Ilegales subsaharianos esperan la llegada de la noche para asaltar la frontera de Melilla.

A. Robles/Redacción.- Un día más, enrevesado y triste. Uno más. España está siendo invadida por tierra, mar y aire (en este último caso con la complicidad de algunas compañías aéreas) y la tele, gran maestra de la vida, ofrece imágenes a sus devotos sobre lo bien que lo están haciendo nuestros soldados en Afganistán. En el telediario de la 1 también se dan admirables consejos sobre la manera de prevenir las molestas picaduras de mosquito y, para rematar la feliz jornada veraniega, se nos anuncia que en Buñol ya todo está preparado para la tomatina. De la invasión que sufre España por tierra, mar y aire, ni rastro.

No hay día en el que no nos enteremos de nuevos asaltos a la permeable frontera vallada de Melilla. No hay día en el que 20, 30 ó medio centenar de africanos no logre rebasarla y penetrar ilegalmente en territorio soberano español.

Comenta uno de los guardias civiles encargados de impedirles la entrada que la misión se convierte en imposible al no contar con herramientas legales ni con medios eficazmente disuasorios para evitar que los africanos consigan su objetivo.

Siguiendo pues el razonamiento de este agente, lo primero es armarse de paciencia y esperar a que la ley actúe, y cuando la ley y sus gentes, por circunstancias diversas, fallan, se debe recurrir a una reunión ministerial donde se demuestra que nada eficaz se consigue allí donde pueda existir un traidor de la casta que trata de organizar la moderación y la entrega de España a plazos fijos. Mi propuesta, que no soy de la casta y mucho menos un moderado, es bien sencilla. Si esto es una invasión en toda regla (¿alguien podría discutirlo?), entonces a qué se espera para ordenar al Ejército que defienda nuestras fronteras utilizando las armas reglamentarias si fuera necesario.

La experiencia nos advierte que semejante procedimiento da resultados fulgurantes, efectivos y sin contrapartida de responsabilidad. Claro que pedirle tal cosa a un mierda como Rajoy es esperar demasiado, y más ahora, cuando un informe del Banco Central Europeo (que obra en nuestro poder) le aconseja regularizar a todos los ilegales que se encuentran en nuestro país.

¿Qué ha pasado en este país para que los españoles, escasamente volcados a la paciencia con ocasión de otras invasiones que por desgracia sufrimos a lo largo de la historia, sigan con placidez lanar estos insoportables acontecimientos?

Respecto a los que lograron entrar ilegalmente en España, pronto contarán con la magnificencia de Caritas y con la comprensión de los mismos progres que, estoy seguro, no pondrían objeción alguna al derecho de cualquier país tercermundista a defender su territorio de cualquier invasión, independientemente de los motivos que hubiesen inducido a los asaltantes.

Y a los que esta vez no lo han conseguido, que no desfallezcan, que entre el precioso valor de sus derechos, la benignidad de nuestros políticos, la magnanimidad de los jueces, la incompetencia del delegado del Gobierno en Melilla, las malas mañas de Marruecos, las imposiciones del BCE, la atadura de pies y manos de nuestros militares y la desmoralización de los guardias civiles, raro será que no lo consigan antes de que acabe agosto.

Esta España así se me antoja ya una pesadilla. Un país que ni se ve, ni se siente, ni se huele, ni se tacta, aunque sí oye cada noche, todavía con luz sobre el mar de Melilla y sus olas, cómo un puñado de delincuentes logra burlarse de mil quinientos años de historia.

SIGUEN LAS AVALANCHAS

Melilla ha revivido la pasada noche y esta madrugada las avalanchas de inmigrantes que padeció en el año 2005, con la entrada de unos 60, una cifra que puede aumentar en las próximas horas, conforme los ‘sin papeles’ se vayan presentando en dependencias policiales o en el Centro de Estancia Temporal (CETI).

Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han tratado de impedir la entrada de los inmigrantes, que han efectuado dos asaltos masivos: uno pasadas las 21.00 horas de ayer, el más numeroso y protagonizado por unas 300 personas, y otro a las cinco de la madrugada, llevado a cabo por 150 subsaharianos, que han sido repelidos y ninguno ha conseguido acceder a la ciudad.

En el primero de los intentos de entrada, en el que consiguieron acceder a territorio español en torno a 60 personas, los inmigrantes utilizaron el factor sorpresa y aprovecharon que los policías marroquíes se encontraban rompiendo el ayuno del Ramadán, tras todo el día sin comer ni beber.

Según los datos oficiales facilitados por la Delegación del Gobierno en un comunicado, la colaboración de las fuerzas de seguridad marroquíes y la rápida reacción de los efectivos de la Guardia Civil y de la Policía Nacional hizo posible que el número no fuera mayor.

Los dos intentos se han producido a la altura de un tramo de valla que discurre por el río de Oro, sin que se hayan producido heridos ni lesionados entre los agentes que han intervenido.

En el primero de ellos se vivieron algunos momentos de tensión, según han relatado a Efe fuentes policiales, ya que, tras saltar la valla, los inmigrantes se dispersaron por distintas zonas de la ciudad, por lo que se les pudo ver corriendo por algunas calles.

Al menos siete de ellos consiguieron acceder al colegio Nuestra Señora del Buen Consejo, lo que sorprendió a las propias religiosas y a los vecinos de la zona.

Según la Delegación del Gobierno, ninguno de los inmigrantes ha requerido asistencia sanitaria en el hospital de la ciudad.

Una vez interceptados, los inmigrantes serán trasladados hasta dependencias policiales para iniciar el expediente establecido en la Ley de Extranjería, antes de pasar al CETI.

El pasado martes, se produjeron otros dos asaltos masivos, con la entrada de en torno a 50 inmigrantes, por lo que esta semana se han registrado cuatro asaltos masivos, con más de un centenar de inmigrantes que ha consigo acceder a suelo español.

Hasta ayer, el CETI acogía a unos 660 ‘sin papeles’, una cifra que, lógicamente, se incrementará en el día de hoy con las nuevas entradas.

INTERCEPTAN OTRAS DOS PATERAS EN LA COSTA DE TARIFA

Efectivos de Salvamento Marítimo han interceptado en la mañana de este domingo dos embarcaciones con un total de 13 varones a bordo cuando navegaban al sudoeste de la costa de Tarifa (Cádiz), todos los cuales han sido trasladados al puerto y se encuentran en buen estado de salud.

Según han informado fuentes del servicio de emergencias del 112 Andalucía, los 13 varones son mayores de edad, uno de ellos de origen marroquí y el resto de origen subsahariano, todos los cuales se encuentran en buen estado de salud.

Así, ambas embarcaciones han sido avistadas a las 10.30 horas a unas diez millas al sudoeste de Tarifa. Hasta allí se han desplazado efectivos de Salvamento Marítimo, que han trasladado a los inmigrantes hasta el puerto de la citada localidad gaditana, al que han arribado a las 12,05 horas. En el lugar han actuado la Policía Nacional, Guardia Civil y efectivos del Equipo de Rescate Inmediato de Emergencias (ERIE).