De la “marcha de la tortuga” promovida por el Rey Hassan II a la invasión de Ceuta organizada por su hijo
AD.- El Rey Hassan II de Marruecos, fallecido padre del actual soberano alauita, planeó en 1990 invadir la península ibérica con 30.000 inmigrantes procedentes de los suburbios de Casablanca, Tánger, Kenitra, Taza y Ouxda. Esta operación, conocida secretamente como “marcha de la tortuga”, fue el segundo de los intentos de la Monarquía marroquí de sacar provecho de la disposición de las autoridades políticas españolas al cambio cultural y étnico de España.
Uno de los objetivos de la misión “marcha de la tortuga” consistió en la integración de esos primeros 30.000 inmigrantes magrebíes en el paisanaje de algunas comarcas españolas, fundamentalmente de Andalucía, Cataluña y Madrid.
Posteriormente y gracias a la disposición española a facilitar la integración legal y laboral de los marroquíes, el soberano alauita previó un aumento escalonado de los asentamientos a través del tránsito por el Estrecho de cientos de pateras controladas, autorizadas y dirigidas por el lobby mafioso de Abdelrraman Souki, muy vinculado al actual soberano de Rabat. La operación “marcha de la tortuga” cumpliría así el primero de sus objetivos.
Algunos años atrás, en 1977, ante la llegada de los primeros 3.000 inmigrantes marroquíes, el Partido Nacionalista Español de Melilla puso la voz de alarma ante la paulatina, creciente y descontrolada marroquización de aquella ciudad, habitada entonces por 75.000 españoles de origen. Las premonitorias advertencias de los españolistas melillenses solo obtuvieron agrios comentarios en la prensa española, que les acusaban de sembrar la alarma con excesos xenófobos llamados a romper la convivencia entre dos países hermanos y amigos.
Hoy la realidad se impone y habla por sí sola. De los 3.000 marroquíes censados en Melilla en 1977 (apenas un centenar de ellos poseía la nacionalidad española), se ha pasado a más de 50.000 en 2021, de los que casi 30.000 han sido ya privilegiados con la ciudadanía española. Ello sin computar el porcentaje de residentes ilegales que esperaban regularizar su situación y que las estadísticas más fiables sitúan en otros 20.000.
Éxodo de españoles
Hay que decir también que de los 75.000 españoles de origen que vivían y trabajaban en Melilla en 1977, hoy apenas resta algo menos de la mitad. El futuro tampoco se presenta más halagüeño. Con el índice de natalidad más alto de la Unión Europea, de cada diez nacimientos que tienen lugar en los paritorios de la Ciudad Autónoma, nueve son de padres marroquíes. Aunque oficialmente los marroquíes no superan en esa ciudad el 40% de la población, según asociaciones musulmanas, la cifra está recortada y ya son mayoría. Por su parte, el servicio secreto del Ejército y CNI sostienen que se aproximan poco a poco hacia la mayoría y que los musulmanes serán mayoría en Ceuta y Melilla en la próxima década.
Tampoco hay que ignorar otro dato significativo. Diariamente traspasan el paso fronterizo melillense de Beni Enzar numerosas embarazadas marroquíes dispuestas a parir en territorio español, gracias a la debilidad de la legislación española que, a diferencia de la gibraltareña, naturaliza de facto a los recién alumbrados. Según la tasa bruta de natalidad, que mide el número de nacimientos por cada 1.000 habitantes, Melilla y Ceuta se sitúan a la cabeza, con una medida de 17,74 y 17,94 nacimientos por 1.000 habitantes, cuando la media nacional se sitúa en 10,62 nacimientos.
Como consecuencia de todo ello, un elevadísimo porcentaje de la población española de Melilla se ha visto impelida a buscar acomodo en territorio peninsular, dada la imposible convivencia con esos nuevos y peculiares españoles de pleno derecho.
Narcotráfico
A la sangría estadística que tiene por víctimas a nuestros compatriotas melillenses, hay que sumar también la merma moral que sufre la ciudad, derivada del predominio de unas normas sociales y económicas basadas en la cultura del narcotráfico, en feliz consorcio con las autoridades marroquíes que controlan los cultivos de cannabis en todo el valle rifeño de Ketama.
Partido musulmán
Melilla además cuenta con un partido islámico representado en su Asamblea Autonómica, Coalición por Melilla. Su presidente, Mimon Abercham, un médico que se formó en el Kabul de los talibanes, propuso hace años la necesidad de que, en la piscina municipal, las mujeres se bañasen en completa intimidad y sin las indiscretas miradas de miradas varoniles.
El Partido Coalición por Melilla es ya la segunda fuerza política de la ciudad (en las últimas elecciones generales obtuvo apenas 300 votos menos que el PP) y se da ya por hecho que en los comicios autonómicos del 2023 logrará mayoría parlamentaria en la Asamblea de la ciudad autónoma.
Siento mucho decir ésto (ojalá me equivoque) a Ceuta y Melilla se le están fabricando sus sepulcros y dejarán de ser parte de la aún todavía ESPAÑA… D.E.P.
Dicen que Marruecos ha movilizado sus lobbis en EE.UU, mientras España se ha quedado contando nubes, o mejor dicho el golpista sanchez y todo su gobierno, hacen planes para enseñar a comer a los Españoles en el año 2050, eso debe de ser muy productivo, sobre todo cuando tenemos multitud de ASUNTOS DE ESTADO, que este esperpento que tenemos en la moncloa, ni ha solucionado, ni les ha hecho frente, y no solo eso, es que se ha desentendido de todos los problemas de España, perjudicando enormemente a los Españoles, ha aumentado la deuda del estado, a un montante imposible… Leer más »