Entre tanto rebrote y tantos augurios económicos pesimistas, la bolsa española no tira. En cambio, Wall Street vive con desenfreno y la economía financiera por allá no ve, o computa de otro modo, lo que acontece en la economía real. Tal vez, sea que desde la cosmopolita Nueva York, el mundo se divisa de distinto color y se cree a carta cabal en la V de la recuperación, dejando entrever que pese a la grisácea perspectiva actual se otean cielos despejados cuando la pandemia amaine.

Por las bolsas europeas la cosa más o menos va aguantando, al menos por Frankfurt y Milán, pese a la jornada sombría de ayer. Pero aquí, da la impresión de que los inversores están pasando de nuestros valores y nuestro Ibex se va quedando atrás en comparación con otros mercados bursátiles.

Nuestra bolsa no incita instintos inversores. Es cierto que en nuestro parqué pesa el sector bancario y eso ahora influye. También hay una serie de valores vinculados al turismo, que, tal y como están las cosas, rezuman debilidad, a la espera de que el rumbo económico cambie. Aunque quizás haya algo más… Como si los inversores desconfiaran de los derroteros de la economía española, posiblemente porque no se advierten atisbos sólidos de recuperación, acaso porque la gestión política de nuestro país genera serias dudas y evidente desconfianza.

EMPRESAS ESPAÑOLAS EN EL PUNTO DE MIRA

Al menos si nos atenemos a las cotizaciones son varias las compañías que actualmente se encuentran en la diana de futuribles OPAS con sus precios de mercado bajos en comparación con sus recursos propios. Además, la financiación hoy está barata y así seguirá en bastantes meses. Por eso, sigilosamente determinadas empresas españolas cotizadas estarían en el punto de mira, por más tono bajista que se dé en los corros bursátiles.