España no podrá defender el título que conquistó en 2015 en Francia. El campeón perdió su corona a manos de una Eslovenia superlativa que terminó sometiéndole a un duro castigo en el marcador (72-92). Los de Scariolo nunca se sintieron cómodos en la cancha, sucumbieron en ataque ante la intensidad de su rival y fueron abatidos por su extraordinario acierto desde el tiro exterior. Todos tiraron y todos las metieron, todo lo contrario que en España, que a duras penas aguantó con vida hasta el descanso (45-49, mn 20).

El talento ofensivo de Dragic, Doncic, Randolph y Prepelic apenas dejó respirar a España, que se derrumbó definitivamente tras el descanso tras encajar un demoledor parcial de 7-19 (52-68 min 28), ya sin capacidad de reacción alguna y con un desacierto en ataque impropio de este equipo que terminó pagando muy caro.

Eslovenia sorprendió de inicio con una defensa zonal que se le atragantó a los de Scariolo, y no porque no encontrasen posiciones cómodas de tiro, sino porque sus jugadores salieron con el punto de mira desviado. Todo lo contrario que los eslovenos, que a golpe de triple demarraron pronto en el marcador (10-17, min 8).

Pau y Marc, erráticos desde el perímetro, empezaron a percutir en la zona rival cerca del aro, y ahí sí vieron recompensado su esfuerzo (15-19, min 10). Sin embargo, la entrada de Prepelic, un pistolero de gatillo rápido, disparó de nuevo a Eslovenia en el marcador, que cerró el primer acto con un triple inverosimil én el último segundo de Dragic tras recibir falta de Sastre.

Estaba claro que los eslovenos tenían su día en el triple (6/8) y que España no (0/7). La mejor noticia para los españoles, muy espesos en ataque hasta que saltó Sergio Rodríguez a la cancha, es que pese al partido casi perfecto de su rival en ataque, sólo cerraban el cuarto con seis puntos de desventaja (19-25, min 20).

En el segundo acto España cambió, ya con la segunda unidad en cancha, el guión que tan mal le había ido en el primero. Y con el Chacho a los mandos oxigenando el ataque, el juego de su equipo empezó a fluir (29-32, min 14). Pero no fue suficiente por la tenacidad de Prepelic primero, y de Dragic y Doncic después. El madridista llegó a anotar un triple contra el tablero. Eslovenia estaba en estado de gracia, y sólo el caoraje de Pau detuvo algo la hemorragia (38-40, min 17). Hasta que Prepelic, incansable, y Zagorac martillearon de nuevo el aro español (38-47, min 19). De nuevo Pau, con cinco puntos (triple incluido) y Marc salieron al rescate de España, que se marchaba al descanso herida por el juego, pero viva en el marcador (45-49).

Sin embargo, en la reanudación las sensaciones no cambiaron. España estaba totalmente atorada en ataque -tardó cuatro minutos en anotar su primera canasta-, tampoco defendía con la cohesión y la intnsidad mínimas necesarias, y a Eslovenia se le caían los puntos de las manos. Blazic disparó y luego Randolph, un témpano de hielo con la mano siempre a punto, anotó ocho puntos casi consecutivos que pusieron a su equipo en la senda del triunfo (55-73, min 28).

En el último cuarto España salió en búsqueda del milagro, porque eso es lo que hubiese sido ayer un triunfo suyo visto su pobre rendimiento y la exhibición eslovena, y lo intentó con una defensa zonal, pero a las primeras de cambio Dragic la hizo saltar por los aires con un triple (57-76, min 31). No se rindió España, que siguió buscando la remontada por todos los medios -no se le puede reprochar a sus jugadores que bajasen los brazos en ningún momento-, pero sus esfuerzos apenas sirvieron para maquillar algo la desventaja en algún momento puntual. Eslovenia, entre triples al tablero de Doncic y Dragic, acabó sometiendo a un castigo brutal al vigente campeón, que ya había perdido su corona en el tercer cuarto ante un rival mayúsculo.