Patricia Rueda pierde el “oremus”: la diputada de Vox por Málaga participa en un acto de exaltación del andalucismo junto a PSOE, Cs y PP
Lo de la diputada de Vox por Málaga, Patricia Rueda, ya no es solo su torpeza en la gestión política, también su incoherencia ideológica, acaso fruto de su escasa formación. La frivolidad política de “Barbie” es causa de hilaridad e incredulidad entre los afiliados. Pocos entienden que una persona de tan escasos pertrechos intelectuales pueda tener en sus manos el control del partido que hace menos de un año estaba llamado a ser hegemónico dentro de la derecha política malagueña. Pocos entienden que esta nulidad política siga acaparando la crónica diaria de Vox Málaga y no precisamente por sus aciertos.
Mientras Macarena Olona ha viajado a Sevilla para hablar del fracaso de las autonomías y cargar contra “el Estado autonómico que divide y enfrenta a los españoles”, Patricia Rueda participaba ayer en un acto de exaltación del Día de Andalucía y de la figura de Blas Infante, junto a representantes del PSOE, Ciudadanos y PP. Durante el acto, que se llevó a cabo en la Diputación Provincial de Málaga, Patricia Rueda se sumó al canto del himno de Andalucía sin que aparentemente se la percibiera incómoda. A la penosa diputada hay que preguntarle: ¿Se siente representada por una bandera musulmana? ¿Se siente representada por un orate antiespañol como Blas Infante?
Para la gente cultivada de Andalucía, la figura de Blas Infante corresponde a la de un fantoche separatista fascinado con el cuento de Al Andalus y con el islam. Patricia Rueda, sin embargo, se ha adherido a la reivindicación del fantoche como ‘Padre de la Patria Andaluza’.
Como a “Barbie” parece que le da igual un roto que un descosido, repasemos brevemente quién fue Blas Infante y lo que quiso. Converso al islam tras un viaje a Marruecos para buscar a los herederos de Boabdil, el último rey moro de Granada, Blas Infante defendió una Andalucía independiente que tuviese como principal referencia histórica la etapa de Al Andalus, que él idealizó hasta el delirio. En su obra ‘El ideal andaluz’ propone un Estado andaluz independiente hermanado con Marruecos. Incluso en una de sus delirantes citas sostenía que el “idioma andaluz” (sic) debía escribirse con caracteres árabes y no latinos.
El ‘Padre de la patria andaluza’ fue también un eminente masón, como seguramente no conoce la penosa diputada. A mayor abundamiento, Blas Infante solicitó la entrada a la masonería en 1923 en una logia reunificada llamada Isis y Osiris y perteneciente al Gran Oriente de España.
Nada de lo anterior parece importar a los cargos públicos de la derecha. Desde muy de mañana depositaron clavelitos verdes y blancos en los monolitos levantados en honor a una antigualla a la que ninguno de ellos ha leído nunca.
Nuestra derechita, tan beligerante con la memoria de Sabino Arana, se siente sin embargo emocionadísima al recordar a quien fue cien veces peor. Los magníficos cipayos del andalucismo orquestaron su acción a espalda de la inmensa mayoría de los andaluces, escasamente sensibles a la incomparable capacidad de aggiornamento de nuestra clase política, que saltó del ‘Cara al sol’ al ‘Andaluces levantaos’, y del azul mahón al verde califal, como Suárez saltó del franquismo a la democracia liberal sin tocar baranda.
La antología del engaño y la comedia que vive Andalucía cada 28 de febrero hubiese provocado el rubor del mismísimo Mairena machadiano, a la vez que nos descubre lo alejados que viven políticos como “Barbie” de sus votantes. Ni como ideólogo, ni como político, ni como historiador, ni siquiera como rapsoda de los reyezuelos nazaríes, no hay nada interesante ni que valga la pena recordar del botarate al que llaman ‘Padre’ de una patria que no es la que reconocemos como única.
Y frente a las que convierten en dogma de fe las excrecencias ideológicas de alguien tan gris, tan mediocre y tan abyecto como Blas Infante, el partido al que todavía pertenece Patricia Rueda ha señalado hoy mismo que “el día 28 de febrero no representa ninguna efemérides digna de orgullo ni de ilusión para los ciudadanos andaluces”.
Añade el partido de Abascal al hablar de esta jornada: “Es natural que quienes han hecho de la bandera blanca y verde su medio de vida defiendan las instituciones autonómicas a capa y espada. Y es natural también que quienes aspiran a heredar el monumental tinglado se rasguen las vestiduras ante la menor crítica.
Vox no ha venido a la política para decir lo mismo que dicen todos o para heredar poltronas. Es el momento de declarar ya que el experimento autonómico ha ido demasiado lejos, y que los españoles tenemos que empezar a desandar el camino que se comenzó, con malas artes, un 28 de febrero de 1980”.
Sin que al caso debamos objetar nada al escrito, pero bien haría Vox si comenzara impartiendo esas lecciones básicas a su incalificable diputada por Málaga.
Hay que ser imbécil para creer en que VOX va a suprimír las autonomías. En cuanto se convierten en autonosuyas ya no quieren quitarlas. Hipócritas políticos profesionales.
Lady Botox haciendo un “Josemi” como dice AD, queriendo quedar bien con todo el mundo, pero como dice el artículo que se lea algo de historia antes de enaltecer a Blas Infante ¡qué pocas luces! Con tal de hacerse una foto la Barbie, le da igual con quién ¿no mira antes dónde va? Ella apoyando el acto de Blas Infantes y Vox haciendo un acto contrario y encima va también, es que es tonta.
Que Acción Disciplinaria dictará Vox Madrid hacia ella.
Sigue los pasos de su admirada Celua Villalobos posicionándose para candidata a la alcaldía de Málaga. Entre merdellonas anda el juego