Donald Trump, en el monte Roushmore.

Roberto Centeno.- Hemos visto en estos días, durante la campaña electoral en el País Vasco y Galicia, cómo la chusma fascista independentista y de izquierdas ataca violentamente y con total impunidad a aquellos que como VOX, defienden nuestra nación, nuestra cultura, nuestra historia y nuestros valores. Y no solo eso, el canalla de Urkullu, presidente del PNV, y en línea con la larga tradición de traidores que ha ocupado ese puesto, que afirma no ser español, pero nos roba cada año 14.000 millones de euros entre el cupo vasco y los IVAs de los productos vascos vendidos fuera del País Vasco pero ingresados en la Diputaciones Forales y nunca devueltos al Tesoro público, afirma ante las agresiones a los defensores de la democracia que “han ido al País Vasco a provocar”.

Simultáneamente, Echenique el palanganero de Iglesias, a quien la Sanidad Pública española salvo su vida de una grave enfermedad degenerativa, que le hubiera llevado a la muerte hace ya muchos años de haber permanecido en su Argentina natal, en agrade cimiento por ello lucha con todas sus fuerzas por la destrucción de España. Y precisamente este canalla, este hijo de Satanás llegaría a inventarse que la pedrada que recibió una candidata de VOX y que le rompió una ceja, era falsa y solo se había dado con salsa kétchup para simular la sangre. Se trata de la peor gente de nuestra sociedad que ahora ha tomado el control: No hicieron nada para construir este país y ahora lo están destrozando, nos están empujando al suicidio colectivo.

Donald Trump, enfrentado a un problema similar en EEUU, ha declarado la guerra a muerte a este nuevo fascismo de izquierdas en un grandioso discurso que paso a resumir por sus enormes similitudes con lo que esta ocurriendo con el gobierno social comunista que nos está llevando a la ruina. El discurso de Trump fue pronunciado en el monte Rushmore, conocido mundialmente por las cuatro caras gigantescas labradas en piedra y lugar sagrado para los norteamericanos. Este es el resumen de ese histórico discurso:

“Viniendo aquí apreciamos que no podía haber mejor lugar para celebrar el día de nuestra independencia que debajo de esta majestuosa montaña, monumento a los grandes estadounidenses a los que rendimos homenaje, a las vidas excepcionales y legados extraordinarios de George Washington, Thomas Jefferson, Abraham Lincoln y Teddy Roosevelt.

Estoy aquí como presidente para proclamar ante el país y ante el mundo, que este monumento nunca será profanado, estos héroes nunca serán insultados, su legado nunca será destruido, sus logros nunca serán olvidados y el monte Rushmore será para siempre como un eterno homenaje a nuestros antepasados y a nuestra libertad.

Nos reunimos esta noche para anunciar el día más importante en la historia de esta nación: 4 de julio de 1776. En esas palabras todo corazón estadounidense debe hincharse de orgullo, y cada patriota debe estar lleno de alegría porque cada uno de ustedes vive en el más magnifico país de la historia del mundo y pronto será mas grande que nunca. Todo fue gracias al coraje de 56 personas reunidas en Filadelfia hace 244 años, que consagraron una verdad divina que cambio el mundo para siempre, cuando dijeron que todos los hombres fueron creados iguales, que todos estamos dotados de los mismos derechos divinos que nos dio nuestro Creador en el cielo, y lo que Dios nos ha dado no permitiremos que nadie nos lo quite nunca.

1776 representó la combinación de miles de años de civilización occidental, y el triunfo no solo del espíritu sino de la sabiduría, la filosofía y la razón, y sin embargo mientras estamos aquí esta noche hay un creciente peligro, una amenaza a cada una de estas bendiciones, por los cuales nuestros antepasados lucharon se sacrificaron dando su sangre. Nuestro país es testigo de una campaña sin piedad para borrar nuestra historia, olvidar a nuestros héroes, acabar con nuestros valores y adoctrinar a nuestros hijos.

Hordas enloquecidas están destruyendo los monumentos de nuestros héroes, y los monumentos más sagrados, y están desatando una ola de crimen violento en nuestras ciudades. Muchas de estas personas no tienen idea de por qué están haciendo esto, pero algunos saben exactamente lo que están haciendo. Piensan que los estadounidenses son débiles o blandos pero se equivocan, jamás permitiremos que nuestro país y todos sus valores sean destruidos.

Una de sus armas políticas es la cultura del miedo que aleja a la gente de sus trabajos, avergüenzan a los disidentes y exigen la sumisión total de cualquiera. Esta es la definición misma del totalitarismo, y es completamente ajena a nuestra cultura y a nuestros valores y no tiene absolutamente ningún lugar en EEUU.

Este ataque a nuestras libertades, a nuestra magnifica libertad debe ser detenido y se detendrá muy rápidamente. En las escuelas y en las salas de redacción. incluso en las salas de nuestras grandes corporaciones hay un nuevo fascismo de extrema izquierda que exige lealtad absoluta: si no hablas su lenguaje, te unes a sus rituales, recitas sus mantras y cumples sus órdenes, entonces serás censurado, perseguido, te pondrán en la lista negra. No podemos permitir que eso nos pase. No lo duden, esta revolución cultural de izquierda esta diseñada para destruir a la revolución americana y haciéndolo destruirán la misma civilización que ha sacado de la miseria a millones de personas.

Por eso estoy enviando a la Guardia Nacional a proteger nuestros monumentos, arrestar a los bárbaros y llevarlos ante la justicia para que se cumpla estrictamente la LEY. La locura violenta que hemos presenciado en las calles de nuestras ciudades, que están gobernadas por demócratas en todos los casos, es el resultado predecible de años de adoctrinamiento extremo y sesgo político en la educación, en el periodismo y en otras instituciones culturales, contra cada ley de la sociedad y la naturaleza de los niños se les enseña en las escuelas a odiar a su propio país, y creer que los hombres y mujeres que lo construyeron, no fueron héroes sino villanos. Una versión radical de nuestra historia, plagada de mentiras. Todo respeto es eliminado, toda virtud oscurecida, toda motivación retorcida, todo hecho distorsionado y todo fallo magnificado, hasta que la historia es desfigurada hasta hacerla absolutamente irreconocible.

Este movimiento ataca abiertamente el legado de todos quienes están aquí en el monte Rushmore. Pero ningún movimiento que pretenda desmantelar el legado americano podrá tener el amor de este país, y ninguna persona que permanezca inmóvil frente a la destrucción de esta gran nación (espléndida herencia) podrá ser un líder hacia un futuro mejor. La ideología radical que ataca nuestro país avanza bajo la fachada de la justicia social, pero en realidad, lo único que puede lograr es la demolición tanto de la justicia como de la sociedad, transformando la justicia en un instrumento mas de división y de venganza, y convertir una sociedad libre e inclusiva, en un lugar de opresión, dominación e inclusión.

Quieren silenciarnos, pero no nos vamos a quedar callados. Seguimos fuertes, seguimos de pie y solamente nos ponemos de rodillas ante Dios. Esta noche bajo la mirada de los padres fundadores, así como lo hicimos hace 244 años, juramos que jamás viviremos bajo una tiranía y que los malvados jamás lograran intimidarnos. No lo van a conseguir”.