¿Acaso no disparan a los caballos? (¡Danzad, danzad, malditos!)
Por Laureano Benítez Grande-Caballero.- Quienes me conocéis ya sabéis que una de mis frases favoritas es «Damas y caballeros ―pues todavía quedan algunos― , estoy muy harto y no puedo soportarlo más». Esta frase aparece en una película de hace muchos años de cuyo nombre no puedo acordarme.
Bueno yo creí que después de un año y pico de basurademia, estaba ya escarmentado y había aprendido todo lo que tenía que aprender, pero ¡qué va!: mi capacidad de asombro, de asco, y de pasmo, no conoce límites, porque cada día organizan una vuelta de tuerca más a la soga, un numerito más, como pasaba con la ONCE.
Antes de entrar en materia voy a introducir el tema haciendo una especie de introducción, usando para ello una novela del año 1932, de un tal Horace McCoy, que se llamaba «They shoot horses, don’t they?» ―«¿Acaso no disparan a los caballos»―, situada en los años de la Gran Depresión, un tiempo en el que América vivía una gran crisis y la gente pasaba hambre y necesidades de todo tipo.
Como suele suceder cuando se juntan las penurias y la crueldad endémica del ser humano, se organizaban espectáculos grotescos donde la purulencia humana quedaba al descubierto en toda su crudeza. Uno de los más populares era organizar maratones de baile interminables durante tres días, durante los que no se podía casi ni dormir, pues debían bailar continuamente, y toda esa tortura era para conseguir varias comidas al día, y la posibilidad de ganar un premio de unos 1500 dólares. Como se ve, era un espectáculo dantesco parecido a nuestros «realitys shows» de hoy.
En el año 69, Sidney Pollack hizo una película basada en esa novela, a la que llamó «¡Danzad, danzad, malditos!», protagonizada por Jane Fonda, una película que tuvo el record extraño de que tuvo nueve nominaciones y solo le dieron un Óscar al actor secundario: inaudito que con nueve nominaciones no consiguiera el Òscar a la mejor película.
Centrándonos ya en el tema, estuve unos días en un hotel de una ciudad costera de España, de cuyo nombre no quiero acordarme.
Una noche que había música en el salón que hacía las veces de discoteca, animados por la música, mi esposa y yo comenzamos a bailar, y en esto que viene una chica, una camarera y nos dice que no se podía bailar… Sí, sí, lo han oído bien: no se podía bailar. El cantante explicó que días atrás vino la policía, vio a la gente bailando y dijo que eso estaba prohibido.
Entre la estupefacción, el pasmo, el horror, el asco y la indignación, comprobé que aquella barrabasada era una muesca más en esta dictadura horrible, sarcástica, esperpéntica, y grotesca.
Como ustedes ya me conocen, esto no va a quedar así, porque presentaré una reclamación ante la Comunidad Autónoma para protestar por tamaña imbecilidad, de categoría circense.
Un circo donde, en vez de leones y tigres, hay caballos, encadenados en una especie de tiovivo macabro… caballos heridos a los que hay que liquidar a base de tiros, por pura compasión franciscana, puesto que cuando un caballo se hiere una pata, tiene una enfermedad, o sufre un accidente, se le dispara, se le mata para que no sufra, en una suerte de eutanasia misericordiosa.
Esto me lleva a pensar que hoy día los especímenes humanos ―cada vez más parecidos a las bestias― estamos heridos de muerte, tenemos el alma rota, el alma enferma, y que estas sectas satánicas que dominan el mundo nos quieren hacer un favor, diciéndonos «Mira, no sufras más; estás perdido, estás roto, hundido, masacrado, humillado… estás lobotomizado, aborregado, por lo que no mereces vivir, ya que no eres humano».
Es así como nos disparan, «they shoot», para matarnos con una balacera hecha de glifosatos, alimentos transgénicos, flúor , chemtrails, nanopartículas, nanobots, ondas electromagnéticas mortíferas…. y las vakunas, claro, la traca final.
Todo eso son disparos, disparos a caballos heridos, a caballos dolientes que según ellos no merecen vivir. Este masoquismo, esta sumisión odiosa a sus maquiavélicos disparos es una de las causas del odio que tienen los títeres del Averno a la humanidad, porque nuestra falta de rebeldía, nuestra cobardía, nuestra falta de coraje para defender nuestros derechos y libertades les inspira un asco profundo, y concluyen que caballos heridos, que humanos tan miserables no merecen vivir, y están pidiendo a gritos el tiro de gracia, la vakuna misericordiosa que ponga fin a su esclavitud patética.
