La segregación racial es algo que van a conocer los menores en el sur de Tel Aviv cuando vayan a la guardería la próxima semana. Se trata de una iniciativa de carácter municipal. En este sentido, los hijos de los inmigrantes del África subsahariana irán a unos jardines de infancia, mientras el resto irán a otros.

Este año las autoridades municipales de la ciudad más liberal de Israel decidieron que esa era la mejor opción para aliviar la tensión social procedente de dos barrios pobres de la ciudad.

Según el portal hebreo ‘Ynet’, la ciudad construyó guarderías para los niños de raza negra, luego de que varios residentes judíos amenazaran con dejar a sus hijos en casa antes que permitirles estudiar al lado de niños de Eritrea y Sudán.

Los barrios Shapira y Hatikvah están plagados de problemas típicos de áreas de ingresos bajos: sobrepoblación, baja calidad de las viviendas y escasas infraestructuras.

Ese territorio económicamente deprimido ha sido un imán primero para los trabajadores extranjeros de las Filipinas, y últimamente para los refugiados subsaharianos.

Las crecientes tensiones entre los judíos y africanos en estos barrios –en parte debido a la incitación por los miembros ultraderechistas del Parlamento y declaraciones de varios rabinos en contra del alquiler de pisos a los no judíos– culminaron en un brote de ataques contra los subsaharianos, sus coches y tiendas el año pasado.

“Entendemos lo que pasa en la parte sureña de nuestra ciudad. No tuvimos otro remedio. Los vecinos no están interesados en estudiar con extranjeros”, dijo un cargo municipal no identificado citado por el diario.

Las instituciones segregadas cuidarán solo a los hijos de los africanos de raza negra. Los menores no judíos de otras regiones, como Asia o Europa, seguirán asistiendo a las guarderías ‘judías’. Se cree que los menores etíopes judíos que han estado visitando jardines mixtos no cambiarán de centros.