Carta abierta a José Enrique Lara Peláez
Reivindico, José Enrique Lara, el derecho a equivocarme, no una sino tantas veces como nuestra condición humana nos rebaja a ello, pero también hago mía la exigencia de admitirlo. El fundamento de la moralidad acaso sea uno de los principales distintivos que nos separa de una sociedad de fieras, donde el instinto salvaje suplante a la razón y lo injusto a lo decente. Admito mi error al decantar mis preferencias en las elecciones internas de Vox en Málaga por el candidato que ha demostrado ser un auténtico canalla político. El verde oliva que vistió tu rival en las elecciones, idéntico al uniforme prestigiado desde la década de los años 20 del pasado siglo por muchos de los míos, fue suficiente razón de peso para apoyarle, como probablemente ningún candidato provincial ha sido apoyado nunca desde un medio de comunicación. Debo admitir mi inmenso error. Ese uniforme tan aparente escondía una sentina de putrefacción política que es ahora cuando alcancé a comprobar. Lamentablemente no puedo revertir los acontecimientos, y es por ello que mi deuda moral contigo queda constreñida al resto de mis días.
Pese a nuestras notables diferencias, sin embargo el hecho de no habernos conocido ni tratado, he percibido estos días en ti y los tuyos una calidez y una calidad humana que me han sobrecogido. Tu número dos, Antonio Pulido, me obsequió hace escasas fechas con unas palabras de gratitud que recordaré mientras viva. La ejemplaridad de otro de los tuyos, Antonio Sevilla, eleva la talla moral de tu equipo, en comparación al de Enrique de Vivero, hasta niveles estratosféricos. De haberos tratado tan estrechamente como a los otros, habría reparado a tiempo que no hay color entre Antonio Sevilla y Paco Vázquez; que entre Carmen Barrios y esa tal Noelia, la que está encantada de haberse conocido, tampoco; que entre la talla moral de Antonio Pulido y la de Javier Barranquero, hay la misma distancia que entre un controlador aéreo y un científico de la NASA; que Nanda Agredano es un zote como política, o que de Vivero representa una estafa moral, un tipo sin ética ni estética, un pobre anciano henchido de medallas de hojalata, ninguna de ellas ganada donde las ganan los héroes de verdad.
Esa gente a la que te has enfrentado no vale nada. La palabra del ex coronel vale menos que una moneda de chocolate. Habrías ganado las elecciones de calle sin nuestra errónea toma de partido por esa banda. Has cometido muchos errores, pero estoy seguro que nunca te has lucrado, ni has echado nunca mano de malvadas influencias. Pudiste aspirar a un cargo público y no lo hiciste. Llevaste a cabo la travesía del desierto con Vox cuando nadie creía en vuestro proyecto. Pero sobre todo, nunca hubieses negado a quien te hubiese dado, sin pedir nada a cambio, lo que yo a tus oponentes. En ese sentido, tu dignidad y tu sentido del honor están a años luz de los que podría acreditar nunca el viejo farsante.
Lamento profundamente, José Enrique, haber contribuido a rescatar de la irrelevancia social y política a quienes ya están repartiendo chiringuitos luego de haberlos denunciado; a quien hablaba de honor y de lealtad para luego dejar tirada a la persona que lo puso en contacto conmigo, a principios de este año. Lamento haber encumbrado tanto a ese pícaro enfundado en un sagrado uniforme, el más deleznable de todos, quien terminará haciendo de Vox en Málaga una escombrera de partido, un asco vomitivo.
Lo bueno o lo malo, José Enrique, es que esa gente va a durar bien poco. Hay determinados amancebamientos que terminan siendo una ruina. Determinadas informaciones podían reventarles el chiringuito en cualquier momento. Yo dispongo de ellas. Y espero más pronto que tarde resarciros por lo que os he quitado.
Perdiste las elecciones con la elegancia que tu oponente nunca tuvo. Mientras tu continúas en el partido, él decía que se iba si no las ganaba. Los mismos que te apoyaban lo siguen haciendo, empezando por el gigante de Pulido. Enrique de Vivero, en cambio, carece de la autoridad moral para ser un líder, todo en él es fatuidad y fachada. A tu manera tú sí lo fuiste y lo sigues siendo. Te rebelaste cuando las directrices de Madrid colisionaban con los intereses del partido en Málaga. Él en cambio es un hombre apocado y sumiso, que al primer puñetazo en la mesa de Cabanas se acoquina recalificando lealtades a la velocidad que el alcalde corrupto recalifica solares. Con paciencia terminaréis dando el pistoletazo de salida a la frustración de los militantes que se lo lleve por delante, como a todos los falsarios. Él es el más falsario de todos, un patriota de opereta, un hombre sin palabra, un dirigente sin formación ni carisma, un dechado de mediocridades. Ha engañado a mucha gente, a mí el primero, pero no se puede engañar a toda la gente todo el tiempo. El que nace lechón, muere cochino.
Siempre me pesará haber ayudado a Enrique de Vivero. Por ello, por el más estricto sentido de la decencia y también de la dignidad humana, José Enrique Lara Peláez puede contar conmigo.
me parece bien pero el daño ya esta hecho,decir que todo aquello que toca vox en madrid se pudre al instante,hay mucho ollin debajo de la alfombra
Don Armando robles, rectificar no sólo es de sabios, sino que hay que ser muy sabio para rectificar tanto, en tan poco tiempo y con tan bellas palabras. Y no sólo sabio, es un caballero. Para usted, mantener la palabra es algo sagrado, por eso le ha defraudado tanto el ex coronel Vividor porque usted, si promete algo lo cumple, por cortesía, por nobleza, por hombría y porque proviene de familia militar en la que darse la mano era un trato y la palabra dada tenía más valor que un contrato. El honor, se fundamenta en valores como la integridad,… Leer más »
Que de Vivero no le llega ni a la suela de los zapatos a José Enrique Lara, no es un tabú, si no un hecho probado, que de vivero carece de Honor ya ha dejado muestras en su campaña, que malaga se va a resentir y perjudicar por ello, también es una muerte anunciada, pero que hay que saber con quien se alía uno en determinados asuntos, se debería de haber informado antes de la clase de pájaro que era de Vivero, le animo a que más pronto que tarde saque a la luz la artillería de la que dispone,… Leer más »
Muchos nos equivocamos con Enrique de Vivero, exactamente por las mismas razones que Alerta Digital. Quisiera pedir disculpas al señor Lara por haberle estado tirando langostinos congelados a la cabeza hasta que se ha descubierto el pastel.