Cómo se ‘adueñó’ Rusia de la agenda de las elecciones presidenciales de EE.UU.
La ‘amenaza’ inminente a la democracia estadounidense no es ni el Estado Islámico ni el terrorismo en general ni el racismo ni tampoco los problemas de carácter migratorio o los numerosos aspectos de la política de Estados Unidos, sino la imagen de la lejana Rusia, que en vísperas de las elecciones presidenciales del país se ‘aproximó’ a EE.UU., hasta el punto de ‘apoderarse’ de la agenda preelectoral norteamericana.
Según datos de WikiLeaks, Rusia se convirtió en el tema número uno durante los debates presidenciales y de la batalla entre Hillary Clinton y Donald Trump, dejando atrás los demás asuntos y problemas agudos discutidos por los políticos. El Estado Islámico cedió paso al Kremlin y a Vladímir Putin, situándose en el segundo lugar, mientras que el tema de los impuestos ocupó el tercer lugar en el ‘pedestal’ de la discusión.
Los temas de la posesión de armas de fuego, inmigración, racismo, entre otras cuestiones de la política, tanto interior como exterior de Washington, quedaron en la sombra en comparación con lo mucho que se habló sobre Rusia. Incluso durante el tercer debate, en vez de responder a una pregunta que más directa no podría haber sido ?”¿Es este su sueño, fronteras abiertas?”?, la candidata demócrata prefirió desviar la atención hacia Moscú.