Franco, aclamado en la plaza de toros de Barcelona en 1951.

Ángel Gutiérrez Sanz.- No es extraño que el Régimen del 78 nacido del revanchismo y la traición muestre su indignación y rabia ante el gesto agradecido de un grupo de españoles que quieren honrar la memoria de aquellos hombres que trabajaron por que España fuera una, grande y libre y en gran medida lo habían conseguido.

Cierto que la libertad en tiempos de Franco no es como la de ahora , primero porque España necesitaba de una paz consistente y duradera. Segundo porque nada tenía que ver con el libertinaje de los tiempos presentes

Cierto que llegado el momento y por respeto a las víctimas se aplicó la justicia para que los matacuras y quienes tenían las manos manchadas con sangre de inocentes respondieran por sus horrendos crímenes ante los tribunales, quienes les juzgaron y a muchos de ellos les condenaran. Ello ha dado pie para que al Generalísimo Franco se le esté acusando constantemente de sanguinario; pero esta acusación hay que probarla, de lo que sí hay constancia es de su generosidad , indultando a miles de los que según las leyes vigentes fueron condenados

Al desmemoriado pueblo español hay que recordarle que gracias a Franco España no cayera en garras del comunismo, lo que le hubiera significado convertirse en un satélite de la URS y ahora nos estaríamos comiendo los codos de hambre, como sucede con no pocos países del Este. Basta haber viajado un poco para darse cuenta de esta realidad.

A Franco le debemos que España no se viera implicada en la segunda guerra mundial con lo que ello significó no sólo para la Nación , sino para los españoles.

A Franco le debemos que España saliera de las estructuras medievales en que estaba anclado y se convirtiera en un país próspero, llegando a ser una de las grandes potencias económicas del mundo.

A Franco le debemos que España dejara de ser un país de ricos y de pobres para que irrumpiera las clases medias.

A Franco le debemos que prácticamente todos los españoles pudieran disfrutar de un trabajo digno y estable con dos pagas extraordinarias y su seguridad social.

A Franco le debemos la estabilidad en las familias, un sólido engranaje social y una identidad nacional respaldada por un espíritu patriótico de lo que lamentablemente no queda ya ni rastro

A Franco le debemos la enseñanza obligatoria y gratuita hasta los 14 años, para todos sin distinción de ideologías.

A Franco le debemos sobre todo que en España siga habiendo iglesias y sacerdotes y que los creyentes podamos seguir manifestando nuestra fe sin que nos maten.

A Franco le debemos los españoles tantas cosas que sería bien poco tenerle presente una vez al año para expresarle nuestro agradecimieno.