Responsabilizamos a los responsables de poner en la calle a monstruos como el protagonista de esta historia. Responsabilizamos a los autores de leyes garantistas que execran la dignidad humana y ponen en peligro la seguridad de los españoles. Responsabilizamos también a los multiculturalistas, a la progresía, a la ultraizquierda, a los falsos buenistas católicos, a la derecha acomplejada y a todos los que promueven la inmigración como promotores ideológicos de ésta y de tantas violaciones como ya se producen a diario en nuestro país y cuyas víctimas son mayoritariamente españolas, da igual la edadue tengan.

La Fiscalía solicita veinte años de prisión para un colombiano acusado de violar a una mujer española de 89 años y robarle joyas, dejándola en estado de ‘shock’, en su domicilio del madrileño distrito de Ciudad Lineal.

Mañana comienza en la Audiencia Provincial de Madrid el juicio a Juan Carlos G.R., de origen colombiano, de 48 años y que cuenta con numerosos antecedentes penales, entre los que destacan una condena por un Tribunal de Burdeos en 2008 por agresión sexual a un menor de 15 años y una sentencia de 2010 por un delito de robo con intimidación.

El Ministerio Público solicita veinte años de cárcel para el procesado por un delito de agresión sexual, un delito de robo con intimidación y una falta de lesiones.

Según el escrito provisional de la Fiscalía, el 6 de mayo de 2005, el acusado, “con ánimo lúbrico y deseo de satisfacer sus más bajos instintos sexuales”, se dirigió al domicilio de la víctima, Rosa Celestina M.A.

Nada más abrir la puerta, el procesado empujó a la mujer contra la pared, le ató las manos a la espalda con unas bridas, la amordazó con un trozo de cinta aislante y la arrastró hasta la cama de su dormitorio, donde la violó.

Con posterioridad, con el ánimo de sustraer lo que hubiera en el piso, entró en todas las habitaciones de la vivienda, revolvió cajones y armarios y dejó tirados por el suelo numerosos objetos.

Juan Carlos se apoderó de la cartera de la víctima con su documentación y las llaves del piso, dos sortijas de oro, una sortija de oro con perla, unos pendientes de oro, tres pulseras de oro, una medalla de oro y dos relojes antes de huir de la casa.

La víctima se quedó en estado de shock y comenzó a gemir, ante la imposibilidad de pedir socorro porque seguía amordazada con la cinta aislante, hasta que la oyó su vecina de piso, Ana María V.G., quien encontró abierta la puerta de la vivienda de Rosa Celestina.

La vecina vio a la víctima de pie, en el pasillo, amordazada con la cinta aislante y con las manos atadas a la espalda con una abrazadera de plástico, le prestó auxilio y avisó a la policía.

Rosa Celestina sufrió heridas en las muñecas y el labio superior que requirieron ochos días de curación y, como consecuencia de la agresión sexual, se quedó en estado catatónico.

Después de los hechos, la mujer, quien a pesar de su edad se conservaba en buen estado de salud, que le permitía vivir sola y con autonomía, cayó en “un profundo deterioro físico y psíquico que acabó con el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer, en grado moderado-grave”.

Esta dolencia dio lugar a un deterioro del conocimiento, con desorientación temporal y espacial, fallos en la memoria, fallos de concentración y cálculo, conversaciones incoherentes frecuentes y ocasionales ideaciones delirantes.

Por ello, fue ingresada en la residencia Sanyres de Las Rozas y no es aconsejable sacarla de estas instalaciones por su estado de salud, de forma que está incapacitada para declarar como testigo en este proceso.

Los objetos sustraídos han sido valorados judicialmente en 1.583 euros.

El procesado se encuentra en prisión provisional por estos hechos desde el 13 de julio de 2010.

Además de los veinte años de prisión, la Fiscalía solicita que el acusado indemnice a la víctima con 20.383 euros por los efectos sustraídos, así como por las heridas y por las secuelas sufridas.