Investigan una matanza de perros y gatos por envenenamiento en un pueblo de Castellón
Un macabro suceso ha sacudido la tranquila localidad castellonense de El Toro en las últimas semanas. Y es que alrededor de una treintena de gatos, tanto de particulares como callejeros, y al menos cuatro perros, han ido apareciendo muertos de forma progresiva en las últimas tres semanas. Fuentes de la Guardia Civil han confirmado que han abierto una investigación para esclarecer los hechos y dar con los responsables de esta acción. Algún niño podía haberlo ingerido el veneno y la desgracia aún sería mayor.
La denuncia la puso el pasado 29 de junio una voluntaria de la Sociedad Valenciana Protectora de Animales y Plantas (SVPAP) con casa en este municipio. Según ha explicado, es habitual que los vecinos tengan gatos en sus casas y en los corrales para espantar a las ratas. Así, como cada fin semana, se dispuso a poner agua y comida a las cuatro colonias de gatos que cuidaba. Sin embargo, se encontró horrorizada que estaban todos muertos, salvo uno. Ante esta situación, se puso en contacto con varios vecinos del pueblo, quienes le confirmaron más casos idénticos: “Que yo haya tenido conocimiento ha habido al menos 30 gatos y 4 perros fallecidos propiedad de 14 personas.
El último can apareció muerto el pasado fin de semana”. Según esta voluntaria de la SVPAP, a un vecino que llevó a uno de sus perros aún con vida al veterinario le dijeron que lo habían envenenado, “al parecer había ingerido una bola de carne con alguna sustancia tóxica”. Los hechos son aún más graves teniendo en cuenta que el veneno estaba distribuído por todo el municipio: “Algún niño podía haberlo ingerido y ahora estaríamos hablando de una desgracia aún mayor”.
Multa de hasta 18.000 euros
Fuentes del departamento jurídico de la SVPAP han informado que la sanción administrativa por envenenamiento de animales está contemplada como infracción muy grave por la Ley 4/94 de 8 de julio de la Generalitat Valenciana con sanciones que pueden ir de 6.000 a 18.000 euros. Por la vía penal la sanción sería pena de prisión de tres meses a un año según el artículo 337 del Código Penal.
La acción de envenenar perros y gatos es verdaderamente canallesca, pero, acusar a los moros sin pruebas basándose en meras suposiciones es muy peligroso, pueden fácilmente pagar justos por pecadores. El fanatismo y las fobias personales pueden hacer estragos.
Y la ceguera y el pacatismo también hacen estragos.
Esto del envenenamiento de perros es algo que está ocurriendo ya en muchas ciudades, y que yo sepa no es una moda.
En entornos rurales siempre ha habido accidentes de este tipo por los venenos para zorros y plagas, pero en ciudades nunca se había visto.
Mira esta imagen de un país musulmán y su amor por los perros:
Para el Islam el perro es una bestia, un animal impuro.
Los hechos son aún más graves teniendo en cuenta que el veneno estaba distribuído por todo el municipio: “Algún niño podía haberlo ingerido y ahora estaríamos hablando de una desgracia aún mayor”.
Son los moros los que envenenan a los perros, en cataluña pasa lo mismo, que casualidad que ellos no los soportan…. fuera musulmanes de mi españa, si no os gustan los animales iros a vuestra tierra de cabras mugrientas y no volváis jamás.
que hijos de cura,aqui en Aliante en concreto en el barrio de florida hay alguien que se dedica a lo mismo.La pena es que no lo veo sino el veneno se lo come, ya que a mi prra boxer me la envenenaron pero la cogi a tiempo, todos los dias encuentro veneno el dia que lo pille sea hombre mujer o mediopensionista se entera.
Así se habla, hay que denunciarlo todo esto!!!
Aunque suene raro: ¿Hay moros en las inmediaciones? no tragan ni perros ni cerdos.
claro que son ellos los que envenenan, por aquí en cataluña hacen igual, en barrios de aquí se han encontrado perros muertos, y que casualidad que hay musulmanes cerca de donde mueren esos perros, yo ya voy con cuidado de que mi perra no coma nada de la calle, quien tenga perros y gatos cuidado, vigilen a sus mascotas, esta gente son un puñao de criminales y sin remordimientos.