Prontuario de hagiografías para meditar: Juan Negrín López (V)
Médico fisiólogo, nacido en Las Palmas de Gran Canaria en 1892, presidente del gobierno de la II República desde mayo de 1937 –sustituyendo a Largo Caballero- hasta el fin de la guerra de los 986 días. De familia más que acomodada, católica –un hermano claretiano y una hermana cuasi-monja- agraciado, elegante y con un brillante expediente en sus estudios medios, se doctora a los veinte años en medicina en Alemania (Kiel y Leipzig) y casi por completo obtiene la licenciatura de Químicas. Es premio extraordinario en su examen de convalidación de medicina y cirugía en España y posteriormente se doctora y gana por unanimidad la cátedra de Fisiología de la Universidad Central.
Es profesor de Grande Covián, García Valdecasas y de Severo Ochoa que le acusaba de “explicar mal” y de “suspender mucho”. Domina el alemán, inglés, francés, italiano y ruso, algo insólito –muy rara avis- entre nuestros políticos. Compañero, amigo y tertuliano de Santiago Ramón y Cajal y -mira tú por donde- de mi bisabuelo materno José Ramírez Ramos, abogado y terrateniente segoviano.
Ingresa en el PSOE en 1929 de la mano de Indalecio Prieto con el que se alinea, con 37 años así qué con pleno uso de razón, aunque profesase un socialismo moderado. Ministro de Hacienda con Largo en septiembre de 1936, fue el inspirador del envío -decidido en consejo de ministros- del oro a Moscú, en plan prepago –una de las reservas más importantes del mundo- para obtener armas y alimentos y sin duda desastroso para una República ya marxista, que quedaba hipotecada ante Stalin, que era quién disponía de todas las bazas y ponía los precios. Las estafas se sucedieron.
Pretendía haber dado la imagen idílica de una república ordenada, liberal y democrática, sin duda, ante las potencias occidentales y obtener su apoyo crédito y ayuda, pero la imagen era irreparable, extremista y entregada a la barbarie del comunismo estaliniano, único que le tendía la mano, pero cobrando por adelantado. Azaña, Carrillo y Largo ya la habían cagado para los restos. La II República, bolchevizada a lo 17, arrastraba la quema consentida de hasta 20.000 iglesias y conventos, el asesinato de 6.832 sacerdotes y religiosos, amén que de miles de civiles por leer un periódico, no ser proletarios o asistir a misa y era habitual la práctica chequísta de la tortura, los paseíllos mañaneros y cosas por el estilo. Eso era injustificable impresentable e innegociable para requerir ayuda de cualquier país civilizado, quitando a Stalin, a alguna república bananera o a algún que otro asesino en serie.
En mayo de 1937 Negrín sucede a Largo en la presidencia del gobierno y en abril del 38 le propone a Franco un plan de trece puntos que este rechaza de plano, porque conoce el paño y sabe con quienes se juega los cuartos y quién baraja los naipes. No es intransigencia, como se dice por tantos ignorantes, es que ya es imposible dar marcha atrás. La cirugía debe ser radical para extirpar la gangrena marxista que lo emborrona todo.
¿Hace Negrín la vista gorda para seguir contando con el apoyo de los soviéticos, o no se entera del rapto y cruel asesinato de Andreu Nin, del POUM? Cabe la duda. Sus acometidas bélicas contra los nacionales fracasan estrepitosamente una tras otra y sus mapas coloreados sirven para comprobar los progresos de los nacionales, que son el 40% de los combatientes. Los de la república suponen el 60%. En abril del 38 asume la cartera de guerra y en septiembre del mismo año retira las Brigadas internacionales y predica la resistencia a ultranza para retrasar el curso de la guerra que intenta enlazar con la segunda guerra mundial –inminente según sus amigos alemanes con los que hablaba- única salida que le quedaba, porque tendría previsibles apoyos de los aliados y que no comenzaría hasta septiembre del 39. Prieto nunca se enteró de esto, aunque él se lo explicaba. ¡Menudas entendederas!
Se le complican las cosas con la rebelión anticomunista de Casado y la del Consejo General de Defensa con Miaja, Besteiro y Cipriano Mera, que le deponen.
