Religiosidad y dinamismo económico, una relación sorprendente
Josep Miró i Ardèvol.- Este miércoles, 10 de octubre, ForumLibertas.com editorializaba sobre los resultados del informe del Fondo Monetario Internacional (FMI), en el que se establecían las previsiones de crecimiento para este año y el próximo en 105 países del mundo, que permitía observar una clara tendencia por grandes regiones del mundo.
Ahora, otra información debidamente relacionada con la anterior permite establecer conclusiones que no dejan de resultar sorprendentes, al menos entre los occidentales acostumbrados a convivir con una cultura que tiende a menospreciar todo lo religioso. Esta información nueva trata de los candidatos al sacerdocio en los centros diocesanos y religiosos de todo el mundo distribuidos por grandes regiones de acuerdo con el Anuario Estadístico de la Iglesia.
Pues bien, si se compara la clasificación del FMI de perspectivas de crecimiento del producto interior bruto (PIB) con la tendencia que se observa en la última década entre los seminaristas se llega a una conclusión muy evidente. Las regiones dotadas de mayor dinamismo económico son a su vez las que presentan un crecimiento más importante del número de seminaristas. Las que estas características son moderadas en los dos sentidos, es decir que ocupan una situación intermedia, también se ajustan a la misma relación, como lo hacen las que ocupan la cola. Si Asia y África se sitúan en cabeza del crecimiento económico y América Central, incluyendo México en este caso, y el resto del continente latinoamericano, se sitúan en una posición intermedia, así como Estados Unidos, podemos observar que esto también acaece con el número de seminaristas. Y si Europa muestra un declive económico absolutamente preocupante, al menos en la previsión de los dos próximos años, esto se da también en el número de candidatos al sacerdocio, siendo la peor región del mundo.
La relación es tan estrecha que puede operarse con ella en términos estadísticos determinando su correlación, es decir el grado de identidad entre un fenómeno, perspectivas del crecimiento del PIB, y el otro, evolución del número de seminaristas. Si establecemos por grandes regiones del mundo los valores medios de incremento de la renta y lo relacionamos con el número de candidatos al sacerdocio, veremos que se produce una correlación significativa en todos los casos. Evidentemente, esto no representa causalidad, pero sin esta condición la causalidad no existe.
La conclusión me parece que es bastante evidente. El dinamismo religioso forma parte de una perspectiva de vida que se afirma en el presente y en el futuro. Y la desaparición de la relación con Dios que gana terreno progresivamente en Europa condena a todo lo contrario, a un cerrajón en los horizontes. Todo esto se traduce en el comportamiento económico, porque no hay que olvidar que la economía es una manifestación antropológica y no otra cosa. Naturalmente, hay más elementos que conectan la experiencia religiosa con el comportamiento económico y la concepción de la familia, de los hijos, del sistema de valores y virtudes, y es, en todo esto, un elemento de articulación fundamental. Para el bienestar, y esto se puede demostrar también con las cifras en la mano, el sistema de valores y modelo de familia que propugna el cristianismo es a su vez el que aporta mejores resultados.
Todo esto son evidencias cuantitativas y por lo tanto con las limitaciones que se quiera. Pero, quienes afirman lo contrario como mínimo deberían aportar razones del mismo nivel.
*Josep Miró i Ardèvol, presidente de E-Cristians y miembro del Consejo Pontificio para los Laicos
Pues que salgan a las calles, llamen a sus fieles y reconquisten Europa conmo han echo en Grecia