Los peores augurios se han cumplido. Los anuncios del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, asegurando el trabajo y la continuidad en una empresa empiezan a ser temidos y no es para menos.

Hace pocos más de 6 meses, Sánchez asegurase a través de su cuenta oficial de Twitter, de manera rotunda y tajante que “el mantenimiento del empleo en la planta de Nissan en Barcelona está garantizado”.

Era un 22 de enero, justo después de mantener un encuentro en Davos con los responsables de la alianza comercial Renault-Nissan-Mitsubishi, con quienes aseveraba haber “reafirmado nuestra voluntad para seguir trabajando juntos para asegurar la viabilidad de la factoría” que Nissan tenían en Cataluña.

Sólo cuatro meses después, el 28 de mayo, el gigante japonés del automóvil comunicaba oficialmente al Ministerio de Industria, Comercio y Turismo que se marchaba. Que echaba el cierre a su planta de producción de Barcelona, dejando en la calle a 3.000 personas, contando sólo los puestos de trabajo directos con los que cuenta la instalación.

Después de Nissan, Airbus

El pasado 23 de junio, el presidente del Gobierno, tras “conversar” con Guillaume Faury, el CEO de AIRBUS, a quien le transmitió “el apoyo de España a la empresa, como socio fundador”, aseveró que “el sector aeroespacial atraviesa tiempos difíciles pero Airbus es una gran compañía, con un futuro prometedor en nuestro país”.

Pues resulta que hoy nos hemos desayunado con la noticia de que el gigante aeronáutico ha anunciado despedirá en nuestro país a 900 trabajadores, dentro de un plan de ajuste con el que prevé recortar 15.000 puestos de trabajo antes del verano de 2021.

Además de en nuestro país, Airbus realizará despidos en Alemania donde se perderán 5.100 puestos de trabajo; 5.000 en Francia; 1.700 en el Reino Unido y 1.300 en distintos puntos en los que está presente a nivel mundial.

En la reunión de este martes con los sindicatos para informar sobre dicho plan de ajuste, la compañía ha argumentado que la actividad comercial de las aeronaves comerciales ha disminuido cerca del 40% en los últimos meses por la “crisis sin precedentes” a la que se enfrenta la industria.

En este sentido, ha explicado que dado que no se espera que el tráfico aéreo se recupere a los niveles anteriores a Covid-19 antes de 2023 y potencialmente hasta 2025, necesita tomar medidas adicionales para reflejar la perspectiva de la industria posterior a Covid-19.

Se ha iniciado así el proceso de información y consulta con los agentes sociales con miras a alcanzar acuerdos para su aplicación a partir del otoño de 2020.

Faury ha señalado que “Airbus se enfrenta a la crisis más grave que esta industria ha experimentado nunca”, al tiempo que ha subrayado que “las medidas que hemos tomado hasta ahora nos han permitido absorber el choque inicial de esta pandemia mundial. Ahora, debemos asegurarnos de que podemos sostener nuestra empresa y salir de la crisis como un saludable líder aeroespacial mundial, ajustándonos a los abrumadores desafíos de nuestros clientes”.