El terrorismo islámico atenta con fuerza y sin piedad. Otra vez Francia vuelve a ser objetivo de referencia. Túnez, Nigeria, Somalia, Egipto, Libia, Iraq, ¿que más da? Aqui lo que queremos saber, es quien provoca las guerras dando lugar a un flujo migratorio imparable hacia Europa ¿Por qué países como Rusia, China o Japón se oponen firmemente a que el islamismo tome posiciones en sus territorios y nadie se atreve a rechistar? ¿Quienes proveen de armas y explosivos a estos terroristas islámicos? ¿Quienes les proporcionan cobertura y apoyo logístico? ¿Quienes están detras de todo este baño de sangre y muerte? ¿Quienes se benefician realmente de este caos claramente provocado?

Nadie de ustedes políticos españoles, absolutamente nadie, plantea estas preguntas con rotundidad, claridad y transparencia. Solo se dedican a condenar los atentados yihadistas siguiendo los dictados de Bruselas. Es a todas luces contradictorio que los partidos políticos que tienen acceso a los medios, traten con una atención exquisita a las comunidades de religión islámica, y a la vez sean el paladín de las feministas y de los homosexuales, cuando todos sabemos, que esa religión no solo somete a las mujeres desde que nacen hasta que mueren, entre mutilaciones y lapidaciones, sino que reprime a los homosexuales como acaba de hacer en Turquía, o los condena a la pena capital  colgándolos de una grúa como sucede en Irán. Pero, esta contradicción de los políticos españoles tiene tamibén un denominador común, todos ellos, unos por acción y otros por omisión, persiguen el mismo objetivo: Descristianizar España.

Yo, a través de mi ventana, ventana de la información nacional e internacional, observo a Francia y a los franceses; observo a Europa, y miro con preocupación a España. Son ya muchos los medios de comunicación que en Francia vienen informando de lo que acontece en aquel país sin que parezca importarnos demasiado. No nos damos cuenta de que Francia ha sido y es, cuando nos referimos al terrorismo yihadista, la antesala de Europa y por supuesto de España. Cataluña por ejemplo, está creando el caldo de cultivo para ser la primera región donde los fundamentalistas islámicos impongan su ley con la complicidad de los secesionistas y separatistas antiespañoles.

En Francia, ya no es noticia el hecho de que los musulmanes tengan horarios especiales y exclusivos para acudir a las piscinas públicas. Han ido mucho más allá.

El semanario Nouvel Obs informaba que las jóvenes musulmanas exigieron que deben quedar exentas de lecciones de biología y deportes en sus cursos de formación sin ser penalizadas en sus notas de exámenes finales; que en época de evaluaciones deben ser acompañadas por sus maridos y sólo evaluadas por una mujer; que  se les conceda permiso especial los días que el islam marca como festivos; que se les procuren salas para la oración en las escuelas y universidades; que se les flexibilicen los horarios en escuelas, universidades y lugares de trabajo para la práctica de sus cinco oraciones diarias. Y, para colofón, exigen la revisión de los libros de texto de Historia franceses, para que se incluya también la historia de sus respectivos paises y de su religión.

Según la revista francesa L’Express, una asociación de musulmanes de la Universidad de Paris, puso en entredicho el derecho de un profesor de “cultura occidental”, para juzgar un trabajo  de un estudiante musulman. Este mismo medio de información, se hizo eco de un manual de buenas conductas del Islam vendido en Francia durante más de diez años, que explicaba con todo lujo de detalles como debe un musulman castigar a su esposa: “Con la mano, con un látigo o con un pedazo de madera”.

El diario Le Monde informaba en 2004, que en las escuelas secundarias las musulmanas visten túnicas antes de dirigirse hasta su pupitre, para no despertar ningún deseo; que en las escuelas primarias los padres musulmanes se niegan a dejar a sus hijas en clase, cuando la profesora se encuentra incapacitada y la dirección busca un sustituto en lugar de una sustituta; que la escuela tiene que habilitar un local sin ventanas para que las madres, cubiertas de pies a cabeza, puedan reconocer a sus hijos a la hora de recogerlos; que en las escuelas de enseñanza primaria los alumnos tienen lavabos y baños reservados para ‘musulmánes’ y para ‘franceses‘; que exigen que haya vestuarios separados en los gimnasios porque, segun ellos, un circunciso no puede desnudarse junto a un impuro.

En los diarios Le Figaro y Le Monde aparecían también informaciones que ponían escalofríos en el alma, como por ejemplo, que en los libros didácticos serán excluídas todas las referencias a Charles Martel o a Juana de Arco a fin de no ofender a los musulmanes franceses; que los funcionarios públicos musulmanes exigen trabajar con un chador; que las médicos y las estudiantes de medicina musulmanas deben tratar solamente con mujeres. Y que los médicos son golpeados si atienden a las mujeres musulmanas sin el consentimiento de sus maridos.

Y lo que resulta más curioso de todo esto es, que entre el resto de comunidades religiosas, no hay ninguna reivindicación de este tipo, y que ellos, los musulmanes, no respetan en absoluto en sus respectivos países a ninguna otra comunidad que no sea la suya.

El diario Le Parisien, informaba acerca de la lucha que mantienen los musulmanes por conseguir la abolición de la Navidad en las escuelas de enseñanza primaria, y de que amparándose en la Ley de Laicidad, puedan solicitar la retirada de los árboles de Navidad, no solo en las escuelas, sino también en las guarderías infantiles ¿Les suena esto de algo?

¿Que ha hecho el recien investido presidente socialista de la Generalidad Valenciana con el apoyo del Compromiso Catalanista Separatista y los Comunistas de Podemos? Pues felicitar efusivamente a la comunidad musulmana por el ramadán.

Los mismos que asaltan capillas católicas al grito de: ‘Vamos a quemar la Conferencia Episcopal’, ‘Menos rosarios y más bolas chinas”’; “Arderéis como en el 36”; ‘Frente al Vaticano poder clitoriano’; ‘El Papa no nos deja comernos las almejas”; y “Saquen sus rosarios de nuestros ovarios”, advierten de la supresión del belén de Navidad; de prohibir la participación de unidades de nuestro Ejército en la Semana Santa; de prohibir la participación de Autoridades políticas en actos católicos, etc. Quien sabe si en su “hoja de ruta” contemplarán tamibén la supresión de la ofrenda floral a la Virgen de los Desamparados durante Las Fallas; la prohibición de las Cruces de Mayo; si abolirán también la exaltación que se hace anualmente al Santo de Valencia San Vicente Ferrer; o anularán las procesiones del Corpus Christi junto a toda celebración tradicional que tenga que ver con nuestras raices cristianas.

Es indudable por tanto, que existen razones más que fundamentadas para pensar, que alguien está muy interesado en destruir Europa, pero sobre todo España. La consigna está clara, “acabar con nuestra civilización cristiana y occidental”.

Si nada cambia, si no hay un movimiento fuerte y cohesionado para frenar a esta gente y a los grupos políticos que los apoyan, y dejamos de prestarnos para satisfacer, pagar y dar prioridad a los que no respetan absolutamente a nadie, en menos tiempo del que pensamos estaremos radicalmente islamizados.