Juan Tardá.

Coronel Francisco Alamán Castro/Remitido.- Cuenta de mí don Juan Tardá que “no tiene miedo ni lo tendrá”. No me extraña nada. ¡Yo a usted sí! ¡MUCHO!. Era usted conmilitón e íntimo amigo, no me consta que se haya arrepentido nunca de esa amistad, de los canallas de Terra Lliure que pusieron una bomba en el estomago, y que explotó a las seis horas, al señor Bultó, mil veces más catalán que usted y con una hoja de servicios a Cataluña que ya quisiera.

Ni mis amigos ni yo le vamos a hacer esa cobarde guarrada. Si alguna vez, Dios no lo quiera, en cumplimiento de mi deber con España, pelease con usted, sería de frente, naturalmente eso si usted no sale antes a la carrera (siempre fue así en Esquerra) y sabe comportarse como un caballero. Ya sé que no lo entiende, ¡que le vamos a hacer! Usted se lo pierde.

No tarde en tacharme de fascista. A mí me es indiferente que un ex terrorista o íntimo de terroristas, no arrepentido que se sepa, me llame así, me presta la mar. Como lamentablemente no sabrá el bable, le ilustro: “me gusta”. Una pena, es lo mismo que me pasa a mí con el catalán y bien que lo siento.

Se preocupa usted de que el PSOE o el PP no me hayan reprochado nada. No creo que sea usted tan poco demócrata como para molestarle que se recuerden partes fundamentales de nuestra Constitución. A ellos es de suponer que no les molestará nada. Su Esquerra siempre ha sido así.

A usted le gustaría la orden del general Batet (30-12-33) a los militares de Cataluña: La Lliga había tenido un gran triunfo en las elecciones, la Esquerra casi se había desintegrado. Eran frecuentes los excesos orales y escritos contra España, se atacaba habitualmente a los militares. Se manda una vergonzosa circular que decía: “El oficial y clases… Si observaran algo que pudiera herir sus sentimientos más puros, con mayor motivo extremaran la necesidad de alejarse… Afirmo que, en ocasiones como éstas lo más correcto y lo más propio de nuestro espíritu y honor es ser muchas veces sordo, ser ciego y ser manco”. Se podía así agraviar a España y al Ejército con toda impunidad. También sabe como terminó todo aquello.

Le cuento, los paréntesis son míos: En Vendrel, Companys (11-6-34) dice: “defender su prestigio (el catalán) con la sangre de vuestras venas. Tal vez os diga: ‘Hermanos, ¡seguidme!’ Y toda Cataluña se levantará” (?). (Nuca fue la Esquerra demasiado generosa con su sangre, prefería que la diesen otros, anarquistas, POUM o quien fuese).

Dencás (ministrín de Gobernación) explicaba en las Cortes (5-5-36) el golpe de estado (las 24 horas de cobarde, siempre fue así con Esquerra, Gran Cagada) de octubre del 34: “Adoptamos actitudes heroicas (?)… organizar unas juventudes armadas… pueden llegar momentos en que sean necesarias luchas armadas a fin de impedir el paso de las tropas españolas. Los efectivos eran 4.000 soldados con fusiles Mauser y 65 ametralladoras. Se hizo un reclutamiento de 8.000 hombres y se adquirieron cañones, ametralladoras y fusiles. El señor Ventosa y Roig salió hacia Bélgica para negociar la compra”. Simultáneamente enviaba emisarios a toda Cataluña con órdenes de movilización”. J. Dencàs, De una derrota, p. 69.

Cambó habla del 34 en Cataluña: “Fue una rebelión de Companys y cuatro gatos, no de Cataluña. No participó la gran masa del pueblo catalán, pues no hubiese quedado resuelto con media docena de cañonazos”.

Nosaltres Sols escribía (25-6-34): “Preparaos para la hora inevitable de la guerra contra España. Se impone la lucha sangrienta (?). Seguían los disturbios (16-7-34). Chicos de la Esquerra reparten unas hojas en las que se dice: “Deseamos salir a la calle a matar. Somos separatistas”. Las organizaciones milicianas alardean de sus preparativos militares.

En un mitin en el Palacio de Bellas Artes, habló Ventura Gassol: “Nuestro odio contra la vil España es gigantesco, loco, grande y sublime; hasta odiamos el nombre, el grito y la memoria, sus tradiciones y su sucia historia. Estad alerta: el que tenga la hoz, con la hoz”. J. Dencàs, De una derrota a una victoria, Barcelona, Agros-Vergara, 1984, p. 39.

Y llegó la guerra, Esquerra más higiénica que los demás, los de entonces eran chicos de buenas familias, ecologistas por tanto, se deshacían de sus asesinados más notorios usando como Cámara Crematoria la Cementera de Montcada i Reixach-Barcelona. Así ponían más dificultades para su identificación. A algunos para ganar tiempo los echaban vivos.

Era muy nombrada Las Carolinas. Sita en la calle de Carolinas 18, colegio de San Vicente Paúl. En cuanto los comunistas, después de la traición de Companys, liquidaron al POUM y anarquistas en mayo del 37. Estos liquidaron los buenos negocios de la Esquerra.

Acabo con una adivinanza. Usted, creo que catedrático de Historia moderna, la va a coger al vuelo: Nació la Lliga, claramente de derecha y se apuntó un teniente coronel del Ejército español, con no muy buena carrera. No había peleado en ninguna de las guerras contra USA que, en la época, tuvo España.

Fue diputado e hizo méritos. Decía esto: “Esta España grande y noble, esta España de nuestros ensueños, esta España que, organizando inteligentemente sus industrias, pueda acudir a la lucha económica en el mercado extranjero, y allí, en aquel torneo libre de la inteligencia y del trabajo, vencer; único medio de llegar a ser una Nación rica y poderosa. Yo he pertenecido treinta años al ejército, al que tenía un cariño grandísimo y al que habría de apoyar siempre con mis iniciativas y con las de mis queridos compañeros, porque yo le quería con toda mi alma […] Tengo también una deuda de gratitud con D. Alfonso XIII y que esta deuda de gratitud me obliga por toda mi vida a ser partidario de D. Alfonso XIII”. Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados, 11-5-16.

Dados los méritos adquiridos ascendió a coronel, con la cólera de sus compañeros. Pasó el tiempo y aquel patriota coronel español, rico niño bien, fidelísimo al Rey y a España, pero ambicioso de poder, traiciona a ambos y además lo explica detenidamente: “El dilema es el siguiente: o nosotros continuamos bajo la opresión del Estado opresor, del Estado centralista, en una esclavitud moral, peor cien veces que la material, o vamos a la violencia” (23-6-1923). J. M. Roig Rosich, Director del Centre d’Història Contemporània de Catalunya, professor d’Història contemporània a la Universitat Rovira i Virgili, ‘Francesc Macià. De militar espanyol a independentista català’, Barcelona, Esfera dels Llibres, 2006.

Solución: Francesc Macià Llussà, jerarquísimo de la Esquerra.

¿A qué le suena? Son ustedes todos iguales. ¿CÓMO NO LES VOY A TENER MIEDO A USTEDES? ¡NO SON DE FIAR!

Quedo a sus órdenes.