En los últimos días formó un tesoro inmenso con bienes incautados en los Montes de Piedad y cajas privadas que transportó a Veracruz en un yate llamado Vita, del que se apoderó Prieto a su arribada a México y que originó una disputa importante entre ellos que cruzaron acusaciones muy graves. Total, qué entre el oro de Moscú, el de Paris, el Vita y el destrozo de 986 días de guerra, España quedó como unos zorros, sembrada de hambre (porque hubo de repartirse entre los dos bandos lo que había) y de muerte, pero feliz de estar en paz y libre de comunistas, paseíllos e incautaciones.
Diego Abad de Santillán, militante anarquista y escritor, en sus memorias Por qué perdimos la guerra (pág 328-330) denuncia los innúmeros crímenes cometidos bajo el gobierno de Negrín por los comunistas y llega a proponer que se le fusilara tanto por su gestión política, financiera y económica y habla de dictadura negrinesca y megalomanías. Largo Caballero, su acérrimo enemigo, desde su incapacidad, ignorancia enciclopédica, visceralidad y envidia, le tacha de carecer de cualquier escrúpulo ¡mira por donde el cominero este! Besteiro y Casado le acusan de improvisador, falto de organización y absurda inactividad, así como por deserción en la guerra de Cataluña y hablan de cómoda y lucrativa fuga. Corrupto y despilfarrador, concluyen. Francisco de Ayala, el ilustre académico y escritor, por el contrario, en sus memorias le admira y defiende, pero opina que llegó tarde a la presidencia del gobierno.
Lo suyo parece que era la fisiología y mejor aún, la investigación de laboratorio. Ni el arte de las finanzas, ni el de la guerra se le daban bien, ni la pintura siquiera, porque Picasso le regalaba un cuadro y él lo rechazó por parecerle “muy moderno”. En sus últimos días estudiaba árabe y chino, los idiomas del futuro, según decía. Gabriel Jackson opina que sabía economía y que era keynesiano. Nunca se sabe.
Falleció en Paris con 64 años, en 1956 y fue enterrado en el Père Lachaise. A su entierro sólo asistieron su hijo y dos amigos. Se sentía culpable de haber fallado, de perder la guerra y estaba deprimido. En su lápida no quería flores, ni estatuas y tan sólo figura J.N.L. a voluntad propia.
“práctica chequísta de la tortura, los paseíllos mañaneros y cosas por el estilo. Eso era injustificable impresentable e innegociable para requerir ayuda de cualquier país civilizado”,
A los aliados no les asustaron estas prácticas ¿Es que no cometieron ellos atrocidades más graves durante la IIGM? ¿La bomba atómica fue más civilizada?
Simplemente los aliados no se fiaban de un gobierno favorable al comunismo. El avance del comunismo les suponía otra amenaza.
Negrín fue uno de los estadistas más preparados de la historia de España, su frase de “resistir es vencer” tenía mucha razón, si la guerra hubiera durado cinco meses más loas aliados hubieran intervenido contra los Nazis en España, y después de la guerra hubiéramos sido como Francia, Inglaterra, Holanda etc.. un País libre de cualquier dictadura
Pero que equivocados estáis, Franco nunca fue de ideología nazi, debido a las circunstancias se vio obligado a aceptar la ayuda de la Alemania nazi. . Dentro de lo que pudo ayudó a las victimas del nacismo. Falange Españols no tiene ideología nazi, salvo el saludo reminiscencia de aquella época en la que no tenían otra opción, toda la simbología falangista es fuertemente nacionalista españols, el yugo y las flechas, el yunque, el águila de San Juan, (no el águila imperial) Franco fue profundamente catolico y como tal humanitario y justo. Ahora bien frente a la situación de descontrol producida… Leer más »
Preparado estaba, pero como criminal, traidor y ladrón sobre todo. Los conocimientos por sí solos no bastan. Hay que tener otras dotes.
Durante cinco meses más de guerra civil habría habido más muertos y, si hubiera ganado el Frente Nacional, habríamos sido como Alemania oriental o Rusia.
Excelente y clarificador articulo. Mis felicitaciones y agradecimiento por hablar tan verazmente y tan claro.
BUEN ARTÍCULO: D. Eligio Hernández, ex-fiscal Gral. del Estado, habla muy bien de D. Juan Negrín.
Si “El pollito del Pinar” dedicado a defender y tapar todos los latrocinios del gobierno sociata. Como el de la Infanta pero en sociata.
Si EL POLLO DEL PINAR, ahora reconvertido a abogado de chanchulleros y delincuentes varios, habla bien de este sujeto, es que este tipo era un criminal, convicto y confeso.
No hay otra.
Que Dios le tenga bien sepultado en los infiernos.