Tendencias decorativas que están en pleno auge entre los españoles
Es innegable que la cultura del interiorismo no está tan arraigada en España como en otros países. Aun así, la situación empezó a cambiar a raíz de la llegada de una pandemia difícil de prever. Los ciudadanos se vieron obligados a permanecer muchísimo tiempo en sus propias viviendas, dándose cuenta de la importancia que llega a tener el hecho de estar a gusto en la casa o el piso de cada uno.
A raíz de entonces empezaron a surgir varias tendencias, así como adquirir popularidad algunas que ya existían. En próximas líneas desgranaremos en qué consisten estas modas ornamentales que tan en auge están en pleno 2021.
Sustituir las puertas convencionales por correderas
Todo español a la hora de comprar puertas tiene al alcance de un par de clics infinidad de alternativas. Los estilos son muy variados, así como los colores e incluso los tipos de productos que son puestos a disposición de los consumidores. Así lo demuestra la apertura y el cierre.
Dicho sistema puede ser tradicional o corredero, habiendo adquirido mucha popularidad este último. ¿A qué es debido? En lo referente a la decoración se agradece que, al permanecer abierta la puerta, ello no suponga tapar algún elemento que influya positivamente en la ornamentación del domicilio. Al abrirse horizontalmente ello no sucede.
Sin embargo, lo que más influye a los propietarios e inquilinos a la hora de decidirse por las puertas correderas es el enorme ahorro de espacio que proporcionan. Dicho resultado se obtiene sobre todo si en la vivienda en cuestión hay una gran cantidad de puertas.
Y es que de poco sirve tener muy bien decorada la casa si el espacio disponible es escaso. Las puertas correderas evitan que el número de metros cuadrados disminuya cuando son abiertas. Por si fuera poco, la apertura y el cierre es agradable a más no poder, así como seguro, evitando golpes y otros contratiempos.
Muebles de baño que permanecen suspendidos en el aire
No es magia: simplemente se trata de un tipo de mueble que va anclado a la pared. El resultado es similar al de un televisor que, por medio de un soporte, permanece fijo en una misma ubicación. Si este tipo de elementos cosecharon mucho éxito en su momento -y siguen haciéndolo-, no se quedan atrás los que detallaremos a continuación.
Nos referimos a los muebles de baño cuya estructura no contacta con el suelo, sino que lo hace con la pared. De esta manera los pies pueden adentrarse al máximo cuando se realizan acciones como lavarse los dientes y las manos, permaneciendo en una postura óptima durante el transcurso de este tipo de tareas.
Obviando lo referente a la confortabilidad, los muebles de baño suspendidos dan forma a un diseño minimalista que cada vez está más presente en las casas de los españoles.
No es el único estilo que ha proliferado hasta límites insospechables. También lo está haciendo el conocido como rústico y, para ponerlo en práctica, no hay nada mejor que la siguiente tendencia.
Suelo laminado que imita la apariencia de la madera
Basta con acceder a una vivienda cuyo estilo está basado en el rústico para sentirte acogido enseguida. El mismo genera un ambiente de hospitalidad, el cual agradecen todas las visitas que se van produciendo, así como los propietarios e inquilinos que tanto tiempo pasan a diario en el domicilio.
Conseguir tal resultado no es complicado. El color de las paredes juega un papel fundamental, así como el techo y, por supuesto, el suelo. Quienes no quieren optar por colocar directamente una superficie de madera acaban decantándose por los suelos laminados que imitan su apariencia a la perfección.
Los materiales utilizados para la fabricación son diversos, incluyendo la cerámica. Gracias a ello se obtienen una serie de ventajas sin renunciar al atractivo propio de la madera, ejemplificándolo un mantenimiento más asequible, así como una gran facilidad para limpiar cualquier mancha que se produzca en el suelo.
Alternar solo dos colores
Al minimalista y rústico hay que sumar otro estilo decorativo que cada vez cuenta con más adeptos en nuestro país. Hablamos del nórdico, el cual generalmente consiste en combinar el color blanco y el gris. Por ejemplo, una buena idea se resume en instalar puertas blancas, color que también estará presente en las paredes y los muebles, mientras que el suelo y las ventanas serán grises.
Indistintamente de los colores seleccionados para dar forma a dicho estilo o a cualquier otro, la alternancia entre solamente dos tonalidades es una práctica muy extendida. La homogeneidad en este sentido aporta una gran sensación de bienestar.
Por desgracia, hay una dificultad que no puede pasarse por alto: en ocasiones es complicado encontrar ciertos elementos que justamente presenten la misma tonalidad del resto de productos decorativos presentes en el domicilio. Aun así, el esfuerzo merece mucho la pena.