La “franquista” batalla de Trafalgar
Jorge Fernández Díaz.- El espectáculo del Ayuntamiento de Palma, retirando del callejero por ser «franquistas» los nombres de ilustres españoles como los marinos héroes de Trafalgar Churruca y Gravina, de Cervera —paladín de la guerra de Cuba— e incluso el de la ciudad de Toledo, ha puesto de relieve hasta dónde pueden llegar el sectarismo político y la estupidez de la mano de los adalides de la nefasta «Democrática Memoria».
Ante el lógico revuelo provocado, argumentan que las calles fueron denominadas en 1942 por un «ilegal e ilegítimo ayuntamiento», en honor a los buques así bautizados y que apoyaron el alzamiento. Pero resulta que ni siquiera esa coartada se ha acreditado como cierta, ya que sus dotaciones y los navíos permanecieron con la República. En cuanto a la imperial Toledo, se la ha castigado por su connotación con la heroica gesta de Moscardó en el Alcázar. Ante la protesta de la edil socialista toledana, su conmilitón balear va a mantener la dedicatoria, pero en otra calle para evitar cualquier relación.
A partir de ahora, habrá que revisar el callejero bajo la premisa de que los personajes históricos, las ciudades y todo el reino animal o vegetal serán franquistas si merecieron homenaje entre 1939 y 1975.
Lo primero que debe hacer la alternativa en cuanto sea posible es derogar esa ley, auténtico atentado al espíritu de concordia de la Transición y al sentido común. Son las consecuencias de renunciar a la batalla ideológica y de los valores. Pero más vale tarde que nunca.