Mesa informativa de Vox Málaga hoy en Humilladero.

La prueba definitiva de que Vox Málaga se ha convertido en todo un esperpento en manos de Patricia Rueda y Jacobo Vázquez, bajo la batuta de Ortega Smith y con el indigno Sevilla oficiando de partenaire, la hallarán los lectores en la mesa informativa instalada hoy en Humilladero, un municipio malagueño de mayoría izquierdista. Solo un militante hizo acto de presencia. Se trata del mismos sexagenario que se expuso innecesariamente en Villanueva de Algaidas, un pueblo de mayoría social comunista, mientras algunos golfos de la gestora ejercían el postureo en Marbella.

A la mesa en Humilladero de nuestro heroico militante se incorporaron dos personas a última hora, una de ellas procedente del partido de Rosa Díez. Toda la morralla política de la provincia está recalando en Vox Málaga. Así que no resulta ilógico que cada vez más voces pidan el retorno de José Enrique Lara.

Y es que el estado de salud de Vox Málaga es comatoso. La militancia observa perpleja el cúmulo de acontecimientos que han convertido al partido en el cortijo de unos pocos. El fracaso de las mesas informativas es la mejor constatación de que los militantes, de forma abrumadoramente mayoritaria, le han dado la espalda a la dirección. “¡Que vayan ellos!”, espeta un veterano militante en Torremolinos.

En la etapa de José Enrique Lara al frente de Vox Málaga se prohibía que se montaran mesas informativas sin un mínimo de participantes por motivos de seguridad. Los que hay ahora no tienen dignidad ni vergüenza políticas. La militancia de Vox en Málaga no merece a estos dirigentes provinciales ni el espectáculo risible que se está dando.

Un partido necesita, como presupuesto de existencia, unas buenas dosis de dignidad y de decoro. Su actividad al final queda limitada por el alcance de sus propias fuerzas. Cuando más, si acaso, por el sentido moral del que dispongan sus líderes. A esa merma debe Vox Málaga su aparente vidriosidad. Rueda, Vázquez y Sevilla son un estorbo en el camino de Vox en Málaga. ¿Cómo revivificar el patriotismo frente a la izquierda con personas sin más ideales trascendentes que sus propios fines? Hace solo unos meses, la valía de los militantes de Vox Málaga no se medía en torno a determinadas características inconfesables, sino que venía prefigurada por su mayor o menor competencia. Para que triunfe cualquier proyecto es imperativo que estén al frente los mejores, y no los amiguitos ni las amiguitas. Y así es lógico que la gente esté tan desmotivada como para dejar solos a este heroico militante en la tarea de captación de nuevos adeptos. Ni Vox podía llegar tan bajo ni sus penosos dirigentes provinciales tan alto. Es imperio acabar con estos sinvergüenzas.

La desolada imagen de la mesa informativa de Humilladero debería ser la mejor prueba de cómo no se puede pedir la colaboración de esa misma gente que está siendo suplantada en los cargos por arribistas y mediocres, muchos de ellos provenientes del PP.