Un momento de la celebración del Día de los Gansos, un desafío que se celebraba ya en el siglo XVII.

Una multitud de personas vestidas de azul ha tomado hoy el puerto vizcaíno de Lekeitio para presenciar el desafío del Día de los Gansos, una fiesta ancestral basada en tratar de aguantar el mayor número posible de alzadas y caídas al mar con una de estas aves entre los brazos.

Bajo un sol abrasador y entre aplausos y gritos de júbilo del público, las 85 cuadrillas inscritas han ocupado sus botes y han ido remando hasta el lugar donde el ganso permanecía suspendido de una cuerda en espera de ser agarrado.

Una vez asido el animal, la cuerda ha sido tensada para hacer subir varios metros, y devolver de nuevo al mar, a la persona encargada de atrapar al ganso.

Por tercer año consecutivo, las cuadrillas han podido elegir la posibilidad de participar con un animal sacrificado previamente o con el “antzartek”, un ganso de gomaespuma creado de forma expresa para esta fiesta por el centro tecnológico Gaiker.

De nuevo, las aves muertas -en los años ochenta se dejaron de utilizar animales vivos- han sido las preferidas por los participantes, dado que sólo 33 cuadrillas han optado por participar con las artificiales.

Y ello pese a que algunas de las imágenes más bellas de esta competición las han vuelto a proporcionar los animales de plástico, que han logrado que uno de los participantes, Pello Lauzirika, realizara hasta cinco “alzadas” consecutivas, con sus correspondientes caídas al mar.

Los “harrapatzailes” (los encargados de atrapar el cuerpo del ganso) que han competido con las aves muertas han logrado menos alzadas, pero en varias ocasiones han conseguido romper la cabeza del animal, otro de los grandes méritos de este juego.

La competición no está exenta de riesgos y varios participantes han sido trasladados en camillas acuáticas de la Cruz Roja tras estrellarse contra el agua, desde una altura que, en ocasiones, ha llegado a los cinco metros.

“Para los ‘harrapatzailes’ es un honor su labor en las fiestas, pero algunos pueden exponerse a lesiones graves, como rotura de tímpano, clavículas, etcétera”, ha explicado a Efe Mertxe Arrizubieta, concejala de Cultura.

Arrizubieta ha destacado que, aunque ninguno de estos chicos y chicas ensaya las caídas al mar, algunos se preparan para esta hazaña ataviándose con jerséis de lana y llenando de arena los bolsillos de sus pantalones para ganar peso y facilitar un mayor número de alzadas.

Pero pese a las grandes pasiones que despierta la fiesta del Día de los Gansos, la utilización en este juego de animales sacrificados previamente despierta cada año la ira de los grupos animalistas.

Toñi Esteban Gallego, presidenta de la Asociación Provida Animal Aproba de Bizkaia, ha lamentado la “crueldad” que supone el hecho de dar muerte a las aves para esta prueba y la “falta de respeto” que se tiene a los animales muertos al usarlos en esta competición.

“Teniendo una opción de elegir, diría mucho de Lekeitio que el total de las cuadrillas hubiera elegido los gansos de goma”, ha destacado.