Malena Contestí, en una imagen en el Congreso.

LD.- Jurista, analista política, y cofundadora de la coalición “Actúa”, hemos conversado con la ex diputada de VOX, Malena Contestí. Sostiene que su visión liberal la alejó de VOX y ahora nos brinda su opinión sobre la situación de España y de su ex partido.

– VOXpasó de tener 24 escaños a 52, lo que les situó como el tercer partido más importante de España y una alternativa consistente. ¿A qué cree que se debió esa notable subida en número de escaños? 

– Desde luego la pérdida del relativo liberalismo inicial de VOX, ya acaecida en estas fechas presentes, no fue el motivo en aquel calendario. Y vaya por delante que VOX nunca fue propiamente liberal, pero no menos cierto es que apuntó a maneras y en intenciones, y plasmó un programa económico de una decencia destacable. Algo que, a día de hoy, y no en los pasados comicios, ya se ha roto.

La realidad de ese aumento numérico fue la coyuntura devenida durante el mes de octubre, con los graves altercados catalanes y con la exhumación de Franco. Esa fue la clave mesurada para levantar el ánimo del voto navideño hacia la formación verde, incluso lejos de las expectativas del propio partido. Siendo, sin duda, la estrategia madre servida en bandeja para la fragmentación de la derecha, y la causa fundamental del alumbramiento de esos 52 diputados.

– ¿Qué cree usted que le falta al liberalismo más purista para convertirse en una alternativa viable al marxismo, que actualmente ocupan fuerzas como VOX o el Partido Popular?

– La pregunta me parece tendenciosa por varios motivos. Primero, porque plantea una falsa disyuntiva; VOX, como sabemos, no se encuadra en la ideología liberal, sino que es un movimiento patriótico y social, anti globalización, nacionalista y obrerista, definición arrojada no sólo por las evidencias, sino por ellos mismos en sus declaraciones. Y segundo, porque en todo caso, las posturas que más procuran acercarse al liberalismo dentro de la palestra política de primera línea a día de hoy, las ocupan Ciudadanos y el Partido Popular, este segundo con cierto barniz conservador.

Dicho esto, puedo responderle entonces a la cuestión de qué le falta al liberalismo para ser alternativa a este Gobierno de coalición radical. Y lo que puedo decirle es que ya es una alternativa. Hay que invertir el esfuerzo en ser propositivos y contundentes. Hay que explicar con claridad que el liberalismo siempre ha luchado contra los totalitarismos, empezando por las monarquías absolutas, y posteriormente contra los fascismos y los comunismos. No es “qué le falta”, es que siempre ha sido, precisamente, la mejor y más lógica alternativa.

– Hace poco, VOX anunció la creación de un sindicato con el nombre de “Solidaridad”. ¿Cómo valora usted la creación de este sindicato? Muchos analistas liberales han trazado semejanzas con los sindicatos de la época franquista?

– Es una muestra más de que VOX es un partido “lepenista” a la española, falangista por herencia en cuanto al estatismo, si se quiere. Incluso por alusiones al nombre de este: “Solidaridad”. Justo así se llamaba la revista del sindicato vertical franquista.

No es casualidad. Y tengo que decir que me ha sorprendido tan poco disimulo. La creación de un sindicado es un viejo truco populista. No son los primeros que lo utilizan, hay innumerables ejemplos en la historia contemporánea internacional de partidos colectivistas que han querido labrar un supuesto camino revolucionario para un grupo llamado “los obreros de este país”.

Debiera Podemos temer esta estrategia, VOX ha sido listo, su nuevo brazo de fuerza ideológica va a por un nicho de votantes situados a la izquierda, una vez perdidos la gran mayoría de liberales que pudieron apoyarles hace meses. Estrategia perfectamente situada en el tiempo: septiembre; a la vuelta de los ERE, con la caída del PIB, el cierre de empresas, y por tanto con la pérdida de más puestos de trabajo. Buscan el voto obrero a través del enfado coyuntural. Eso no aporta soluciones, créame, es sólo un juguete político, pero dará material engañoso que vender, que ya es bastante en esta época de titulares facilones.

– ¿Podría usted valorar estas palabras del portavoz de VOX en Europa, el parlamentario Jorge Buxadé?: “Los liberalios son la sombra chinesca de la libertad. Son coartada de la izquierda extrema. Solo los patriotas, los que hundimos las raíces en nuestra nación, permaneceremos en pie. Aquí, allá. El viento de la censura sopla fuerte.” ¿Cree usted en la existencia de patriotas de primera y patriotas de segunda?

