Padre Custodio Ballester: “Al final habrá más justicia en el tribunal pakistaní que absolvió a Asia Bibi que en el que, tal vez, nos condene en España”
Por Custodio Ballester.- Poco podía imaginar el escritor Lewis Carroll que la publicación del cuento “Alicia en el País de las Maravillas” se convertiría en el principio hermenéutico que nos ayudaría a interpretar el trasfondo psicológico de la sañuda persecución que ha desencadenado la fiscal de odio, doña María Teresa Verdugo Moreno, contra Armando Robles y los sacerdotes Jesús Calvo y Custodio Ballester.
El extenso y subjetivo escrito de la acusación se basa simplemente en las apreciaciones personales de la señora fiscal, que ha dedicado horas interminables, los medios y recursos de la seguridad del estado, no en perseguir el narcotráfico malagueño y las mafias delincuenciales, sino en hurgar insistentemente en los contenidos informativos de Alerta Digital. Y digo “subjetivo” porque la acusación de la señora fiscal se fundamenta no en hechos reales o materiales, sino en la percepción, opinión o argumento que corresponde al modo de pensar propio de doña María Teresa Verdugo y que le viene dictado por la “dirección general” de la fiscalía de odio, presidida por Miguel Ángel Aguilar y supervisada por la fiscal general del Estado, Dolores Delgado.
Subjetivo, por tanto, es un adjetivo que no hace referencia a un objeto en sí, sino a la percepción de una persona sobre éste, la cual se expresa en este caso por medio un alambicado lenguaje jurídico, que busca la punición inmediata del pensamiento disidente. Y si hablamos de un sentimiento tan subjetivo e íntimo como el odio, y la fiscalía exige juzgar las intenciones más profundas de la psique de los acusados, pidiendo la máxima pena… La conclusión de la acusación no puede ser más relativa, es decir, está afectada por el contexto en el que se mueve la fiscalía -las arbitrarias leyes de odio- y el universo de sus intereses: amordazar la discrepancia.
Ahí es donde entra en el imaginario colectivo el personaje del relato de Lewis Carroll “Alicia en el País de las Maravillas”. La Reina de Corazones es un naipe antropomorfizado de baraja inglesa. Se trata de una monarca de muy mal genio, descrita por el mismo Carroll como “llena de furia ciega”, rápida para sentenciar a la decapitación a quien ose ofenderla mínimamente, llevarle la contraria o desobedecer sus órdenes.
Al entrar en un jardín, Alicia encuentra a un trío de jardineros pintando un rosal. Los jardineros habían plantado un rosal blanco donde debía haber uno de color rojo, por lo que estaban pintando las rosas, antes de que la furiosa reina descubriera el error. Sin embargo, los reyes de corazones y su cortejo pasaron por allí. La reina, al descubrir la treta de los jardineros, grita enajenada: “¡Que les corten la cabeza! ¡Que les corten la cabeza!”
Tan lamentablemente se ha descompuesto la justicia española, sometida a la presión de las leyes que protegen y promueven la ideología de género y persiguen el “odio” y la violencia machista, que la función de la fiscalía se ha convertido en la misma que tenía la Reina de Corazones en el cuentico inglés: “¡Que les corten la cabeza” … y punto! Con la terrible diferencia de que la realidad es muchísimo más cruda que la del cuento: no existe ya aquel Rey de Corazones, pequeñito, siempre tranquilo, impertérrito, el que buscaba la solución más pacífica, a ser posible no violenta, cada vez que la reina sacaba los pies del tiesto y perdía los nervios. Sólo existe ya el Leviatán estatal que se frota las manos hasta despellejárselas, viendo cómo hace callar a los deslenguados que osan cuestionar el “statu quo” ideológico sustentado por el poder político.
Las penas máximas que pide sin sonrojo la fiscal Verdugo, evitando atender ni las declaraciones de los imputados ni las alegaciones de sus abogados, tienen como único objeto acoquinar a los acusados para que consientan en la auto inculpación, aceptando una reducción de pena antes de entrar en el juicio. Los acusados no lo van a consentir.
Ya sabemos que algunos funcionarios del estado, ya que van a cobrar lo mismo hagan lo que hagan, prefieren hacer el mínimo… Quisiéramos creer también que es tan solo el colapso crónico de los juzgados españoles el que mueve a los fiscales a agilizar los trámites, evitando los juicios. Pero no podemos hacerlo, pues violentaríamos nuestra cristiana conciencia. Si quieren dictar condena, lo tendrán que hacer ellos con luz y taquígrafos. Con los magistrados y fiscales que cohonestaron las blasfemias de Willy Toledo archivando su caso y disculparon el sacrilegio eucarístico de Abel Azcona absolviéndolo de toda culpa.
La ilustrísima señora fiscal María Teresa Verdugo, cual nueva Reina de Corazones, podrá pedir que nos corten la cabeza… y tal vez lo consiga. Sin embargo, de esa manera mostrará la Fiscalía de Ddio con claridad meridiana que había más justicia en el tribunal musulmán que, en Pakistán, absolvió de blasfemia contra Mahoma a Asia Bibi, que en cualquiera de los que, tal vez, en España condenen a editores y sacerdotes por decir nada más que la verdad.
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Verdugo, fiscal del odio, ¡menuda pajara!
¿Ilustrísima esta? Esta no tiene más que una mala leche impresionante.
Pues a ver que pasa y mucha suerte. Este es uno de los pocos medios de comunicacion de derechas Españoles que ofrece noticias que los medios mainstream no publican. En el mundo angloparlante por lo menos hay youtubers como Akkad Daily, Black Pigeon Speaks, Computing Forever, Vee, y muchos otros personajes como Jordan Peterson que cuestionan la narrativa oficial, o Joe Rogan que ofrecen información muy valiosa desde varias perspectivas. Si cierran este periodico la derechas estaria censurada en su practica totalidad, lo cual es un precedente muy peligroso. También estarian censurando a una parte de la izquierda y gente… Leer más »