Aguirre, en guerra con su partido
Esperanza Aguirre acaba de renunciar a cobrar el Impuesto sobre el Patrimonio, un impuesto que, como es sabido, solo afectaría a los bolsillos más acaudalados. La noticia, no por esperada, sorprende por varias razones. Primeramente, porque hace un mes su consejero de Economía, Percival Manglano, reconocía estar estudiando el rescate autonómico.
En segundo lugar, apenas habían transcurrido cuatro meses, desde que por enésima vez decidiera subir el billete de metro en un 11%. Y en tercer lugar, porque casi por aquellas fechas, advertía que “vamos a tener que poner peajes a las carreteras madrileñas”. A decir verdad, Aguirre ya había avisado a los madrileños de que tendrían que hacer sacrificios. No en vano Madrid es la tercera comunidad más endeudada de España. Lo que omitió señalar –sin duda por olvido- es que los ricos no estaban incluidos en tales menesteres. Pues bastante tienen ya con ser ricos – bien lo sabe ella- como para andar con nuevos trasiegos.
Además, con izquierda o con derecha, ¿no ha sido siempre costumbre que sean las clases medias y trabajadoras las que apenquen con todo? ¿Para qué romper tradiciones? Sin duda habrá quien no entienda su postura, toda vez que los 620 millones de euros que Aguirre ha dejado de ingresar, superan el impacto económico que ha supuesto la elevación del transporte público y la reducción de las becas de libros y comedor. Pero quien así piensa es porque desconoce, sin duda, que lo que Esperanza dice nada tiene que ver con lo que la presidenta hace. Máxime si tenemos en cuenta la guerra permanente que sostiene con su partido.
Particularmente, podría suscribir muchas de sus palabras, pero pocas de sus acciones. Así, por ejemplo, cuando prometió la dación en pago como método de resolución de embargos hipotecarios ¿quién no la suscribiría? El problema es que al día siguiente se supo que carecía de competencias para implementar tal medida. ¿Pudo ignorar matiz tan esencial? Seguramente no, pero tampoco importaba; había puesto en un brete a Rajoy. Otro ejemplo, ¿quién no hubiera respaldado sus palabras cuando, tras anunciar Rajoy la subida del IRPF, a través de su portavoz, Aguirre aseguraba estudiar una bajada impositiva en su Comunidad? Los madrileños aún están esperando la bajada, pero ahí quedaba otra puyita a su presi. Y la noticia. Con luz y taquígrafos.
No menos sembrada estuvo Esperanza cuando desde el mismísimo Palacio de la Moncloa, con Rajoy a su lado, se declaraba favorable a la supresión de los parlamentos regionales. Ciertamente, eran solo palabras, pues carecía de competencias, pero no ignoraba que aquellas serían calurosamente aplaudidas por el electorado popular. Lo que seguramente desconozca este electorado es que, en aquel momento, la comunidad de Madrid, con la sola excepción de Canarias, era la región más generosa en subvención por diputado regional. ¡Después de nueve años de gobierno!
Una vez más, lo esencial era la comparativa con el líder del partido.También nos gustó su sugerencia de adaptar nuestros horarios laborales a los europeos, al objeto de conciliar el trabajo con la vida familiar. Solo que las medidas implementadas por ella terminaron en dirección opuesta, merced a la liberalización de los horarios comerciales que, contraviniendo sus primeras intenciones, incluyó también a las grandes superficies. ¿Es ese su particular modo de encontrar la conciliación?
Y es que Aguirre siempre ha presumido de su liberalismo. Lo cual es muy legítimo. ¿Quién no le ha escuchado, parafraseando a Hayek, arremeter contra “los socialistas de todos los partidos”, incluidos los del suyo propio, en alusión a los sectores más conservadores?
Ahora bien, si tanto repugna de toda presencia estatal ¿Cómo se explica que lleve más de media vida, no solo viviendo del Estado, sino también interviniendo en él? ¿O acaso fue la famosa mano invisible la que situó a su primo y la cuñada de su vicepresidente como consejeros de Bankia? ¿Qué cree la presidenta que diría Adam Smith o David Ricardo si levantaran la cabeza?
Ahora, Esperanza denuncia que “las subvenciones, subsidios y mamandurrias tienen que terminarse”. Otra vez de acuerdo. Pero no hablaba así hace dos años cuando, con España sumida ya en una profunda crisis, la propia Aguirre se jactaba de haber destinado a la integración de inmigrantes 100 euros por cada uno de Zapatero. En total ¡6.000 millones de euros! ¡Menuda mamandurria! Si eso no es intervenir en la economía ¿qué es? Yo se lo digo: electoralismo, oportunismo y demagogia a partes iguales. Como cuando declaraba que “si mañana se fueran todos los inmigrantes, estaríamos sumidos en la más absoluta pobreza y en el subdesarrollo”.
Pues ya lo ve, 8 millones de inmigrantes y España, camino del subdesarrollo. Es obvio que de esos polvos vienen estos lodos ¿Qué cree que hubiera sucedido si un@ polític@ de centro-derecha europeo hubiera llegado a hablar en esos términos? Por descontado, no tendría que esperar al escrutinio para darse por derrotad@. Hace unos días la presidenta de Madrid con buen criterio reconvenía al gobierno, recordándole, a propósito de la excarcelación de Bolinaga, que el electorado está muy descontento.
También con ella. Aunque poco le importa. Su guerra no es –no puede serlo- con una izquierda repelente a la que nadie con dos dedos de frente votaría, y a la que oportunamente utiliza para jalear los ánimos conservadores. Esperanza goza del monopolio político. De ahí que la particular guerra que sostiene desde hace un lustro tenga por adversario a su partido. A Rajoy. A Gallardón.
Lástima que sus palabras guarden poca o ninguna coherencia con sus actos. A lo que parece, las mayorías absolutas no le han sentado nada bien.
Esperanza Aguirre representa a la derecha más hipócrita, cínica y antisocial.
Existe una derecha social, es tiempo de que los millones de semovientes que votan al PP se dejen de”duelos a garrotazos” con el PSOE porque todo es lo mismo.
Más vale votar VALORES y con conciencia a votar con la nariz tapada¿o es que muchos peperos no tienen esos valores de los que presumen?
si, va a ser eso…
Durante muchos años esta mujer ha tenido embobados e casi hipnotizados a muchos españoles que se tienen por patriotas, por medio de la subvención encubierta de publicidad institucional a ciertos medios. Como claramente se afirma en el artículo a esta mujer se le cae el maquillaje y se dejan ver las arrugas de una política desalmada, amiga de la plutocracia más cutre y una auténtica traidora a España y a sus fundamentales principios católicos. Entre otras cosas, pasará a la historia por lo de madridvegas, consiga o no el Adelson askenazi sacar su antro adelante.
me la pela el pp y lo que pase con los liberales no son patriotas deseo que el pp se venga abajo y deje paso al verdadero patriotismo español.
pepera tenia que ser. Que asco !!