– VOX confunde generalmente el patriotismo con el nacionalismo. Y es cierto que un nacionalista es patriota, que es su caso. Pero no todo patriota es nacionalista. De ahí su insistencia narcisista en que ellos, “los primeros” por nacionalidad y “raíces”, son la supuesta y suprema alternativa a la extrema izquierda, cuando en realidad comparten más con ella estratégica y políticamente, que otros partidos de intención verdaderamente liberal. El estatismo, el colectivismo, el populismo, e incluso el moralismo, son rasgos precisamente coincidentes en ambos extremos.

– Saliendo un poco del pasado voxista. ¿Considera usted que el gobierno de Pedro Sánchez ha abusado del “Estado de Alarma”?

– Más que abusar, ha hecho un uso irresponsable, lento y tardío de la situación, cosa que luego ha intentado arreglar con la extensión de un Estado de Alarma desubicado. Es cierto que otros países no han necesitado un periodo tan largo, pero es que tampoco han cometido las torpezas y las impericias de este mal gobierno, y han gestionado la pandemia de una forma muchísimo más efectiva, con métodos de localización, distribución de grupos de riesgo y personas contagiadas, y pruebas poblacionales masivas. En España no se ha hecho nada de eso. ¿De qué sirve a medio plazo impedir el movimiento de las personas o imponer cierres, si la logística pandémica del Gobierno es un fracaso? De poco o de nada. Y por ahí podríamos responder a la pregunta del abuso, por resultados.”

– ¿Cree usted que el uso de la mascarilla al aire libre debe ser obligatorio, aunque se pueda mantener la distancia social o por el contrario esto no debe ser obligatorio sino ir en la conciencia de cada uno?

– Donde creo que es esencial sin excusa es en ciertos locales, o en lugares que, por acumulación de personas, no pueda guardarse la distancia social. Estamos ante un problema muy grave; ante una pandemia que ya ha segado miles de vidas y cuyas consecuencias económicas son terribles. Ponernos “bobos” o ser irresponsables por llevar una mascarilla, es como si alguien pone el grito en el cielo por no querer ponerse el cinturón cuando conduce. Con la diferencia de que la mascarilla no sólo sirve para proteger tu vida, sino la de los demás.”

– ¿Cómo valora usted las recientes acusaciones que vinculan al rey emérito Juan Carlos I con negocios supuestamente ilícitos?

– Eso lo tiene que valorar un juez en todo caso, a la espera estamos de saber cómo se procederá en todo este asunto. Ciertamente hay informaciones controvertidas y de aspecto delicado. Pero no es mi competencia arrojar sentencia sobre ello.”

Por otra parte, lo que me preocupa realmente es, ya no sólo la falta de rigor jurídico de ciertos cargos públicos, sino también que se estén utilizando estos hechos para poner en jaque la monarquía por motivos ideológicos, y no como un debate serio y académico sobre la viabilidad o conveniencia de los diferentes tipos de Jefatura del Estado. Exponen el problema de los posibles delitos del emérito (que no del rey actual Felipe VI), como si en una república el presidente fuera de obligado corte angelical, y no pudiera cometerlos, o no pudiera abusar de su poder, cosa que por cierto ha sucedido en diversos países republicanos. Es decir, se confunden de forma intencional las materias y las causas, para convertirlas en banderas ideológicas. Otra demostración de la nefasta calidad intelectual política media.

– ¿Qué le parece que desde ciertos sectores minoritarios de la supuesta derecha española se esté volviendo al relato del contubernio masónico a la hora de hablar de ciertas situaciones como el hecho de que en el Funeral de Estado por las víctimas de la pandemia los asistentes estuvieran sentados de forma circular?

– Se hizo un acto de conmemoración a las víctimas de la pandemia, al que asistieron dirigentes de toda Europa, y todos los partidos políticos españoles, menos VOX. Que no asistió argumentando que no querían compartir el escenario con el Gobierno por su mala gestión. Una decisión fuera de contexto, bajo mi punto de vista. Pero no contentos con eso, varios de sus diputados y muchos de sus seguidores, hicieron aseveraciones relativas a la masonería. Es otra de las teorías conspiranoicas y extremistas que algunos utilizan para confabular el “conmigo o contra mí”, de la forma más rocambolesca posible.”

Durante el Franquismo, la masonería también estaba perseguida, y ha quedado un leyenda oscura y llena de incultura, que los ultra diestros están volviendo a encender, igual que la antorcha del acto público por las víctimas. Alguien debería explicarles de donde viene la palabra “funeral”. Ahí lo dejo.