Montse Gil-Delgado Fernández.- Estoy segura de que Pedro Chaparro no pensó que como consecuencia de su acción patriótica del 11 de septiembre de 2013 en la librería Blanquerna iba a pasar una larga temporada en prisión. Y también estoy segura de que, de haberlo sospechado, no hubiera renunciado a defender nuestra Patria en aquel vergonzoso evento independentista. Pero lo que no creo que hubiera imaginado es el desprecio con el que iba a ser tratado por aquellos que enarbolan las banderas españolas para convencernos de lo mucho que aman a España, pero no se mueven de su poltrona para demostrarlo. Habrá sentido la misma desolación e impotencia que hemos sentido los que apoyamos y agradecemos aquel acto de valentía al constatar que los supuestos patriotas de despacho lo han dejado completamente solo. Cuando llega el momento de la verdad y la entrada en prisión es inevitable e inminente apenas unos pocos compañeros estuvieron con él, acompañándolo para recoger el requerimiento judicial. A la salida de la Audiencia Provincial no había más diez personas que coreaban “ser español es un orgullo” para apoyarlo en estos duros momentos.

Pero, a pesar de la distancia y de la imposibilidad para estar físicamente con él, somos muchos los que le queremos hacer llegar los ánimos y la fuerza para afrontar la difícil situación que tiene por delante, y que todavía creemos que actos como el suyo nos devuelven el orgullo de ser españoles.

Estamos contigo, Pedro.