“El día que se queden sin discurso antifranquista, dejarán al descubierto la doctrina ideológica en la que se inspiraron los principales responsables, del mayor genocidio de la historia de la humanidad”.

Con este sencillo argumento, mucho más extenso y bien desarrollado, el PP podría machacar de inmediato a todas las formaciones que lo tachan de franquista. Pero no lo hace. Y no lo hace por cobardía y complejo. Pero, ese complejo y cobardía, hay que decirlo alto y claro, no es solo atribuible a la delicada languidez y sensibilidad de sus dirigentes, sino a la carencia de fuerza moral, fruto de su participación en el juego o farsa de la democracia que auspicia y permite el comunismo, y de haberse prestado a la redacción de una Constitución ambigua y contradictoria, que después de cuarenta años de andadura nadie respeta ni obedece.

El comunismo carga con una mochila a sus espaldas de más de CIEN MILLONES de seres humanos asesinados a lo largo de su historia. Solamente por eso, debería ser ilegalizado de inmediato, y repudiado, rechazado, reprobado y marginado, por una sociedad culta, ilustrada, y medianamente informada.

El hecho de que en España, gracias a la democracia, los que se inspiran en una doctrina ideológica de crímenes, destrucción, miseria y hambre, como es el comunismo, puedan presentarse a unas elecciones y salir elegidos, pone de manifiesto dos cosas: la primera, que los medios de comunicación de una manera notable, aventajada y sobresaliente, y los responsables de la enseñanza en nuestro país, han falseado y siguen falseando la historia, ocultando y omitiendo aquel genocidio tan grotesco, aberrante y monstruoso. Y la segunda razón es, que la UCD, AP y finalmente el PP, como actores principales de la democracia española, siempre han permitido que ese marxismo criminal participe sin ningún impedimento en el juego democrático, y haya llegado hasta las instituciones sin careta, y con un discurso antifranquista que suena ya a monserga pesada, repetida y monótona, sin que nadie de talla intelectual y política ni ningún historiador imparcial y objetivo, pueda rebatirles su alegato.

Esa es la razón principal del complejo y cobardía del partido de Rajoy. Así de claro y sencillo. Porque, si tú permites que un peligroso violador, se siente tranquilamente a comer en tu mesa después de meterlo en tu casa, es evidente que estás aceptando de buen grado su condición de agresor sexual, por lo tanto, le estarás allanando el camino para que mañana, pueda violar a tu mujer o a tu hija con tu venia, tu aprobación, o tu subliminal “consentimiento”.

Las réplicas a Podemos por parte del portavoz del PP durante el debate de investidura del señor Rajoy, y las llevadas a cabo por el mismo investido, no solo fueron patéticas, sino que pusieron de relieve como nunca, esa falta de fuerza moral, ese complejo y esa cobardía. Después de que el representante marxista de Podemos muy campanudo, llamase desde la tribuna de oradores delincuentes potenciales a los allí presentes, convendrán conmigo, que al señor Rafael Hernando, que tiene que leer hasta el saludo de buenos días y que tiene dificultad para pronunciar una frase corta sin interrumpirse a asimismo, le faltó algo más que talla de tribuno, le faltó lo que le sobra por ejemplo, a Isabel Bonig. En cuanto al futuro presidente del gobierno y principal representante del PP, es evidente que le sobra ironía, retintín y sorna, pero le faltan cojones.