Blas Piñar descubre en su último libro una faceta desconocida: la de sublime poeta
Por Fernando de Oyarbide.- El pasado jueves se celebró en el Gran Hotel Velázquez, en pleno corazón de Madrid, el acto de presentación del último libro escrito por el “joven nonagenario” -como el se definió- Blas Piñar. El acto resultó multitudinario y desbordó todas las previsiones de quienes lo organizaron, encontrándose conocidos de varios medios de comunicación. En particular llamó la atención la presencia de varios periodistas de la cadena Intereconomía.
En esta ocasión, muchos fuimos los sorprendidos al comprobar cómo además de un político honesto, un hombre íntegro cuyas ideas no se han plegado a la conveniencia del momento, un “visionario” como así llamaban muchos de los asistentes a la presentación ofreció una faceta, al menos para éste periodista, desconocida.
Su libro “Poesías” es y será una joya literaria y un manual de cabecera, que como manifestaron algunos de los que participaron en el acto, conviene leer y releer varias veces porque entre sus versos se manifiesta la paz interior, las recomendaciones para mantenerse siempre a sí mismo y el amor a Dios que desde la sabiduría de su corta edad de 90 años desprende.
El acto fue presentado por Juan León Cordón, Presidente de Fuerza Nueva-Andalucía, para luego intervenir Javier Paredes, Catedrático de la Universidad de Alcalá de Henares y autor del prólogo del libro. Así mismo, intervino el sacerdote Ángel David Martín Rubio, quién, en su intervención, hizo un exhaustivo repaso a lo que significa la fe cristiana para Blas Piñar y porqué ésta le da tanta fuerza, vitalidad y tranquilidad.
Por último, Blas Piñar pronunció unas pocas palabras para presentar su discurso, que fue leído, dada la dificultad que tenía para hablar por cuestiones médicas, lo que no impidió que sacase a relucir su buen humor y su alegría por encontrarse en este acto.
En definitiva, su discurso fue aleccionador, explicando cómo avisó hace años de lo que se le venía a España encima, una etapa que calificó como de la oscuridad. Aludió que “es absurdo un patriotismo constitucional, cuando la constitución vigente, con su texto contradictorio y sus varias interpretaciones, ha incrementado y reforzado el separatismo”. Y añadió: “No basta un patriotismo deportivo, un patriotismo emocional, o un patriotismo racional, sino que se precisa especialmente para los católicos, un patriotismo como virtud, enmarcado en la caridad, es decir en el amor a España… Desde este punto de vista, el cacareado derecho a decidir, en el que insisten reiteradamente los partidos y los gobiernos autonómicos de Cataluña y de las provincias Vascongadas, no existe, porque ese llamado derecho a decidir, supone que tenemos una patria, y que teniéndola en propiedad, podemos disponer de ella libremente y a nuestro antojo. Lo que no es cierto, porque la patria no tiene un origen contractual, sino fundacional. Pertenecemos a una patria… no somos propietarios de ella, si no que a ella pertenecemos y debemos amarla y engrandecer…”.
Terminó con severas críticas a lo que definió como “casta política”, responsable a su juicio de la profanación y el desprestigio de la política española. Apuntó en ese sentido a la Zarzuela, Moncloa, las comunidades autónomas y los ayuntamientos, a los que culpó de la desaparición de la convivencia social y de la conversión de la clase política en una “casta” de privilegiados frente al resto de los españoles.
Tras el acto de presentación, se celebró una cena de confraternización, a la que asistieron numerosos asistentes al acto.
Muy interesante