En el fondo, esos seres perversos admiran a la gente que lucha, que se defiende, que batalla con uñas y dientes por su libertad, por su dignidad humana… pero, ¿qué se puede hacer con un caballo herido, roto, sin alma? Pues un tiro por aquí, otro por allá: no abraces a los abuelos, salúdate con el codito o el puñito, no bailes, no cantes villancicos, no hables en el autobús, lleva mascarilla n el Moncayo… medidas como éstas son disparos al alma humana, al corazón humano, que está ya muy malherido, y la vacuna le va a dar el golpe de gracia.
Amigos, si hay que morir, que no nos maten como a caballos heridos, caballos renqueantes, caballos cobardes y vencidos, en un tiovivo circense… que sea como a los héroes en la Moncloa, en los fusilamientos del dos de Mayo, con los brazos levantados y gritando: «¡Libertad! ¡Libertad!».
Damas y caballeros…
Para seguir al autor en Telegram: https://t.me/laureanobeni
A TODOS LOS SATANISTAS QUE ESTÁN METIDOS EN ESO DEL NUEVO ORDEN MUNDIAL LA AGENDA 2030 Y EL FALSO VIRUS COVID-19 HAY QUE ASESINAR LOS DIRECTAMENTE PORQUE ELLOS ESO ES LO QUE PRETENDEN CON MILES DE MILLONES HAY QUE PAGARLES CON LA MISMA MONEDA MÁS VALE PERRO VIVO QUE LEÓN MUERTO
Magnífica reflexión. El ciudadano libre nunca se organizó para defender su libertad. Con una única excepción histórica, los que siempre organizaron a los ciudadanos (para someterlos, incluso en el supuesto nombre de la libertad y la igualdad) fueron los poderosos. Hoy el poder es mundial y, por su fuera poco, disponen de ultratecnología y hemos sido manipulados para escindirnos y enfrentarnos mientras el oculto y mafioso Imperio Rothschild se deshace de la chusma sobrante
Como siempre, excelente articulo Don Laureano
No entiendo por qué todas las lecturas van a que sigamos por el mismo camino cuándo es tan fácil aplicar aquellas palabras de Jesucristo con la misma vara que os miden te medirán a ti y te agregaran un palmo más lo que hay que hacer es atacar directamente la cabeza de las serpientes y no seguir de borregos idiotas tragando a la televisión ellos quieren un genocidio en masa siendo una ínfima minoría pues hay que matar a algunos cuantos para que se les quite lo idiota al resto y así desistan de sus planes cómo está escrito en… Leer más »
La de “estoy harto y no puedo soportarlo mas” creo que es “Network”, de 1976:
https://www.youtube.com/watch?v=MRuS3dxKK9U
Gran artículo, y terriblemente triste, porque cuanto en él se dice es pura (y Put.. )verdad.
Gracias. Un saludo
Don Laureano, mientras me siga usted asombrando, segimos siendo personas. Eso de de “they shoot” me recuerda a una pelicula de 1999 cuyo nombre se pronuncia igual, y que no escribo para evitar a las aves carroñeras de internet ( robots ) y que tiene precisante a Sydney Pollack – Victor Ziegler en el reparto. Se que sabra a que pelicula me refiero.
Parte del reparto.
No digo mas, ustedes saben.
He dejado de leer su artículo,aunque he leído muchos, cuando ha mezclado el glifosato con estos comunistas ,todos , que están en el gobierno, me parece que no tiene nada que ver .El glifosato es una herramienta casi imprescindible para muchos agricultores que hacemos siembra directa o mínimo laboreo,vamos que es parecido a la impresora para usted
No se confunda amigo, el glyphosate no es una herramienta para el agricultor, en todo caso es un venemo que ha causado mas de 125.000 casos de canceres solo en estados unidos y miles de muertes. Bayer esta cagada ahora que un juez la ha condenado a pagar 11.600 millones de dolares a los afectados por la utilizacion de su herbicida Roundup.
Vuestra herramienta son las subvenciones…
Menuda tragadera y con coches de 40.000€…
Con toda la mierda que le echais a los cultivos no hay quien se la coma