Tras tres años de legislatura, el buenismo de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, respecto a los manteros choca contra la realidad. La problemática se mantiene y además se vio salpicada por un grave incidente que tuvo lugar el miércoles en plena plaza Cataluña. Una turba de manteros persiguió a un hombre hasta herirlo tras defender a una mujer que estaba siendo increpada. Así, los Mossos d’Esquadra abrieron una investigación tras la denuncia del turista, la oposición exige medidas y los gremios de hoteles y restauración, soluciones.

José Bravo, el turista norteamericano que fue agredido por un grupo de manteros, aseguró a Efe que los vendedores ambulantes intentaron acabar con su vida cuando intercedió para que dejaran de increpar a una mujer: «El golpe que me dieron fue para matarme». Bravo, de 45 años de edad, interpuso la denuncia ante los Mossos que han abierto una investigación. «Yo venía caminando por la plaza con mi familia y vi que un grupo de africanos estaban atacando a una mujer, sin que nadie la defendiera. Decidí cruzar la calle y tratar de defender a la mujer. La atacaban a patadas.

Era un grupo de africanos atacando a una mujer blanca, sola», relató. Los manteros fueron a por él y uno de ellos incluso se sacó el cinturón para golpearle. El turista sufrió heridas en la cabeza y fue trasladado al hospital donde fue dado de alta tras ser atendido por los servicios sanitarios, mientras que dos miembros de su familia recibieron diferentes golpes y contusiones, y también denunciarán los hechos.

La teniente de alcalde de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Barcelona, Laia Ortiz, condenó la agresión pero negó que la venta ambulante ilegal goce de impunidad. La alcaldesa accidental, Colau está de vacaciones, aseguró que desde el gobierno municipal «condenamos con toda firmeza los hechos», que tildó de «inaceptables».

La oposición, sin embargo, pide más. El presidente del PP en el Ayuntamiento, Alberto Fernández, reclamó «el “desalojo express” de manteros de las calles de Barcelona». Fernández señaló que «la permisividad de Colau con los manteros ha generado un efecto llamada y sus políticas de apoyo, destinando 1,1 millones de euros a la cooperativa de manteros, y 1,4 millones de euros a la cooperativa de chatarreros, agravan este efecto».

El Gremio de Restauración de Barcelona, por su parte, exigió la Ayuntamiento la convocatoria de urgencia del consejo de seguridad de la ciudad. A su juicio, el Ayuntamiento debe personarse como acusación particular «para dejar claro que la administración condena y combate la feroz y desenfrenada violencia de los manteros que la ciudad sufre». El Gremio de Hoteles, por su parte, pidió la adopción de medidas «urgentes y contundentes que restablezcan el orden» ya que la agresividad de los manteros hace imposible hablar de «hechos aislados».

(La Razón)