Argelia: una amenaza para España
FN (R).- Las miradas de los pocos españoles con cierta conciencia de defensa se dirigen principalmente al sur, a una monarquía musulmana con la que nuestro país mantiene varias disputas territoriales por las plazas de soberanía en el Norte de África y las aguas que rodean al archipiélago canario; que no duda en utilizar algo parecido al chantaje en sus relaciones exteriores con Madrid; y que se rearma a buen ritmo gracias a la financiación saudí.
Pero un poco más al este, otra nación árabe de tradición socialista encabeza las listas de gasto militar en el Norte de África, triplicando el gasto de Marruecos y duplicando el de Egipto, considerado la gran potencia regional. Este país es Argelia. Y aunque muchos la consideran una nación remota, alejada de cualquier interés o preocupación para España –a pesar de que durante la década de los ochenta sirvió de refugio y campo de entrenamiento de ETA-, quizás este dato les haga reflexionar: entre Cabo de Gata (sureste de España) y Cabo Fígalo (noreste de Argelia) apenas hay 160 km.
Desde nuestro país no se mira a la República Argelina Democrática y Popular como un enemigo potencial. Tenemos en vigor un acuerdo de buena vecindad desde 2002, somos su tercer cliente más importante (de hidrocarburos, principalmente: Argel es nuestro gran proveedor de gas natural a través de dos gasoductos que atraviesan el Mediterráneo) y su carrera armamentística parece tener una serie de objetivos claros: disuadir a Marruecos, combatir a la insurgencia y controlar su vasto territorio y sus fronteras calientes con las naciones saharianas y la problemática Libia.
Tal vez estos objetivos expliquen que Argelia posea la fuerza de carros de combate más capaz del Mediterráneo, con 1400 unidades, de los que 500 son modernos T-90 adquiridos en los últimos años a la Federación Rusa. Podría incluso justificar la compra, realizada en 2016, de 42 potentes helicópteros de ataque Mi-28 que complementan a sus Mi-24 modernizados, y que pueden ser utilizados para garantizar el cumplimiento de estos objetivos.
Pero Argelia ha incorporado además otra serie de sistemas que parecerían insinuar que el país norteafricano pretende, a su escala, imitar la estrategia anti-acceso y de denegación de área (A2/AD) seguida por Pekín y Moscú. Una estrategia basada en la adquisición de sistemas avanzados de defensa aérea; una fuerza submarina numerosa y preparada y una aviación moderna y capaz que impida el libre uso del espacio aéreo y marítimo a las naciones adversarias.
Una vuelta rápida por la base de datos del SIPRI revela que, en los últimos veinte años, la fuerza aérea argelina se ha dotado de 57 Su-30 MKA (espera recibir 16 más) y ha modernizado sus 46 Mig-29, mientras mantiene en servicio el interceptor Mig-25. Su defensa aérea ha adquirido el –muy temido en Occidente- sistema S-300 PMU-2 y el afamado –y a la vez cuestionado- sistema autopropulsado Pantsir.
Su marina ha pasado, en 10 años, de 2 a 6 submarinos Kilo. Los últimos cuatro, del estándar 636, son capaces de lanzar misiles de crucero Kalibr, con un alcance estimado en 300 km. Pero además, su fuerza de superficie, compuesta hasta hace apenas una década de veteranos buques rusos de las clases Nanuchka y Koni (y algunos patrulleros lanzamisiles de la clase Osa), dispone ahora de dos fragatas Meko A200 de construcción alemana, tres corbetas chinas clase C-28 (armadas con el misil antibuque C-802) y está a la espera de recibir, a lo largo de este 2021, tres corbetas más de la clase Steregushchiy. La guinda la compone un LPD encargado a Italia en 2011 y una flota de helicópteros modernizada y equipada con las versiones más actualizadas del Lynx y el EH-101.
Por si todo esto no causara suficiente preocupación, el país norteafricano parece ser el cliente de cuatro lanzadores 9P78 del sistema Iskander, un sistema de misiles catalogados como “balísticos de alcance intermedio”, con hasta 500 km de alcance, una carga explosiva de hasta 700kg y una velocidad cinco veces superior a la del sonido. Bien posicionados en Cabo Fígalo, serían capaces de amenazar todo el sector sureste de nuestro territorio nacional.
