Honorio Feito.

L. Romero- Es de los periodistas que desde el principio apostó por Donald Trump. Conversamos con él a primeras horas de la mañana de este miércoles 9 de noviembre, cuando ya es seguro que Trump será el próximo inquilino de la Casa Blanca, cuando los resultados han dado un vuelco a las previsiones de las encuestas. Pese a ello, Honorio FeitoHonorio Feiro,  no se muestra eufórico: “la verdad es que no estoy especialmente eufórico, estoy contento porque creo que se han puesto en evidencia los que defienden el establishment, y hay una oportunidad para los que no cuentan, a los que tildan de fachas, de retrógrados…”.

• ¿Pero usted pensaba que ganaría Donald Trump?

“Yo quería que ganara Donald Trump, porque la candidata demócrata, Hilary Clinton, ha sido la mayor manipuladora que ha habido en la Casa Blanca en los últimos años, y de su chanchullos somos víctimas, ahora, gran parte del mundo Occidental.”

• ¿Conocía usted la política de Trump? ¿Qué le hizo decantarse a favor de él? O, dicho de otra manera, si el candidato demócrata no fuera Hilary Clinton ¿habría cambiado usted de preferencia?

Trump irrumpió en la política de repente. Como un huracán que dice lo que piensa y eso creó cierto malestar en un gran sector de la clase política y de su brazo ejecutor, que es la prensa. La manera de caricaturizar a este personaje, la forma en que nos los presentaban, como si fuera un energúmeno, fue lo que me llevó a pensar que tal vez Trump representaba un peligro para los que defienden lo políticamente correcto, que no es la forma más honesta de defender, precisamente, los intereses más nobles. Eso que llamamos establishment desatiende las necesidades y los problemas de una parte cada vez más importante de la población y esto es algo que empieza a ser preocupante para los que, protegidos por estos sistemas, no tienen intención de cambiar sus políticas.

En cuanto a la última de las tres preguntas pues, mire, yo no sé si de haber habido otro candidato demócrata hubiera apostado por él, eso depende de qué candidato porque yo tengo por norma confiar primero en las personas, luego en las formaciones.

• ¿Qué espera usted de Donald Trump?

Me basta con que sea él mismo. O sea, la persona que ha sido capaz de crear un imperio económico, que ha creado miles de puestos de trabajo, que ha sabido administrar y ha resultado un gestor excelente. Lo que pasa es que, además de esto, ahora Trump es también un político y la política exige ser todo lo que él ha demostrado y, además, la templanza suficiente para aplicar medidas capaces de recuperar la ilusión de su gente, crear riqueza y administrar bien las mejoras sociales. Si él aplica su programa, en Estados Unidos el que trabaje, pague sus impuestos y arrime el hombro no tendrá problemas, sea blanco, negro o hispano; pero el que no esté por la labor de colaborar creo que tendrá problemas, o al menos, no disfrutará de las ayudas sociales.

• ¿Cree que levantará el muro fronterizo entre México y Estados Unidos?

Hay un chiste que anda por las redes sociales en el que se ve la foto de un importante hombre de negocios de España, cuyas empresas se dedican a la construcción y además es presidente de un equipo de fútbol con muchas copas de Europa, que está teléfono en mano llamando a Trump para decirle, “Donald, ¿cuando comenzamos el muro?”. Bromas aparte, yo no creo que levante muro alguno, pero sí que extreme las medidas para evitar que su país se llene de indocumentados.

• ¿En qué medida influirá la presencia de Trump en la política internacional y cómo afectará a España?

Obviamente, la designación de un presidente en Estados Unidos es un acontecimiento muy seguido en todo el mundo. Cambiará muchas de las gestiones de la administración Obama, entre ellas, el desaguisado de la fracasada Hillary Clinton en Oriente Medio, y pondrá en marcha medidas tendentes a recuperar la ilusión del que trabaja, y la hegemonía de los Estados Unidos en el mundo. ¿España?, desgraciadamente, España no ha tenido casi nunca una acertada política en Exteriores. Nunca nos comprometimos demasiado y, cuando lo hacemos, parece que elegimos el peor momento. Nosotros tenemos algo que Estados Unidos anhela, que es nuestra posición. Nuestra baza está en las bases militares, el convenio con Estados Unidos tiene que tener las bases, que ellos necesitan, como moneda de cambio de muchas cosas y lo deseable es que nuestros políticos, con el Rey a la cabeza, sepan jugar esa baza. Si usted pregunta a los de Podemos, seguramente que ellos le dirán que hay que manifestarse mañana mismo ante la embajada de los Estados Unidos como protesta por haber votado democráticamente a Donald Trump, y tal vez muchos políticos y partidarios de la izquierda secunden esta opinión, incluso puede que algún líder de los llamados liberales de centro. Pero, sinceramente, Trump es el líder de un equipo en el que figuran asesores en todos los campos; sus decisiones a partir de ahora, serán sopesadas y medidas y se tendrán en cuenta a la hora de valorar los efectos que estas decisiones puedan desarrollar. Y nosotros tenemos que saber en qué equipo jugamos, quienes son nuestros socios y cuáles son nuestros intereses.

