¡Son héroes! ¡No les dejéis solos!
Que no os esclavicen. No lo permitáis. No consintáis que quienes no hacen lo que dijeron que harían, os digan a vosotros lo que tenéis que hacer. No lo consintáis. No creáis a quienes aseguran que España es un país libre y democrático. No les creáis. Porque España está lejos de ser un país libre, y mucho menos democrático. No es un país libre aquel donde los pistoleros campan a sus anchas. Como no es un país democrático aquel que concede más criterio a la palabra del verdugo que a la de su víctima. No puede ser libre una nación en la que sus dirigentes subordinan el principio de legalidad a la podredumbre del oportunismo. No puede ser democrática una nación que somete su razón, a las razones de las armas que les impone una banda de asesinos.
Que no os confundan. Son legión quienes, a día de hoy, en el País Vasco siguen careciendo de libertad para exponer libremente sus ideas; quienes, a día de hoy, siguen sin poder salir a la calle sin temor a ser vejados y humillados por aquellos que se regocijan con la muerte de seres inocentes; quienes, a día de hoy, siguen temiendo por sus vidas porque saben que los pistoleros etarras aun no han entregado las armas y, lo que es peor, que nunca las entregarán. Y si no las entregan es porque no tienen necesidad de hacerlo.
Porque nadie se lo reclama. Porque quienes debieran garantizar el derecho a la justicia de las víctimas, favorecen entre bastidores la libertad de sus asesinos. Porque quienes debieran representar a todos los españoles, hoy, en nombre de una pretendida paz, tan inflamada de infamia, como vacía de libertad, están representando los intereses de la mafia etarra.
No os dejéis engatusar. Esta y no otra es la realidad de España. Una España, cuya clase política, ha claudicado ante los pistoleros. Una clase política, que ha dejado sola y en el desamparo a las víctimas. Unas víctimas, las del terrorismo, que si antes fueron calumniadas y despreciadas por un PSOE, siempre, tan leal a la traición, como indulgente con los enemigos de España, hoy lo son por parte de un PP, que parece haber convertido el seguidismo de los socialistas en su hoja de ruta. Lo vimos en el último congreso del PP del País Vasco. Únicamente nueve voces, entre ellas la de Santiago Abascal, se atrevieron a desafiar las nuevas políticas del partido. Nueve voces que cometieron la osadía de defender lo que siempre defendió el PP; que declinaron supeditar la coherencia al oportunismo. Nueve voces que no se resignan.
Tampoco vosotros os resignéis a la mentira. No consintáis la indignidad. Luchad contra la inercia del poder. Si el PSOE ha traicionado a España. Si el PP ahora le secunda en su traición a las víctimas. ¿Por qué habríamos de hacerlo nosotros? ¿Han de poseer más fuerza dos siglas partidarias que la voluntad de toda una nación? Mil personas murieron por defender España. Son nuestros héroes. Pero hay miles de personas que siguen vivas y que no se resignan; que se niegan a claudicar ante la infamia que asegura que los verdugos han dejado de ser verdugos; aun cuando no hayan pedido perdón; aun cuando no hayan abandonado las armas. También ellos son nuestros héroes. Y el día 9 a las 6 de la tarde, se concentran en Madrid en nombre de la libertad. ¡No los dejéis solos! No se lo merecen.
Este es un tiempo de sabandijas y miserables. Por ello, decir cuatro verdades supone una bocanada de aire fresco que se agradece mucho. GRACIAS