La Universidad CEU San Pablo y la media start-up Newtral.es se han unido para lanzar el Máster en Verificación Digital, Fact-Checking y Periodismo de Datos que arrancará su primera edición el próximo curso 2020-2021.

Es decir, el CEU se asocia con Ana Pastor. Es decir, se alinea con La Sexta. Es decir, con Roures. Es decir, con las fuerzas globalcomunistas que desde hace tiempo cargan contra la Iglesia Católica y defienden con uñas y dientes un modelo de sociedad incompatible con sus valores.

Para enseñar ‘fact-checking’, es decir, la comprobación de la veracidad de las noticias. Existe desde hace décadas una carrera universitaria superior, Ciencias de la Información, cuyo principal objetivo uno diría que es dar noticias verídicas, lo que implica comprobar su veracidad, pero parece ser que no es tiempo suficiente para enseñar algo tan evidente.

Aunque no, no realmente. Ese estúpido e innecesario anglicismo del ‘fact-checking’, evitando -para parecer algo nuevo y distinto- la expresión ‘comprobación de la información’, al igual que su coetáneo ‘fake-news’, conviene en realidad que mantenga su vergonzante nombre en inglés, ya que lo que realmente es no se corresponde con lo que anuncia.

La universalización de Internet coincidió con un periodo de intensa concentración de medios en un puñado de grandes grupos con intereses parejos que, por ello, tenían el control de la información, es decir, de la versión de la realidad que llegaba al público general. Y con una idea clara, no exactamente la que supuestamente debería defender una institución sedicentemente católica como la Universidad San Pablo CEU.

En este plácido panorama irrumpió como un elefante en una cacharrería la red, que redujo los costes de dirigirse al mundo entero a cero, agravándose la cosa con la tecnología móvil y la aparición de las redes sociales. De repente, ya no había una sola versión de las cosas, y pasaban cosas que los medios convencionales nos aseguraban que no podían pasar, como la victoria del Brexit, la explosión de los llamados ‘populismos’ -elemental resistencia soberanista, en realidad- y, muy especialmente, la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. Y se inició el contraataque.

Este ha tenido muchos frentes, como la creciente censura sesgada -sesgadísima- y a menudo oculta en redes sociales. Y una ha sido la aparición de las ‘fake news’ -la idea, propalada principalmente por CNN en Estados Unidos, de que los reveses del progresismo se debían a la aparición de noticias falsas en Internet- y, como setas tras las lluvias de otoño, de ‘fact-checkers’, guardianes de la verdad ortodoxa.

El ‘fact-checking’ funciona, básicamente, colocando un visible FALSO sobre una información que contenga el menor detalle irrelevante equivocado o equívoco, dejando la impresión de que el grueso de la noticia carece igualmente de veracidad. Por supuesto, se aplica solo en una dirección, con algún ‘fact-checking’ testimonial a los ‘suyos’.

Antonio García Ferreras, periodista estrella de La Sexta y pareja de Ana Pastor, ha admitido abiertamente -como si hiciera falta- que ellos hacen un periodismo de izquierdas. Y eso es Newtrall, cuya deontología periodista queda definida con un tuit de Pastor en la que, ante una noticia desfavorable sobre el Gobierno, respondía con un sencillo: “El presidente lo ha desmentido”. Hubo un tiempo en que se consideró que una de las funciones primordiales del periodismo era el control del Poder y la denuncia de cualquier posible abuso del mismo. Si la palabra de un presidente -porque es de izquierdas radical, que no pasaba lo mismo con los presidentes de otra cuerda- es fuente indiscutible de verdad, estamos perdidos.

No diré, para evitarme líos legales, que el presente máster sea una estafa ni que en realidad suponga un ejercicio de aprendizaje de manipulación ideológica. Pero imagino que podré decir que me parece una auténtica tomadura de pelo y, sobre todo, una prueba de la imparable decadencia de una institución docente católica que, como tantas ya, ha traicionado a conciencia sus orígenes.