Por José L. Román.-Mientras Europa asume por completo la crisis migratoria, y acoge a miles de refugiados que huyen de las guerras sobre todo de Siria, Arabia Saudita, país rico y próspero por su oro negro, se niega a ofrecer asilo a estos inmigrantes a pesar de profesar su misma religión.

Arabia Saudita tiene 100.000 carpas instaladas en su territorio equipadas con aire acondicionado, que podrían albergar a 3 millones de esos refugiados. Sin embargo, no ha recibido ni a uno solo, y mientras, la Unión Europea guarda un silencio sepulcral y cómplice como buen lacayo.

Mientras que los países europeos, entre ellos España que cuenta en su haber con CINCO MILLONES de desempleados, están recibiendo a centenares de miles de refugiados, Arabia Saudita se dedica a financiar mezquitas por todo el mundo para que recen sus pobres, como por ejemplo, las 200 que ha ofrecido construir en Alemania, para el medio millón de refugiados que acabara acogiendo el país de Angela Merkel. Y, por supuesto, Arabia Saudita enviará hasta Alemania, centenares de “imanes” para que ni un solo musulmán pueda convertirse a una religión “infiel”.

Las carpas se encuentran en la ciudad de Mina, y ocupan una superficie de un kilómetro cuadrado. Sólo se utilizan durante cinco días al año por los peregrinos de El Hajj. Durante el resto del año, allí están las carpas desocupadas, pero en perfecto estado de conservación.

Las tiendas, miden 8×8 metros; fueron construidas por orden del gobierno de Arabia Saudita en la década de 1990, y se reformaron en 1997 con un sistema sofisticadísimo contra incendios. También incluyen instalaciones de baño y cocina.

Estas tiendas podrían dar cobijo a casi la totalidad de los cuatro millones de refugiados sirios que han sido desplazados por la guerra, en parte agravada por el papel de Arabia Saudí en financiar y armar a grupos yihadistas. Sin embargo, según confirma el Washington Post, a día de hoy, las naciones más ricas y prósperas del Golfo Pérsico, no han acogido ni a uno solo de los refugiados sirios.

Los saudíes afirman que han acogido a 500.000 sirios desde 2011, pero lo que no dicen sus autoridades, es que no se les permite legalizar su situación de manera permanente con los mismos derechos que el resto de ciudadanos.

El Líbano por ejemplo, ha acogido a más de un millón trescientos mil refugiados. Más de la cuarta parte del total de su población.

Los dirigentes y mandatarios saudíes, sostienen que las “carpas” de la discordia, son necesarias en Mina como sede de la peregrinación anual islámica a la Meca, pero, si tenemos en cuenta el concepto árabe de la Ummah Islámica, es de suponer que lo que deberían hacer si fuesen coherentes con sus creencias, es dar protección a todas estas familias que huyen desesperadas de la guerra y la persecución del ISIS, acogiéndolas en esas carpas perfectamente acondicionadas.

Mientras Europa guarda silencio ante este flujo migratorio de millones de personas que no comparten la misma cultura ni la misma religión que nosotros, los estados árabes del Golfo se niegan a colaborar ante este drama humano ¿Por qué? Esta es la pregunta que nadie tiene el valor de contestar.

Nos encontramos ante otra de las grandes mentiras de la Unión Europea y de sus aliados. Mientras países de la zona euro como España, niegan a sus ciudadanos los derechos más elementales a base de recortes, parte del presupuesto de esos países, en nombre de un “buenismo” falso e hipócrita, es puesto a disposición de lo que ordenen sus amos mundialistas desde NorteAmérica. Los mandatarios europeos son cómplices de una invasión encubierta del viejo continente, mientras los países del Golfo que se niegan a acoger a sus hermanos de religión, ponen sobre la mesa sus petrodólares para ofrecer a las grandes multinacionales europeas y norteamericanas, contratos milmillonarios de obras faraónicas al servicio de la élite mundial.