Honorio Feito.- El vistazo a la prensa me lleva a una noticia que se repite asiduamente. La concejal de Asuntos Sociales del ayuntamiento de Valdés (Asturias), Noelia Fernández, militante de FAC (Foro Asturias Ciudadanos), dimite del partido, pero no del cargo de concejal, por desacuerdos ideológicos o prácticos, con la dirección de su partido, pero sin explicar a los ciudadanos que la han votado los motivos de su decisión. Las ratas abandonan el barco cuando huelen el humo.

¡Dichosos los políticos que no están sometidos al principio de lealtad!; dichosos ellos que pueden, sin más, desengancharse de las obligaciones contractuales cada vez que el viento sopla en contra. Yo, y como yo muchos españoles, me consta, no compartimos muchas de las cosas que ocurren en nuestro país, ni los comportamientos ni las decisiones de los mandatarios y, sin embargo, seguimos aquí asumiendo lo que nos echan y pagando nuestros impuestos.

Creo no equivocarme si digo que gran parte del malestar de los españoles, para con el gobierno que preside el señor Rajoy –del que, evidentemente, se esperaba mucho más- esta basado, precisamente, en no aplicar los recortes entre la clase política desafecta, vacía, torpe, desconocedora del compromiso, ajena a ese principio que todos debemos a la empresa que nos paga, en este caso un partido político. En permitir que personajes ajenos al compromiso campen por los despachos sin dar cuenta de su gestión, cobrando suculentos sueldos –superiores a los que se generan en las empresas públicas o privadas- y viviendo de la política y actuando, de espaldas al que fue su compromiso unos meses atrás, sin que su actuación produzca ninguna consecuencia para el o la protagonista.

Aconsejo a los ciudadanos que, ante situaciones como ésta, tomen buena nota del nombre del “arrepentido/a” para no volver a votar la lista en la que se encuentre inscrito/a, si tiene la osadía de presentarse de nuevo ante el electorado.