Las pérdidas millonarias por el coronavirus a las que se enfrenta el fútbol
Desvelamos todas las claves que explican las graves consecuencias económicas que tendrá el parón por el coronavirus y hasta dónde pueden llegar.
El fútbol del siglo XXI puede ser ya considerado como una “industria”, y de las más potentes a nivel global. Los mejores equipos se erigen en activos económicos sin parangón y tienen la capacidad de inspirar a millones de personas a lo largo y ancho del planeta, que cada pocos días se congregan para ver fútbol en directo y disfrutar con pasión desmedida de algo más que un deporte. El coronavirus ha sumido al planeta en una pesadilla y una consecuencia que puede ser banal comparándola con la salud, pero que tiene repercusiones sociales y económicas gigantescas, es el parón del fútbol en casi todo el mundo. Las grandes ligas europeas echaron el cierre, así como la UEFA Champions League y la UEFA Europa League, sumiendo en un profundo desconcierto e incertidumbre a mucha gente.
Y es que millones de personas construyen su vida laboral en torno al fútbol. Técnicos, árbitros, periodistas, cámaras de televisión, encargados de imagen y sonido, taquilleros, miembros de seguridad y, por supuesto futbolistas, ven interrumpida su actividad profesional. Los grandes contratos de patrocinio detrás de los equipos y que sostienen el globalizado balompié de hoy en día asisten con pavor a una interrupción que, como mínimo, será de dos semanas pero que podría dilatarse mucho más en el tiempo. Ya son muchas las voces que dejan entrever la posibilidad de que la Eurocopa 2020 tenga que aplazarse un año, haciendo que las ligas tengan que recurrir al verano para intentar finalizarse.
Atendiendo a datos recogidos por el diario ABC, si el COVID-19 no remitiera en los dos próximos meses e impusiera una cuarentena de esa duración en el fútbol profesional, las pérdidas en LaLiga se elevarían a 678,4 millones de euros, calculándose en 549 millones las pérdidas de los clubs de Primera y Segunda en lo que a derechos televisivos se refiere. Habrá que estar atentos a ver qué ocurre con los abonos anuales, una disyuntiva a la que cada club tendrá que enfrentarse cuando se tenga claro el tiempo que estará parada la competición y que, en caso de no poderse finalizar, podría acarrear indemnizaciones a sus socios.
Las consecuencias ya se dejan notar en el fútbol italiano. En el país transalpino es donde el coronavirus ha atacado con más crueldad y donde antes tuvieron que tomarse decisiones en cuanto a anulaciones deportivas. Ya son varios los expertos que calculan pérdidas superiores a los 1.000 millones de euros si la Serie A no pudiera finalizarse. La Bundesliga planteó también mecanismos para decidir cómo quedaría el campeonato en caso de que no se pueda retomar, por lo que estas opciones en todas las ligas no son, para nada, descartables. Habrá muchos equipos que podrán tener serios problemas para mantener la solvencia económica si la pandemia mundial sigue sin dar tregua e impide que la normalidad futbolística se retome con premura. Solo podrían apaciguarse las dificultades en caso de que la actividad se recupere cuanto antes y puedan finalizarse los campeonatos.
Parece evidente que el mero hecho de devolver entradas ya vendidas, gestionar anulaciones de contratos en vigor o tener que organizarse logísticamente, suponen un grave perjuicio para todo el fútbol mundial, que solo podrá valorarse cuando esta tormenta pase. No sería descartable que, si no se pueden reanudar las ligas nacionales ni competiciones europeas, podría llegarse al caso de contenciosos legales para esclarecer cuáles son las partes que deben hacer frente a los gastos derivados de ello. Los derechos televisivos son los que más dinero mueven, lo que podría conducir a la medida desesperada de terminar los campeonatos en verano, aunque fuera a puerta cerrada, aprovechando un cierto control del coronavirus. ¿Cómo se resolverá el asunto? Las próximas semanas serán determinantes para esclarecer el avance del coronavirus y los plazos para poder disfrutar del fútbol de nuevo.