Un afiliado de VOX Málaga que te  conoce bien.- Cómo puedes comprometer un día a quien se cree tu amigo retándolo a invitar a cervezas a todo el que acuda a una mesa informativa, saltándote todas las normas que conoces de tu “amado” partido, y exponiéndolo a él y a todos los afiliados al ridículo de que el denunciante que le reclama más de 50.000 euros aparezca y reviente la mesa informativa a todos ellos. A ti no, claro. Tu estarás pensando en visitar los museos del vino, como escribiste al día siguiente de que publicaras en tu facebook la ‘melonada’ de las cervezas. Solo se me ocurre que quieres hacer más daño del que ya le has hecho a tu antigua formación.

Cuando alguien mete la pata como tu la metiste con lo de las cervezas, recula, piensa, recapacita y obra con humildad y sensatez; pero tú no, tu sacas a relucir tu soberbia digna de esos caciques trasnochados que no piensan en nada, solo en su egolatría dañina y le pones un pie en el cuello a tu moribundo VoX Málaga, que se esta ahogando en un charco; pero eso sí, esos caciques cuidaban a los suyos, tú no.

Analicemos por qué puede ser:

Puede ser porque ya no te fías de tu amigo Fernando y quieras acabar con él; esa es la primera lectura que podemos entrever si supiésemos manejar las leyes de inferencia lógica.

Puede ser porque te daría vergüenza que sacase esa plaza al Senado que tú no pudiste sacar porque no te votó ni tu familia.

Puede ser porque toda la gente normal, incluyendo la que hace Alerta Digital, nos levantamos pensando cómo resolvemos el cuadre del mes con los pagos y los ingresos, y tú eso lo tienes resuelto con lo que trabajaron los Ariza y cobras las rentitas entre el 1 y el 5; o de eso presumes muy a menudo.

Puede también ocurrir que cuando te pones frente a las redes sociales te estas enfrentando a algún mono.

No lo tenemos claro.

Pero sí estamos absolutamente seguros que meter la pata haciendo daño evidente a todos los que te rodean, y al día siguiente obrar con soberbia con otra publicación como la que adjuntamos, es una prueba inequívoca de que eres muy mala persona. Chulo.

Tu partido y tus compañeros te lo reclamarán antes o después; por lo menos sé un hombre y da la cara en la mesa.