientras-el-gobierno-mira-para-otro-lado-22-guardias-civiles-heridos-algunos-por-cal-viva-en-un-nuevo-asalto-masivo-a-la-valla-de-ceuta/
Y los nauseabundos mandos de estos guardias civiles ,…. callados como muertos.
Hay muchos responsables y no todos son politicastros socialcomunistas o juntaletras de tres al cuarto adocenados y encanallados.
Laureano, gracias por sacar a la luz lo que está delante de todos y nadie ve. Ciertamente, lo positivo de esta basurademia es decantar lo que es aprovechable y lo que es parapeto. Sé que hay mucha gente que es víctima de la situación, pero sí hay otra que es colaboradora, mamporreradel sistema. Esta gente desalmada, portales orgánicos al servicio de intereses espúreos quedan ahora en evidencia. Me duele que mi patria esté dormida, se haya convertido en el reservorio de un occidente en decadencia. Oh tempora.
Ya hablaba Evola de una “Raza del espíritu”, verificable sólo en un reducidísimo número de personas… en situaciones como ésta salen a la luz, ya que brillan en medio de un oscuro y ominoso mar de borregos descerebrados, enmascarados y conformistas -algunos más disculpables que otros, pero todos condenados a la ignominia- que carecen de dicho espíritu (otros dirían que no SON, no cuentan con un Ser, que fluctúan y fluyen al compás de sus bajas pasiones y de su reducido intelecto)… Otra cosa son los cabecillas e ideólogos de esta plandemia hecha y derecha: ellos sí saben de qué… Leer más »
Cancion , vídeo „ Despierta“ de Bunburi
Señor moderador… hay alguna razón para que usted elimine mis comentarios?
ADMINISTRADOR: Simplemente porque usted es un tonto y las opiniones de los tontos no nos interesan.