El Rey, Rajoy y el delincuente de Gerona
Estoy deprimido, cabreado, triste…, vamos, mi estado habitual (según mi señora).
Lo cierto es que hoy se han rebasado todos los límites de lo que la sociedad civil puede soportar en un estado de derecho, y a las pruebas me remito: las numerosas manifestaciones en defensa de la unidad de España, a lo largo y ancho de nuestra Patria.
Mí más emocionado recuerdo, respeto y afecto para quienes se han manifestado en Barcelona, con Banderas Nacionales: hace falta tener los cojones –o los ovarios- bien puestos, con la que está cayendo.
Una mención muy especial para los guardias civiles y policías nacionales que, como siempre, han sabido cumplir con su deber, aún a costa de su integridad personal.
Y mi desprecio, todo mi desprecio, hacía muchas personas, que por simples razones de espacio, reduzco a unas pocas:
El ¿Rey? Jefe del Estado, según la Constitución, jefe de las Fuerzas Armadas, también según dicha Carta Magna, que “arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones…” (art. 56 y 62, h.).
¿Qué se hizo de él? ¿Dónde está escondido? ¿Para qué le pagamos un sueldo a él, otro a “la republicana”, otro a la princesa heredera, otros al rey emérito y supongo que a su esposa, etc.?
Don Juan Carlos le le tuvo toda la noche a su lado, cuándo el golpe de estado (incruento) del 23 de febrero de 1981, “para que aprendiera la lección”, según se dijo. Pero está visto que “el preparado” no ha aprendido nada.
Si vamos a reformar la Constitución, como parece evidente, quiero votar, y poder elegir entre monarquía o república.
Rajoy, llamado también el rajao. Este hombre, la verdad es que no engaña. Todos sabíamos que no podíamos esperar nada de él, como así ha sido.
Es un personaje siniestro, que ya no engaña a nadie. A nadie que no se quiera dejar engañar. Nos prometió a todos los españoles, por activa y por pasiva, parar el referéndum, pero no ha sabido o no ha querido hacerlo.
Ha sido incapaz de aplicar la ley de seguridad nacional, de declarar el estado de alarma, o de aplicar el artículo 155 de la Constitución.
Toda su labor ha consistido en tirar balones fuera, echando la patata caliente del referéndum sobre los fiscales y jueces destinados en Cataluña, a todos y cada uno de los cuales quiero agradecer su gran labor, con falta de medios y nula colaboración de la Generalidad, cuándo no obstrucción clara y dura a su labor constitucional y legal.
Hoy ha cometido una nueva vileza, al no dar la cara, y enviar a la vicepresidenta a dar explicaciones, que yo creo aspira a ser la presidenta de la tercera república española, y al paso que vamos, ya falta poco…
Rajoy hoy mismo ha cavado su propia fosa política, y solo hace falta echar unas paletadas de tierra sobre su cadáver político, repito.
El delincuente de Gerona y toda su cohorte de vividores de la política, que han traicionado al Estado, que es quien les ha dado la legitimidad que dicen tener.
El artículo 152, 1, de la Constitución es claro y contundente: “En los Estatutos aprobados…la organización institucional autonómica se basará en…un Consejo de Gobierno con funciones ejecutivas y administrativas y un Presidente, elegido por la Asamblea, de entre sus miembros, y nombrado por el Rey, al que corresponde la dirección del Consejo de Gobierno, la suprema representación de la respectiva Comunidad y la ordinaria del Estado en aquélla”.
Este “representante” del Estado ha desobedecido reiteradamente al Gobierno de España, y traicionado a todos y cada uno de los españoles.
Por no hablar de los delitos cometidos, que abarcan una buena parte del Código Penal vigente: rebelión, sedición, desobediencia, malversación de caudales públicos, prevaricación…, etc.
¿Pueden quedar impunes estas actuaciones…? Evidentemente, no.
En un Estado de Derecho, el que la hace, la paga.
Que el régimen del 78 se va por el desagüe, no hay ninguna duda.
Que se va a reformar la Constitución, tampoco.
Yo entiendo que al final se llegará a una solución de compromiso:
– Los catalanes seguirán con nosotros, quedándose la totalidad del dinero que recauden en su territorio, y siempre y cuando EL RESTO DE LOS ESPAÑOLES PAGUEMOS SUS EXCESOS.
Pues para esa solución, la verdad, PREFIERO QUE SE VAYAN.
Y, por supuesto, en mi casa ya no entran PRODUCTOS CATALANES.
D. Ramiro como parece notorio y palpable que se llevan algo entre manos , habría que empezar a diseñar una INSUMISIÓN FISCAL, ya que se intuye un modelo de luxe para Cataluña con súper sueldos de políticos y funcionarios al servicio de la causa separatista como bien quedó demostrado ayer, si contentar a todos que Uds nombra va a ser a cuenta del españolito de a pie sería cuestión de que no nos pillen perdidos en manifestaciones que no llevan a lado alguno , excepto ser insultados por los medios del sistema. Dobles nacionalidades y todo un abanico de desigualdades… Leer más »
Con todos sus defectos, pero don Juan Carlos I era “muy” Rey, y las Fuerzas Armadas le obedecían.
Este es un pelele, malcriado por su madre y hermanas, y ahora dominado por su mujer e hijas (y supongo que todavía por su madre).
Le llaman el “preparado”, porque ha pisado la Universidad, pero no tengo claro que las ideas universitarias hayan entrado en él.
CON ESTE GOLPE DE ESTADO HA DEMOSTRADO CON CRECES QUE NO PODEMOS CONTAR CON ÉL PARA NADA.
Entonces, ¿para qué le queremos…?
Yo también creo que don Juan Carlos I, con todos sus defectos, ERA UN REY CON CARÁCTER Y PERSONALIDAD, que se imponía y hacía respetar.
En cambio del Rey actual, que parece una buena persona, dicho sea de paso, más bien parece un pelele, en manos de su republicana señora…
Somos muchos los que estamos deprimidos y cabreados.
Es un día triste para todos los catalanes y españoles bien nacidos.
Y LO PEOR ES QUE ESTO SOLO ES EL COMIENZO.
Hasta aquí llega el olor a cobardía procedente de La Moncloa y del Palacio republicano, digo de La Zarzuela (en qué estaría yo pensando).