La “negligencia” del 8-M o llamar a cada cosa por su nombre
Paloma Cervilla.- Con 14.000 muertos sobre la mesa, en este país ya hay que empezar a llamar a cada cosa por su nombre. Sin complejos y arrimando el hombro para sacar a España de la catástrofe que se avecina, pero sin pleitesía. Ayudar, sí, arrodillarse, no.
Un mes después de la propagandística manifestación del 8-M, lo decimos muy claro, fue un “error irresponsable” y una “negligencia” del Gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, sobre el que todavía no han pedido perdón.
Esa es la cruda realidad y cuanto antes admitan el error, mucho mejor. Gobernar desde la soberbia no conduce a nada y, sobre todo, después de una tragedia como esta. No hay excusas, desoyeron a los expertos, a la Organización Mundial de la Salud y a todo aquel que le pudiera afear su obsesión por lanzar a la calle a las mujeres para hacer propaganda de una bandera, la del feminismo, que, a mi juicio, merecía mayor respeto y consideración.
Yo no puedo dejar de recordar lo que dijo el profesor de Medicina Preventiva y de Sanidad Pública, Walter Ricciardi, representante italiano en el comité directivo de la OMS, al afirmar que fue una “locura” la manifestación del 8-M.
Se desinformó y manipuló a los ciudadanos, se les mantuvo a ciegas y se pudo evitar que la tragedia fuera tan invasiva. Por ello, el 8-M es el pecado original de una gestión temeraria.
Estoy totalmente de acuerdo con tu articulo Paloma, pero lamentablemente la tendencia, la ideología o la intoxicación de muchos medios, hace que gran parte de la sociedad se crea el maquillaje que utiliza el gobierno, a pesar de ser evidencias contrastadas como las que tu reflejas, desgraciadamente lo he percibido en mi circulo social…