Las lágrimas de Ayuso y la miseria moral de una izquierda decadente
Paloma Cervilla.- En España hay una enfermedad mucho más grave que la del coronavirus, y esa es la miseria moral de una parte de la izquierda. El virus, tarde o temprano será derrotado, pero la miseria del corazón de algunos, lleno de odio, de guerracivilismo, de una amargura interior inoculada en estos últimos años de furia y rabia, de memoria histórica, de rencor, tiene difícil solución.
Que las lágrimas de Isabel Díaz Ayuso, de la mujer, no de la política, ni de la presidenta de la Comunidad de Madrid, ni de una dirigente del PP, sean motivo de burla, de desprecio, y sean utilizadas para la crítica política es el reflejo de la degradación de una izquierda decadente, que desprecia a los ya más de 23.000 muertos que ha provocado esta gestión negligente e irresponsable de la pandemia.
No se puede caer más bajo, no se pueden utilizar ya más requiebros para intentar ocultar el desastre y la devastación a la que nos ha conducido este Gobierno socialcomunista. No sé yo si hay tiempo ya para reparar algún daño, ya no digo económico, sino moral.
¿Qué habrán pensado los familiares de estos 23.000 fallecidos, de los miles de contagiados, cuando ayer se escuchó una gran risotada de la izquierda de este país ante las lágrimas de Díaz Ayuso. ¿Se han parado a pensar en el daño que han hecho? ¿O eso ya tampoco importa con tal de salir indemne de esta tragedia?
Esta izquierda decadente bravama porque Díaz Ayuso fue a Misa, qué horror, qué cosa más facha, casposa y antigua, y no a escuchar la homilía de este Aló presidente autonómico de todos los domingos. Y eso que un día antes la presidenta advirtió a Sánchez de su cita, le pidió intervenir la primera para poder estar presente junto con el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, en este homenaje a las víctimas.
La presidenta estuvo en la videoconferencia, aunque a lo mejor no todo el tiempo que la izquierda, la única que cree tener el monopolio de la superioridad ética y moral, consideraba oportuno. Esa izquierda que todavía no le ha preguntado a Sánchez que, si tanto le interesa el diálogo con las autonomías, por qué no asiste el jueves a la reunión convocada en el Senado para debatir con todos los presidentes autonómicos la gestión de la pandemia. No creo que en su agenda tenga cita alguna para honrar a los muertos.
Una izquierda que da frío porque ha sido capaz de un comportamiento ante la desgacia que nos ha caído encima que demuestra su condición con esa falta de empatía, aunque no se sepa ver por muchos, escenificada en esa risa siniestra, no cabe otro calificativo, ante el desconsuelo por todas esas muertes.
Tan obscena risotada es un latigazo al duelo ciudadano de Madrid. Pero los madrileños tienen casta y sabrán responder a la ofensa tal como son : inteligentes,
fuertes, templados. Y siempre ríe mejor el que rie el último
Yo creo QUE ES UNA BUENA PERSONA, y que no ha podido hacer más, por dos motivos principales:
* ESTAR INFECTADA POR EL CORONAVIRUS, lo qu eha reducido mucho su capacidad de gestión, al tener que velar por su salud, etc.
* Y, SOBRE TODO, LA PRESIDENCIA DEL BOTONES SACARINO, ES DECIR DE CASADO, que hata hace dos días todavía seguía “aplaudiendo, hasta con las orejas”, AL DÚ GENOCIDA, EL COMUNISTA Y EL CHULO TONTO.
Con esas alforjas de CASADO, es decir, con esa CARGA, no creo que el PP PUEDA VOLVER AL PODER, NUNCA MÁS.