De la bronca con Lucía Cuín al silencio con la drag queen
Vox sucumbe al relativismo moral que sus dirigentes tantas veces han criticado. Tras las elecciones municipales de 2018, Vox expulsó a la que fue número dos de la lista del partido el 26-M en Torremolinos (Málaga), Lucía Cuín, por participar en los actos del Orgullo Gay en Torremolinos. Tras ser expulsada del partido, Lucía Cuín terminó dando al PSOE la Alcaldía del municipio costasoleño. El competente empresario hotelero Antonio Sevilla, cabeza de lista del partido verde en Torremolinos, fue objeto de todo tipo de críticas por la presencia de Cuín en la candidatura de Vox. Muchos incluso pidieron su dimisión.
Solo unos meses después, la diputada Macarena Olona ha avalado la militancia en Vox de la drag queen Madame Perlan. Hace unos días, la diputada calificó a Madame Perlan de “gran luchadora” y arremetió contra los militantes que la habían insultado, llamándolos “malas personas”.
Comparemos la reacción de los que se lanzaron en tromba a descalificar a Sevilla Vox con con la actitud cobarde mantenida ahora con la diputada Olona, que defiende la homosexualidad como un principio.
Insistimos: ¿por qué es más grave acudir a un acto del Orgullo Gay que promocionar a una drag queen? ¿Por qué los militantes de Vox no han actuado contra Olona con la determinación que sí lo hicieron con la joven Cuín?
Un sector de Vox, en el fondo y de forma inquietante, hace del relativismo moral una de sus normas de conducta. Y sobre todo cumple con una máxima: ser fuertes contra los débiles y demasiado débiles con los que considera más poderosos. Aunque esos supuestos poderosos no tengan para nosotros valor vital alguno.
Menudo fichaje de vox????que se habrá liado con Abascal o con Smith??