• La llegada de Trump a la Casa Blanca ¿puede marcar el camino para otros aspirantes en otros países?

Bueno, eso lo ha explicado muy bien Roberto Centeno. La prensa oficial califica a Trump de populista. También Podemos es populismo, que es la nomenclatura bajo la que encuadran a aquellos que están fuera del sistema. En España no tenemos grupos populistas de derechas, y sí de izquierdas, de lo que se arrepentirá el PSOE; en Francia está Le Pen, cuyos logros se encargan de cercenar políticos como Sarkozy, entre otros; en Austria también tiene opciones Hofer, el mes que viene, y en Hungria, que es un país que ha luchado y lucha contra la llegada de inmigrantes, a pesar de las directrices de la Unión Europea, que ya se ha visto las consecuencias que traen, puede salir Viktor Orban. Pero, aunque hay pocos líderes, lo que sí se aprecia es un movimiento social, en cada país, que no comparte las políticas de sus dirigentes; mucha gente se siente perjudicada por la aplicación de estas políticas de acogida; es un movimiento de protesta que tiene algo de revolucionario porque ser revolucionario no es necesariamente ser de izquierdas, sino oponerse a la incoherencia de una casta política que ha explotado las gracias de las democracias occidentales y no tiene respuestas para atender a sus propias sociedades, al establishment del que hablaba al principio.

• ¿Y usted cree que ese movimiento puede cristalizar en un cambio radical en Europa, por ejemplo?

No creo que lo veamos a corto plazo, pero sí que de seguir así, ese movimiento irá creciendo y se convertirá en una fuerza a tener en cuenta. Después del Brexit, la Unión Europea deberá buscar la manera de afianzarse y para ello necesita tener el beneplácito de los europeos, no de los sirios, de los musulmanes, o los subsaharianos…Será necesario que articule programas para acabar con el desempleo en todo el territorio y no solo en los países del Norte, y que las políticas sociales alcancen a amplias capas de la población y no solamente a los refugiados; la descoordinación que hemos padecido hasta ahora con la política sobre los inmigrantes ilegales deja ver la poca o nula preocupación de las autoridades comunitarias del Norte, poco sensibles con los problemas que tenemos nosotros en Ceuta y Melilla, o Italia en Lampedusa, o en Hungría.

• ¿Y ofrecerá Trump una baza importante para desarrollar ese movimiento?

La mejor aportación de Trump es haber demostrado su capacidad para vencer a todos: al partido demócrata, a la prensa, a la presión internacional y a su propio partido republicano, en cuyas filas hay también gente poco dispuesta a secundarlo. Yo creo que ahora, mientras se hace el traspaso de poderes y cuando comience su singladura presidencial, se abrirá un tiempo de cambios y reformas. Hay que dejarle ese tiempo. Pero, además, yo creo que los europeos tienen que aprender a resolver sus propios problemas sin esperar. Lo deseable es que alcance un acuerdo con Putin para acabar con el conflicto sirio que es un problema que nos afecta de una manera directa a todos.

   – Usted es articulista en AD y tertuliano del programa “La ratonera”. Éste ha sido uno de los pocos medios que se decantaron por Trump de una forma inequívoca y rotunda…

Me consta además que gente del equipo de campaña muy cercana a Trump ha valorado en términos muy elogiosos y positivos el trabajo de este medio en favor de la elección del candidato republicano. Lo más interesante es que AD supo acertó sobre cuál era el clima emocional en países que se enfrentaban a elecciones tan decisivas como la del Brexit en el Reino Unido, la del Tratado de Paz en Colombia o ahora en Estados Unidos. En los tres casos, Alerta Digital acertó al lograr que su apuesta editorial coincidiera con el resultado de las urnas. Me siento muy honrado de formar parte de este proyecto informativo, que el malogrado y siempre recordado Blas Piñar definió como “un revulsivo de la conciencia nacional”.