¿Cómo elegir bien tus gafas progresivas?
Una de las principales diferencias entre las gafas graduadas y las gafas progresivas está en que, por supuesto, las segundas requieren de un tiempo más prolongado de adaptación. Pero también en que son mucho más cómodas que las graduadas; ya que corrigen todas las incorrecciones ópticas que sean necesarias ajustando las diferentes distancias focales. Una única gafa que cubre todas tus necesidades, haciendo que tu vida sea mucho más cómoda y práctica.
Y es que los pacientes que se deciden a hacer uso de las progresivas lo hacen por la ventaja que supone hacer uso de una única gafa para poder ver cómodamente desde cualquier distancia y para llevar a cabo cualquier tarea. En el plano económico también encuentran una ventaja, ya que es más rentable una única gafa graduada que, en cambio, tener que graduar dos gafas diferentes según las distancias focales que se tengan que reforzar.
Así, es normal que a la hora de comprar tus gafas progresivas puedan surgir algunas dudas. Para empezar: las gafas progresivas deben poder adaptarse a tus necesidades, estilo de vida y a tu presupuesto. Deben hacerte sentir cómodo en tu día a día y también es necesario dejarse aconsejar por un profesional de confianza que te pueda evaluar y guiar en la compra de tus gafas. Nosotros te recomendamos que, si buscas un precio económico en unas buenas gafas, consultes las rebajas en Visionlab, que hasta finales de este mes contarán con hasta un 50% en todo tipo de gafas.
Para estar seguro de que las gafas que tienes en las manos son las mejores progresivas, estas tienen que aportar una mayor calidad visual con una visión de campo más amplia así como un mayor ajuste a tu mirada. Este tipo de gafas son las más recomendadas para todas aquellas personas que sufren de presbicia o de vista cansada, ya que son capaces de ajustar nuestra vista a cualquier distancia.
Asimismo, las gafas progresivas requieren de un periodo de tiempo de adaptación, que será más largo o corto según la capacidad del paciente para acostumbrarse a ellas. Desde entonces el proceso será más rápido y cómodo y la situación se normalizará por completo. La mayoría de personas que hacen uso de este tipo de gafas afirman que sus inconvenientes no tienen nada que hacer frente a la gran ventaja que supone poder contar con ellas.
Como bien te podrá explicar un profesional, la lente de la gafa progresiva se divide en tres zonas diferenciadas que cumplirán con características distintas según tus necesidades. En la zona superior se encuentra el foco para la corrección en distancias lejanas (como por ejemplo cuando estás conduciendo o viendo una película en el cine); mientras que en la parte inferior se encuentra un campo de visión graduado especialmente para las distancias cortas (como por ejemplo para leer un libro) y por último, la zona para las distancias intermedias.
Por último, es precioso que, en cuanto al aspecto estético de las gafas y si queremos una montura u otra, preguntar en nuestra óptica de confianza si dicho material se puede ajustar a un cristal progresivo.