¿Son estas adquisiciones parte de la estrategia de Argel frente a Rabat? Tal vez. Pero la realidad es que, 200km al sur de nuestras costas meridionales, las fuerzas armadas argelinas se dotan de capacidades frente a las que, a día de hoy, no somos capaces de dar respuesta.
Todo esto ocurre en un país que, aunque resistió los envites de la primera oleada de protestas amparadas por la Primavera Árabe, está inmerso en un proceso de renovación política desde que las protestas populares –apoyadas por sectores de las fuerzas armadas- forzaron la renuncia del presidente Bouteflika, que hasta 2019 gobernó el país norteafricano con mano de hierro.
Rodeada de estados fallidos o con situaciones de seguridad interior muy complejas, el arsenal argelino puede convertirse en una amenaza para España de caer en manos inadecuadas en el caso –hipotético, pero en absoluto descartable- de que la frágil estabilidad del país norteafricano se deteriore. Y llegado ese caso, nuestro país carece de una capacidad antisubmarina adecuada, no dispone de los medios necesarios (sobretodo en cantidad) para garantizar la superioridad aérea ni tampoco posee la capacidad de destruir o suprimir (DEAD/SEAD) la potente defensa aérea argelina.
Tal vez sean estas debilidades por nuestra parte las que envalentonaran a este país, que consideramos oficialmente amigo –pero que se ve en una posición de fuerza-, a ampliar de forma unilateral sus aguas hasta solapar estas con las del Parque Nacional de Cabrera en febrero de 2020.
La realidad es que nuestro Flanco Sur, Marruecos y Argelia, vive una notable carrera armamentística. Al mismo tiempo, nuestras Fuerzas Armadas encadenan varios años de escasa inversión (o de inversiones poco reflexionadas e ineficientes), que han traído consigo la pérdida de capacidades, y en definitiva, la pérdida de una posición de superioridad militar con la que disuadir o, en caso necesario, defender nuestros intereses de cualquier amenaza o agresión.
Cuestion de tiempo que algunos de estos paises, nos den un susto y despues un disgusto: entonces nos convertiremos en adultos, de malas maneras.
Nuestro presupuesto da para pagas, combustible, fuegos artificiales y desplegarnos en misiones de paz que para los que no sabemos es lo mismo que plegarnos a misiones de otros.
Entre el empeño patrio en autodestruir España y esperando sentados, con la inmigración nos conquistan en menos de un siglo, que en la historia no es nada
Excelente comentario.Pero en un detalle creo que se equivoca. Tal como está España ahora con estos gobiernos de los últimos tiempos, en menos de treinta años no sólo Argelia sino Marruecos, Mauritania o incluso Andorra serían capaces de conquistar a este desecho de nación. Jamás España en toda su gloriosa historia tuvo gobernantes tan traidores, canallas y viles.
Es para llorar lo que nos espera de “igualdad fraternidad y alianza entre cristianos y moros” en nuestra vieja vecina, ¡mama que vienen los cartagineses!. Esta vez se ve, gracias al magnifico trabajo del autor, que nuestras mascotas de aquí, tienen a sus primos de Rojosol, los progresistas africanos, mostrando pacifismo, bien fundamentalizados en Alá, autenticos de la raza de otro lado, pero con su armamento de terminators de todos nuestros amigos americanos y rusos y demás. En eso gastan los señoritos del gas. Los paracaidistas chinos sin embargo, llevaran unos cohetes manuales que conseguiran destruirlo casi todo a no… Leer más »
Excelente artículo. Alerta digital se está convirtiendo en uno de los medios de comunicación de Internet más prestigiosos, serios y rigurosos. Yo lo sigo a diario. Sigan así, porque esto ya lo saben los políticos y la prensa. La prueba es la irrupción de comentarios ajenos al ideario de AD. Alerta, pues. Un saludo.
Que yo sepa, y corrijánme si me equivoco, la mayoría del gas que utilizamos para calentarnos, en empresas, etc., viene de ARGELIA, por medio de un gigantesco oleoducto que va por debajo del mar Mediterráneo…
Ambos dos países, y Dios quiera que me equivoque, pueden acabar siendo nuestros grandes enemigos…