Tintín y Degrelle
CPV.- A pesar de todas las décadas que han transcurrido desde el primer álbum de Tintín, la obra ha sobrevivido, lo que demuestra que no es sólo un cómic para niños, sino una auténtica obra de arte.
Spielberg ha contado que quiso llevar al cine a Tintín desde que supo de él en 1981, pero no le gustaron los guiones que le presentaron; el propio Hergé le autorizó a llevarlo adelante, a pesar de que su obra ya había sufrido para entonces algunos descalabrados intentos.
Pero es que todavía no se había inventado la técnica motion capture -la captura digital de movimientos y gestos de actores que se incorporan al dibujo en 3D-, usado ya en El señor de los anillos para animar a Gollum, personaje que interpretó el mismo actor que en Tintín da vida al capitán Haddock, Andy Serkis. El resultado es una recreación absolutamente fiel del cómic original, aunque el argumento mezcle varias aventuras del sagaz periodista: El secreto del Unicornio, El cangrejo de las pinzas de oro y El tesoro de Rackham el Rojo.
Hablar de uno de los cómics más importantes del siglo XX es llover sobre mojado. Todo se ha dicho sobre Tintín. Se ha señalado su conservadurismo y también su repulsa a cualquier ideología de izquierda, su misoginia, apología del colonialismo y su antisemitismo, pero casi nunca se ha hablado de que la persona histórica que ha inspirado el personaje de Tintín fue Léon Degrelle.
Léon Degrelle fue un político belga, fundador del Rexismo (movimiento político católico) que posteriormente llegaría a ser general de las SS, combatiendo en la II Guerra Mundial al frente de la Legión Valonia. Degrelle dijo que Hitler era el hombre más grande de nuestra época y Hitler dijo de Degrelle que era su hijo adoptivo. Cuando acabó la II Guerra Mundial, el joven general se encontraba en Noruega e inició una rocambolesca huida sabiendo que si era apresado sería trasladado a Bélgica, donde sería juzgado y ejecutado por alta traición. Por este motivo, Degrelle pilotó un avión desde Noruega hasta España donde hizo un aterrizaje forzoso en la playa de La Concha en San Sebastián al quedarse sin combustible y viviría en España el resto de su vida.
En 1992 se publicó su obra póstuma Tintin mon copain (Tintín, mi compañero) que en realidad era su autobiografía, en la cual afirma que Hergé se inspiró en él para crear el personaje de Tintín. El libro es, además, una obra repleta de detalles de su vida y de la de Hergé, y en la cual narra que el primer álbum de Tintín, Tintín y los soviets, en la que el joven periodista viaja a la Rusia comunista, está basado en el viaje que Léon Degrelle realizó a ese país.
Efectivamente, Degrelle fue corresponsal en el extranjero para la revista donde trabajaba Georges Rémi, Hergé. Degrelle tenía un tupé y siempre vestía con unos pantalones de jugador de golf como los que utiliza Tintín en sus aventuras.
A pesar de todos estos antecedentes, Hergé varió las características del personaje y lo convirtió en un joven totalmente alejado de cualquier ideología totalitaria. Tintín siempre reniega del uso de la violencia, e incluso, cuando por alguna circunstancia se ve envuelto en un conflicto bélico, advierte a los militares de que les prestará su ayuda siempre y cuando no se produzcan ejecuciones.
El cetro de Ottokar (originalmente y en francés, Le sceptre d’Ottokar) es el octavo de los álbumes de la serie Las aventuras de Tintín, escritos e ilustrados por el artista belga Hergé. Encargado por el conservador diario belga Le Vingtième Siècle como suplemento infantil de Le Petit Vingtième, que fue publicado semanalmente desde de agosto de 1938 hasta agosto de 1939. Hergé destina la historia como una crítica satírica de la política expansionista de la Alemania nazi, en particular, la anexión de Austria en de marzo de 1938 (el Anschluss). Hergé diseñó Borduria como una representación satírica de la Alemania… Leer más »
No sabemos “calibrar” de forma cronológica cada cosa. A Hergen y su personaje Tintin se le tilda de racista por alguna de sus aventuras en Africa y de fascista por su inspiración en León Degrelle, pero hay que tener en cuenta el contexto histórico del momento en una época del siglo pasado con Belgica ejerciendo un protectorado en el antiguo Congo Belga, no se puede mirar con ojos del siglo XXI. Herge fue un grande del comic, eso si, el mejor de todos aún vive, es Español y se llama Francisco Ibañez Talavera.
El mejor es Franquin (que Ibañez plagió descaradamente)) pero en lo épico y grandioso es Hergé, sin dudas.
Mágnifico Hergé y el mundo que creó.