Justicia popular: Golpeados y torturados dos asesinos de perros en Vietnam
Decenas de secuestradores de perros han sufrido en los últimos años en zonas rurales de Vietnam la ira de turbas enfurecidas, que no han dudado en linchar, a veces hasta la muerte, a estos ladrones de mascotas.
Uno de los últimos casos se produjo recientemente en la provincia de Quang Ninh, al noreste del país, cuando Tran Van Kha, un hombre de 35 años, fue apaleado hasta la muerte y su compinche gravemente herido por un grupo de vecinos irritados.
Según el periódico “Than Nien” (Juventud), la mecha de la violencia prendió cuando varios vecinos del pueblo de Trieu Vu sorprendieron a Kha y su compañero robando un perro en una casa.
Decenas de vecinos, hartos de que sucesos parecidos se multipliquen sin apenas consecuencias para los criminales, se movilizaron rápidamente y persiguieron a los ladrones, que trataron en vano de huir en sus motocicletas.
La turba quemó los vehículos y maniató, golpeó y torturó a los asesinos hasta que la Policía local llegó al rescate.
Los agentes reconocieron que identificar a los asesinos de los secuestradores será una tarea casi imposible, ya que “casi todo el mundo en el pueblo afirma haberles golpeado”.
Al menos otros dos sucesos similares ocurrieron el pasado diciembre en las provincia de Than Hoa y Nin Binh, también en el norte.
En Than Hoa, los vecinos iracundos mataron a golpes a dos secuestradores de canes y dejaron a otros dos gravemente heridos, mientras que en Nin Binh la Policía llegó a tiempo de evitar la muerte por linchamiento de otros dos ladrones.
Los robos de perros son frecuentes en Vietnam debido a la popularidad de su carne, considerada por muchos vietnamitas como un auténtico manjar, pero muchos vietnamitas poseen perros como mascotas tanto en zonas rurales como urbanas.
El último arrestado por este delito es Nguyen Van Tien, un exmilitar de 23 años que el pasado 21 de enero mató a un hombre de 56 años y a su hija de 18 años tras un intento frustrado de capturar a su perro en el centro del país.
Según la Alianza Asiática de Protección Canina, alrededor de cinco millones de perros son matados en Vietnam cada año para su consumo.
Los canes son vendidos a los restaurantes a un precio aproximado de 6 dólares por kilo, un valor demasiado bajo para que las autoridades consideren los robos como un delito serio.
Dos ladrones detenidos recientemente en Ho Chi Minh (antigua Saigón) confesaron a la Policía que solían capturar casi una decena de cánidos por noche y los vendían a restaurantes o mataderos por unos 40 dólares cada uno.
Según varios testimonios, los ladrones suelen ir equipados con pistolas eléctricas caseras que conectan a la batería de sus motocicletas para disparar al perro o a sus posibles defensores.
“Van armados y son peligrosos”, reconoció a “Than Nien” Phan Van Triet, agente de Policía en Ho Chi Minh.
Uno de los casos más sonados tuvo lugar en 2012 en la provincia de Quang Tri, en el centro del país, donde dos ladrones murieron víctimas de un linchamiento.
Cuando el pasado marzo un tribunal condenó a penas de prisión a diez de los apaleadores, otras 68 personas se autoinculparon para tratar de salvar a sus vecinos de un castigo que consideraban injusto.
La prensa local relató que lugareños de hasta 80 años de edad admitieron haber tomado parte en la paliza.
La falta de acción de las autoridades ha exacerbado la sensación de impunidad de los robos, que a menudo se saldan con una mera multa administrativa.
“Los crímenes continúan porque las autoridades consideran a los perros como ganado. No tiene sentido que el valor de un perro esté basado en su peso”, protesta al citado rotativo Nguyen Van Lang, presidente de la Asociación Canina Vietnamita.
Ante la urgencia por atajar esta lacra social, las autoridades se han limitado a admitir su impotencia. Tran Van Do, vicepresidente del Tribunal Supremo vietnamita, fue el más directo al reconocer en una reciente rueda de prensa que “no habría cárceles suficientes para tantos ladrones de perros”.
Los ladrones son lo peor que hay. Si no hubiese ladrones, la gente guardaría su dinero en casa. Si la gente guardase su dinero en casa, no habría bancos. Sin bancos, no habría préstamos, usura, intereses, deuda. Sin estas últimas cosas, la gente sería libre, y las naciones también, y los gobiernos menos corruptibles, y también los medios de comunicación serían más objetivos e imparciales.
Yo no me alegro. Del humanismo hemos pasado al animalismo. Pero es cierto que el valor de un perro mascota no está en su carne.
Me alegro, de que hayan sido torturados estos asesinos de perros.
Ojala, cale hondo en gran parte de la sociedad vietnamita.
y tomen conciencia, de que hay que tratar bien, a los perros, gatos.
Veo bien que se torture a quien tortura, que prueben su propia medicina.
Que no hubieran matado perros y no les habria pasado eso
Pues está mal tomarse la justicia por propia mano así como cobrarse venganza. Pero hay ocasiones en las que estoy seguro que hasta el mismo Jesucristo vería con buenos ojos que el que la haga que la pague.
Yo, ya puestos, quizá hubiera ido un poco más lejos y hubiera terminado con el sufrimiento de esos dos bastardos.
Cuando la justicia regular no existe, o nos tomamos la justicia por nuestra mano o no hay ninguna justicia. La opción está clara.
Los animales son tambien criaturas de Dios y hay que protegerlos de los animales de dos patas que creen que pueden arrasar con todo.
No me parece mal matar a un perro para comer, ante la necesidad… pero si robar mascotas para que cuatro sibaritas de tres al cuarto degusten delicatessen que no lo son.