El catolicismo oficial intenta salvar al PP en Valencia
Fernando Abril.- Puede ser un escándalo mayúsculo en ciernes. El PP vive en la Comunidad Valenciana acuciado por un pánico creciente. Ha perdido su principal aparato de propaganda, Canal 9, después de que sus trabajadores pidieran perdón por décadas de manipulación pepera. Así que desde la Generalitat se está propiciando el surgimiento de una televisión privada adicta con cobertura regional.
Detrás y delante de esta operación de partido están la COPE y 13TV de Antonio María Rouco, con la jerarquía católica convertida en la aliada lacaya de la gaviota en proceso de descomposición. El proyecto TeleMediterráneo auspiciado por el PP para “sustituir” a Canal 9 ha comenzado ya su emisión en pruebas con la marca 12TV. Uno de sus primeros productos ha sido la emisión de una entrevista con la alcaldesa pepera de Elche, Mercedes Alonso, denunciada por Manos Limpias por presunta financiación irregular del partido a través de una asociación.
La sociedad TeleMediterráneo está presidida por José María Mas Millet, católico oficial, conocido miembro del Opus Dei, quien a su vez es presidente del Consejo de Administración de la muy deficitaria 13V. Detrás de Mas Millet están Juan Cotino y su familia, denunciados habitualmente por trato de favor de la Generalitat y otras instituciones gobernadas por el PP. Estamos, pues, en los aledaños de la presunta corrupción pepera en gran escala, porque para cierto catolicismo oficial la avaricia no es un pecado sino una virtud que practican con fruición.
El proyecto está siendo “vendido” como una continuidad de Canal 9 y como el arca de Noe para que recalen los peperos de la televisión autonómica. “No os hemos dejado tirados”, les dicen. Según fuentes solventes ya habría sido fichado José Luis Torró, uno de los iconos peperos de la extinta Canal 9. Diversas fuentes apuntan a que se estaría, de hecho, trasvasando material de esa televisión cerrada al nuevo proyecto supuestamente continuista. La fórmula, según esas fuentes, es dar de baja material como inservible.
Lo que tiñe la operación con los aromas del escándalo es que TeleMediterráneo o 12TV afirma poder tener cobertura en toda la región. Ello sólo es posible si se ha perpetrado otro trasvase: si se han hecho con las frecuencias del fallido proyecto Tele7, de José Luis Ulibarri, imputado en Gürtel. Tele7 fue una operación diseñada por Esteban González Pons para generar precisamente una televisión privada regional pepera que fuera en paralelo o sustituyera a Canal 9. Ulibarri invertía a cambio de diversas concesiones de obras públicas.
El proyecto fue a la quiebra y, además, recibió un varapalo del Tribunal Supremo. Tenía ya en inicio un alto componente de catolicismo oficial, pues participaba como accionista el CEU, con Alfredo Dagnino.
Como la cabra tira al monte o el criminal vuelve a la escena del crimen, estamos ante un escenario muy parecido al primer fracaso, pero con un PP ya angustiado, sin proyecto, sin liderazgo y con las encuestas vaticinando una catástrofe: una pérdida cuanto menos de veinte diputados.
Produce bochorno que sean siempre la jerarquía católica y conspicuos católicos oficiales los que concurran a ayudar al PP, sin la más mínima crítica a los casos de corrupción, a las cuentas en Suiza y a los incumplimientos del programa en cuestiones fundamentales de moral natural.
Con el proyecto de 12TV, el PP da definitivamente la espalda al fracasado proyecto alicantino de Canal 8, la televisión que se encuentra en el epicentro del caso Brugal: empresarios que invertían en esa televisión a cambio de concesiones en contratas de basura. En Canal 8 habían confluido un polémico hombre de la noche, Pascual Sánchez Espín, al que cerraron su discoteca por problemas de seguridad y al que su familia le relevó de cualquier puesto en la gestión, una exdiputada autonómica del PP; Laura Narcisa Rodríguez Doñate y un exempresario de la construcción, Damián Pedro Sánchez García, conocido por su compulsiva morosidad, pues tiene todos sus pisos embargados y numerosas cuentas pendientes en los juzgados.
Puesto que Canal 8 tiene elevadas deudas contraídas, como créditos políticos sin aval concedidos por las extintas Caja de Ahorros del Mediterráneo y Bancaja, esta peculiar troika había diseñado la operación, para evitar embagos, de que la gestión del canal correspondiera a Lmbda Gestión S.L., donde figuran al 50% los citados Laura Narcisa Rodríguez Doñate y el moroso Damián Pedro Sánchez García. Pero todo este proyecto degeneró meramente en intentar montar una discoteca que ha resultado un competo fracaso. Fuentes del propio PP, sin embargo, han difundido que “le endosamos la televisión por el escándalo Brugal a un hombre que teníamos por inútil como es Pascual Sánchez, para que tapara el escándalo y conscientes de que no haría nada. Si salía bien, estaba Laura Rodríguez para controlar. Si salía mal, se echaba tierra encima del pasado. Lo del empresario conocido por su morosidad Damián Sánchez ha sido la puntilla. Misión cumplida”.
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Es tremenda la corrupción de la Conferencia Episcopal Española a manos de Rouco …
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1.200.000 euros ingresó Soraya Sáenz de Santamaría entre 2000 y 2011
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