Asistimos en los últimos 10 años a un evidente caos mundial de valores, a una campaña orquestada por los movimientos anarquistas, comunistas, antipatriotas, perroflautistas y de “indignados”. Esto no es solo de España, aunque nuestro país sea unos de los grandes bastiones de esta movida flácida, holgazana y tóxica, si bien es cierto que desde el momento en que el General Franco dejara de dirigir nuestros destinos, estamos siempre en el pelotón de los torpes en todos los rankings mundiales, digamos interesantes y los primeros en todos los rankings de basura intelectual y degradación.

Los partidos de izquierdas que han llegado al poder en los países occidentales, han acelerado el proceso al que me refiero y los de derechas han hecho poco o nada por frenarlo, hasta llegar a la situación actual donde el modelo internacional de valores puede cambiar definitivamente por muchos años si no hacemos algo por impedirlo y se trata para empezar simplemente de apoyar a gente como Donald Trump, respaldar sus proyectos y suscribir sus ideas, que tratan precisamente de parar la evolución de esa hecatombe que se nos viene encima.

El modelo al que viramos está muy claro: lo malo en él es el patriotismo, el proteccionismo de los pueblos, de su cultura ancestral, el pluriempleo, el exceso de actividad económica, el desarrollo industrial, la herencia patrimonial, el ejército, la policía, la disciplina, el respeto, el orden social, los valores espirituales, la bandera y el escudo y lo bueno es la insumisión, el desacato, la revolución social cada cuarto de hora, el anticlericalismo, la suciedad, el escándalo público, el insulto, la mofa a las instituciones, la anarquía, el mal gusto, la provocación, el terrorismo urbano y el desorden público.

Pues bien, todos esos valores del primer grupo, los malos para toda la gentuza que lidera la citada campaña a nivel mundial, son los que resume el programa político del candidato republicano a las próximas Elecciones Presidenciales en Estados Unidos, el señor Trump y su victoria en éstas implicaría por activa hacer prevalecer todos aquellos y por pasiva significaría frenar el avance nefasto de todas estas “bondades” del segundo grupo.

No voy ahora a hacerle publicidad a la señora Clinton, pero sí voy a decir simplemente que es una clara continuadora de ese “buenismo” del Sr. Obama donde todo vale con tal de parecer tolerante, donde caben todos esos valores perroflautistas y podemitas que impulsa ese movimiento internacional regresivo dirigido a fulminar todos los valores tradicionales que han hecho grandes a las grandes potencias mundiales como Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania o España.

Trump anima al electorado norteamericano a devolver a los Estados Unidos la grandeza perdida en los últimos 8 años del mandato demócrata y si este país es grande, el mundo será grande, por eso España debe otorgar el voto moral a Donald Trump.